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Portazo en la cara a De Urresti obliga al PS a dejar en “remojo” su reforma al sistema político PAÍS Crédito: Agencia Uno

Portazo en la cara a De Urresti obliga al PS a dejar en “remojo” su reforma al sistema político

Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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De Urresti –con apoyo de RN y la UDI– presentó una moción que buscaba instalar un umbral electoral del 5% y la pérdida del escaño para los legisladores que renuncien a su partido. Ante el rechazo de independientes, PC y FRVS, desde el PS y el PPD optaron por dejarla dos semanas “en remojo”


“Alfonso, creo que te estás adelantando un poco, es mejor que lo presentes la otra semana”. Así le advirtieron al presidente de la Comisión de Constitución del Senado, Alfonso de Urresti (PS), algunos pares socialistas y del PPD, debido a que “no había agua en la piscina” para ese salto ornamental. Por ello, la moción para una reforma constitucional al sistema político, que impulsa el legislador por Los Ríos, no fue presentada el martes pasado en la Cámara Alta.

La advertencia PS y PPD apuntaba a que la “Ley De Urresti” podría escasamente reunir el quórum de 4/7 necesario para que tuviera luz verde: es decir, 29 votos en el Senado y 89 en la Cámara de Diputadas y Diputados. Incluso, la moción desató controversia y una ola de molestia de, a lo menos, 40 parlamentarios, principalmente independientes, además de independientes en cupo partidario tanto del oficialismo como de la oposición.

“Molestia, no. Fue una bofetada en el rostro que dieron los senadores y diputados independientes y del Partido Comunista a la ‘Moción De Urresti’”, explica un parlamentario cercano a las tratativas de la reforma constitucional, la cual busca cambiar el sistema político, castigar a parlamentarios díscolos o disidentes y poner un piso de sufragios a las colectividades para tener legisladores.

“Entre cocina y contener fragmentación”

Todo comenzó con una revelación del presidente de la Comisión de Constitución del Senado, Alfonso de Urresti, el lunes en La Segunda. En esta, exponía que la “Ley De Urresti” –como fue apodada por algunos críticos– constaba de dos puntos clave: establecer un piso de 5% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional para que un partido pueda optar a un puesto en el Congreso; y sancionar con la pérdida del escaño a los parlamentarios que, habiendo sido electos por una determinada colectividad, renuncien a ella para ser independientes o pasar a las filas de otro partido.

El proyecto del senador del PS, que fue trabajado con sus pares de la instancia, Luz Ebensperger (UDI) y Rodrigo Galilea (RN), más el presidente del PPD, Jaime Quintana, fue revelado el lunes en la referida entrevista del socialista en el vespertino y cuenta también con el respaldo del presidente del Senado, José García Ruminot (RN).

La iniciativa –según explican los legisladores– apunta a “contener la fragmentación” de partidos políticos, que en la Cámara suman 21,  junto con “promover un mayor orden en el Congreso, las bancadas y comités”. Pero para legisladores independientes, así como del PC, la DC y la FRVS era una cocina.

La ley impulsada por De Urresti, el presidente del Senado y Chile Vamos emerge luego de que las diputadas Marisela Santibáñez y Carolina Tello renunciaran al Partido Comunista (PC), esta última para ingresar al futuro Partido Frente Amplio.

También se genera meses después de que tres diputados de la Democracia Cristiana (DC) en 2022 (Miguel Ángel Calisto, Joanna Pérez y Jorge Saffirio), una de RN (Erika Olivera) y dos de sus pares del PDG (Yovana Ahumada y Víctor Pino) renunciaran a sus colectividades del momento para sumarse a Demócratas, el partido fundado por los senadores Ximena Rincón y Matías Walker, ambos ex-DC.

Ese contexto de renuncias a las filas también ha afectado al Partido Republicano, donde en 2022 renunciaron a la tienda los parlamentarios Johannes Kaiser, Gonzalo de la Carrera y Leonidas Romero, entre otros.

Defensores y detractores del debate

“La actual fragmentación de los partidos políticos hace muy difícil la gobernabilidad del país. Eso es lo que se busca corregir con esta reforma. El propósito de estas modificaciones es facilitar la toma de decisiones en políticas públicas, tener mayor gobernabilidad, capacidad de construir acuerdos más sólidos para la toma de decisiones”, explicó el presidente del Senado, José García Ruminot, a El Mostrador.

La segunda autoridad política del país agregó que la reforma al sistema político ha considerado dos aspectos esenciales: un “umbral del 5% de la votación nacional para alcanzar un escaño parlamentario” y la “renuncia al cargo parlamentario cuando se renuncia al partido político que lo eligió”.

No obstante, la iniciativa fue duramente cuestionada por a lo menos 40 congresistas independientes o exindependientes que ingresaron a un partido, en las últimas semanas, así como también por el PC, Demócratas y la DC.  Tal era la cantidad de legisladores que rechazaban el intento de reforma, que parlamentarios del Socialismo Democrático optaron por quitarle celeridad.

“Yo creo que se va a retomar, tal vez con más diálogo previo con otros sectores”, vaticinada la noche del martes un senador del PPD.  Los detractores de la propuesta comenzaron a deslizar sus comentarios a senadores del PPD, pensando que en el PS había también un apoyo total a la propuesta, lo que tampoco era así.

En ese marco, varios independientes aseguraban que la moción –que no estaba presentada– ya significaba “excluir a los legisladores que no provienen del duopolio”, es decir, de la Concertación y de Chile Vamos. O bien, aseguraban, era “una cocina entre el PS, la UDI y RN”.

El senador independiente por Magallanes, Karim Bianchi, señaló a El Mostrador que el texto apuntaba a que los partidos eliminen la idea de “votar por una persona y pasarse por el aro la autonomía y voluntad de la gente”, para decirle al electorado que, si un parlamentario renuncia a una colectividad, esta es la dueña “de ese voto” para “colocar a quien el partido quiera, que es altamente antidemocrático”.

“Lo del 5% me parece bien, pero van a terminar los partidos fusionándose (…). Es sospechoso que izquierda y derecha juntas estén hoy acercándose a una posición (…), se preocupan solamente de sí mismos y dan una bofetada absoluta al país (…). Chile es diverso al igual como lo es el Congreso, que puede tener muchos partidos políticos, y que seguramente se van yendo (dirigentes) porque no ven el liderazgo que hoy día le puede entregar un Mandatario (…). No quiero un Congreso de rebaños de ovejas que vayan detrás de una postura. Quiero que se discuta, democratice y haya ovejas negras, que piensen diferente y no sean castigadas”, agregó el senador Bianchi.

El también senador magallánico Alejandro Kusanovic, independiente electo en cupo de RN, tampoco mostró adhesión a la propuesta de De Urresti.

“Como decía Winston Churchill: ‘Las críticas no serán agradables, pero son necesarias’ (…), debemos castigar no las críticas o posibilidad de estas, sino a los que no hacen uso racional de su cargo (…), como los que negocian votos a costa de beneficios o cargos personales. (…) Con los cambios, puede salir más caro el caldo que los huevos”, dijo Kusanovic a este medio.

“Avanzar a un sistema semipresidencial”

Tras oír a independientes emblemáticos, en el PPD se activaron alertas. El senador por Antofagasta Pedro Araya (PPD), miembro de la Comisión de Constitución del Senado, y que hasta febrero era independiente, fue el primero del Socialismo Democrático en mostrar reparos a la propuesta en un punto de prensa.

“Mi impresión es que si hacemos una reforma al sistema político, esto no puede apuntar solo a los umbrales para ser elegido parlamentario o a quien le pertenece el escaño. Debería remitirse a que existiera un contrapeso entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. (…) Y avanzar a un sistema semipresidencial o semiparlamentario. Es el momento de hablar de una nueva institucionalidad, porque la actual está agotada”, señaló Araya.

“El Congreso y fundamentalmente la Cámara de Diputados es una representación de la diversidad de la sociedad. Establecer esos umbrales probablemente también va a seguir los problemas de fragmentación política”, coincidió el legislador, poniendo en tela de juicio el 5% del socialista.

El miércoles por la mañana, Araya y el presidente del PPD, Jaime Quintana, sostuvieron una conversación para abordar el momento y la premura del plan de De Urresti. Y Quintana se habría sumado a las dudas. También la senadora independiente en cupo PPD, Ximena Órdenes, y la mitad de la bancada de diputados de la tienda.

Poco después el Partido por la Democracia tomó contacto con la mesa del PS. Según explican en el oficialismo, Paulina Vodanovic –que optó por no abordar el tema al ser consultada por este medio– tampoco estaba muy convencida de la propuesta de De Urresti. En la mesa del PS también advertían que esto hacia ruido en la negociación municipal, y que De Urresti planteaba que el oficialismo debía sumarse a rajatabla porque así lo había pedido el Presidente Boric.

Luego, se sumaron a los cuestionamientos los diputados radicales y los DC. Unos de los pocos que no veían con malos ojos la iniciativa, haciendo un esfuerzo, eran los liberales.

En ese contexto entre los líderes socialistas del Congreso, a las 17:00 horas, advirtieron: “Parece que esto se derrumba”. Y una hora más tarde el senador Gastón Saavedra confirmó que “se acordó buscar hacer un esfuerzo mayor para lograr más consenso entre las fuerzas políticas” y buscando un “espíritu de cuerpo”. Algo que distaba de sumarse a rajatabla por Boric.

Arde Troya: la DC y Demócratas coinciden

La presidenta de Demócratas, senadora Ximena Rincón, también y con más énfasis, rechazó la moción y la oportunidad de presentarla. Además, cuestionó que el texto “que algunos están estudiando es el mismo de la Comisión Experta” .

“Para la ciudadanía sería inaceptable un debate sobre esto sin ver la modernización del Estado, (porque) no es posible que los niños no tengan matrícula o que se mueran personas por falta de atención o medicamentos. En Perú se fijo el 5% y ahí están, con cambios periódicos y expresidentes presos. Hay que tener cuidado con las reformas y su importancia. Nosotros valoraremos una discusión amplia, y no algo que a unos poquitos les importa pero que no afecta en nada a la ciudadanía”, dijo Rincón a este medio.

En la DC, si bien no hubo entusiasmo, rescataron algunos elementos: “Copiados de la Comisión Experta”. Pero también repararon en ciertos aspectos. Por ejemplo, para el senador Iván Flores (DC) una reforma al sistema político cobra fuerza “no para responder a intereses de unos u otros, ni para hacer trajes a la medida”, sino para alcanzar condiciones que permitan terminar con excesos, atrincheramientos y calculadoras al votar, sin pensar en el bien común, agregó.

“Nadie puede sentirse dueño de un escaño, hemos recibido un mandato popular que debe honrarse (…). Me parece bien rescatar la propuesta de la Comisión Experta sobre la exigencia para los partidos de alcanzar un mínimo de 5%, también que el parlamentario que renuncia al partido con el que se presentó como candidato –ha pasado en el último tiempo con varios casos complejos– se vea en la obligación de cesar en su cargo. (…) Una reforma debiera tener piso, no hay nada peor que la fragmentación para la democracia”, manifestó Flores.

Los rechazos radicales en la Cámara

La diputada independiente Mónica Arce, considerada por sus pares como una de las congresistas más críticas del piso del 5%, afirmó que el cambio en el sistema político debe ser discutido con precaución, “evitando que grandes conglomerados se adueñen del proceso”.

Según dijo a El Mostrador, en este tipo de reformas los partidos más grandes tienden a “mantener su monopolio, como ocurrió durante años con el sistema binominal”.

“Hay muchos movimientos de izquierda, centro y derecha que están en proceso de institucionalización como partidos, y el Estado debe garantizarles condiciones para que participen en el debate. Por otro lado, es injusto que los grandes partidos reciban grandes sumas de dinero, mientras que partidos más pequeños apenas reciben. No buscamos aumentar la financiación del sistema político, sino distribuir equitativamente los recursos y hacer márgenes más justos”, sostuvo Arce.

A su juicio, el porcentaje es considerado “una aberración por muchos movimientos sociales que aspiran a participar en la discusión política”, por lo que aseguró que, si se acepta esa medida, “se demostrará a la ciudadanía que los partidos políticos legislan rápidamente para su propia conveniencia”.

“Reducir más el espacio para que nuevos actores ingresen al sistema democrático de representación popular es un ataque a la participación ciudadana y un menoscabo a la democracia. En lugar de prohibir la renuncia a un partido, necesitamos legislar sobre responsabilidad política (…), cuando un representante, elegido por votación popular, no cumpla con lo prometido o se desvíe significativamente de los principios por los que fue elegido, se establezcan mecanismos para revocar su puesto”, puntualizó.

En tanto, el legislador independiente Hernán Palma –que renunció al PH cuando dos diputadas de la tienda salieron de la Sala para no votar por la reforma tributaria–, llegar a un acuerdo sobre un nuevo sistema político le parece relevante. Sin embargo, aseguró que la población está esperando discusiones de mayor relevancia, “como el sistema de pensiones” y “el sistema de salud” .

“El modelo está diseñado para excluir a las minorías, y va a haber que buscar una fórmula, ya sea confederada u otra, que permita que las minorías aúnen fuerzas para no ser excluidas. Me parece que darse la posibilidad de abandonar un bloque político también tiene que ver con que estos abandonan muchas veces su ideario”, señaló.

 

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