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Críticas a Obama le costaron el puesto al jefe de las fuerzas de EE.UU. en Afganistán

La noche del lunes trascendió una entrevista que saldrá en la edición de este viernes de Rolling Stone, titulada «El general fugitivo», en la que el militar y su equipo cuestionan la estrategia de guerra en Afganistán y se burlan de funcionarios de la Casa Blanca. Eso bastó para que el uniformado fuera relevado por el propio gobernante.


El general Stanley McChrystal no sobrevivió al fuego político generado por sus propias palabras y el presidente Barack Obama anunció que aceptó la «renuncia» que le presentó el militar la mañana de este miércoles, a raíz de polémicas declaraciones dadas a la revista Rolling Stone.

«Hoy acepté la renuncia del general Stanley McChrystal (…) Lo hice con considerable pesar, pero también con la certeza de que es lo correcto para nuestra misión en Afganistán, para nuestros militares y para nuestro país», dijo Obama.

Obama nombró inmediatamente al general David Petraeus como sucesor del renunciante, lo que considera que ayudará a «mantener el liderazgo y el impulso que necesitamos para tener éxito» en la guerra afgana.

La noche del lunes trascendió una entrevista que saldrá en la edición de este viernes de Rolling Stone, titulada «El general fugitivo», en el que McChrystal y su equipo cuestionan la estrategia de guerra en Afganistán y se burlan de funcionarios del gobierno de Obama.

«No tomo esta decisión basándome en alguna diferencia en políticas con el general McChrystal, ya que estamos en total acuerdo sobre nuestra estrategia. Tampoco tomo esta decisión basándome en alguna sensación de insulto personal», aclaró Obama.

Pero el presidente aseguró que «la conducta representada en el artículo recientemente publicado no alcanza los estándares que debería mantener un general en comando. Debilita el control civil de los militares que está en el corazón de nuestro sistema democrático».

Lo civil y lo militar

Más temprano, Obama se había reunido durante 20 minutos con el general McChrystal en la Casa Blanca, justo antes de la sesión de evaluación sobre las operaciones en Afganistán e Irak que se hacen mensualmente y a la que los comandantes suelen asistir vía teleconferencia.

Al final de la entrevista el militar salió de la residencia presidencial y no estuvo presente en la reunión, lo que fue la primera sugerencia de que el general ya no regresaría al comando estadounidense en Kabul.

Para muchos observadores la salida de McChrystal era la «lógica decisión» que tenía el presidente para evitar el cuestionamiento de su capacidad de liderazgo, puesto a prueba con el manejo de la crisis generada por el derrame en el Golfo de México y por a lentitud de la recuperación económica.

«Es la decisión correcta. Una vez que se ha puesto en duda el liderazgo del presidente, a este no le queda otra opción», le aseguró a BBC Mundo el coronel retirado del ejército estadounidense Eric Rojo, quien estimó que si el mandatario hubiera mantenido al general en su comando habría sido objeto de muchas críticas.

Sin embargo, Rojo rechazó que pueda hablarse de insubordinación del militar frente a su comandante en jefe «porque McChrystal nunca ha desobedecido órdenes del presidente» y calificó la entrevista concedida a Rolling Stone como «simplemente una estupidez».

Reacciones mundiales

En Washington parece haber consenso en que el presidente no tenía más opciones, ya que el episodio no fue explotado en la dinámica gobierno-oposición.

Poco después de conocida la decisión de Obama, el presidente del Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara Baja, el demócrata Ike Skelton, emitió un comunicado dando su apoyo a la Casa Blanca.

«El general Petraeus es lo mejor que tenemos. Tengo gran confianza en su habilidad para lograr un resultado exitoso en Afganistán. El comandante en jefe debe tener confianza en sus comandantes en el terreno», expresó Skelton.

Aunque el gobierno de Afganistán había expresado en la víspera su respaldo a McChrystal por considerar que había sido el único comandante que se había «tomado en serio» el trabajo en ese país, un portavoz de la presidencia aseguró que «trabajarán» con Petraeus.

«El general McChrystal era un importante aliado para el gobierno y el pueblo afgano, y habríamos esperado que esto no pasara. Sin embargo, esto es una asunto interno del gobierno de EE.UU. y nosotros respetamos la decisión del presidente Obama», dijo a la BBC Wahid Omar, portavoz del presidente Hamid Karzai.

Medir el daño

«El presidente necesita medir el daño hecho por los comentarios irrespetuosos de su comandante en contra del imperativo de mantener la unidad ante una importante campaña militar», le dijo a BBC Mundo Michael Werz, especialista en temas de seguridad el Centro para el Progreso Estadounidense.

Werz confía en que «con toda probabilidad, la campaña en Kandahar no será afectada en el corto plazo».

«Las fuerzas estadounidenses perderán un líder con casi siete años de experiencia en los diferentes teatros de guerra», aseguró Wertz, quien considera que la renuncia de McChrystal no debió haber sido aceptada.

Al anunciar el cambio de comandante en Afganistán, el presidente expresó «gran admiración» por McChrystal, «uno de los mejores soldados de nuestro país» y aseguró que «todos los estadounidenses deberían estar agradecidos» por su trabajo.

Pero Obama también dijo que la guerra era algo «más grande» que una persona.

Ahora el Senado estadounidense deberá ratificar en su cargo al general Petraeus, un trámite que parece fácil dada la experiencia del militar en Irak y lo que algunos consideran su exitosa estrategia para controlar la insurgencia y «pacificar» el país.

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