Publicidad
BBC News Mundo

Elecciones en Brasil: ¿Por qué Dilma Rousseff necesitará segunda vuelta?

Muchos se preguntan por qué la «candidata de Lula» no pudo traducir la enorme popularidad del presidente en una victoria contundente.


La candidata del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) ganó las elecciones, pero tendrá que enfrentarse en segunda vuelta a José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña. Muchos se preguntan qué pasó para que la «candidata de Lula» no haya podido traducir en las urnas la enorme popularidad del presidente.

Dilma Rousseff pronunció su primer discurso tras las elecciones en un escenario sin Lula.

«Considero esta campaña un momento especial en mi vida. Encararemos la segunda vuelta con garra y energía. Queremos que los 190 millones de brasileños puedan disfrutar de las riquezas de este país», afirmó en Brasilia, la capital del país.

Pero el tono serio de la candidata oficialista no era el de una celebración, a pesar de haber ganado los comicios con casi el 47% de los votos.

Las elecciones brasileñas de este domingo dejaron imágenes paradójicas: caras largas entre los que vencieron y alegría entre los que no ganaron. Una muestra quizá de que, en política, la victoria y la derrota son relativas.

Frente a algunos pronósticos, la que muchos consideran heredera del presidente Luiz Inácio Lula da Silva necesitará enfrentarse al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña en segunda vuelta el próximo 31 de octubre.

Y esa es para los analistas una de las principales cuestiones que plantean los resultados. ¿Por qué Rousseff no supo o no pudo –al menos de momento- capitalizar la enorme popularidad de Lula, quien abandonará la presidencia con una aprobación de cerca del 80%?

Escándalos

«De forma general pasó algo parecido a lo sucedido en 2006. El factor determinante para que haya una segunda vuelta fueron los escándalos de corrupción que surgieron en las dos semanas anteriores a las elecciones», comentó a BBC Mundo Lucio Rennó, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Brasilia.

Además de otros casos anteriores, el pasado 16 de septiembre, la jefa de Gabinete del gobierno de Brasil, Erenice Guerra –sustituta de Rousseff en el cargo- dimitió ante las repetidas acusaciones de tráfico de influencias lanzadas por varios medios de comunicación locales.

«También influyó la postura de la prensa brasileña contra Dilma y Lula. Casi la totalidad de los medios brasileños se oponen al gobierno», agregó Roseli Coelho, profesora de la Escuela de Sociología y Política de Sao Paulo en diálogo con la BBC.

Otra de las «sorpresas» de la noche electoral -más quizá que los resultados del PSDB, en torno al 33%- fue el notable avance del Partido Verde de Marina Silva, que obtuvo alrededor del 20% de los sufragios.

«Los resultados que tuvimos en el PSDB fueron los previstos. La apuesta del PT era hacer de estas elecciones un plebiscito. Y no ha sido así, nosotros tenemos más del 30% de los votos, Marina en torno a 20% y ellos menos de 50, lo cual no es una división de tipo plebiscitario», apuntó Sergio Guerra, presidente del PSDB, consultado por BBC Mundo en la noche electoral.

Alternativa

Según los analistas, Silva, ex militante del PT, supo convertirse en una alternativa para un sector del electorado que ve en Serra y en Rousseff dos proyectos de carácter continuista.

«Lo sabía, lo había visto en las calles», exclamó emocionada ante la multitud de simpatizantes que la recibió en Sao Paulo alrededor de las diez de la noche, antes incluso de que hubiera concluido el recuento.

«La transferencia de votos hacia el Partido Verde se dio tanto desde el PT como desde el PSDB. Esa fue la gran sorpresa de la jornada electoral. De alguna manera, va a haber segundo turno porque Marina sacó esos votos a Dilma y Serra», señaló Rennó.

En este sentido, la dirección hacia la que se incline el 20% del electorado verde será determinante en el resultado de la segunda vuelta. De momento, Silva se pronunció por mantener la neutralidad hasta que el partido decida qué hacer en una sesión plenaria junto a grupos sociales.

Ahora, los brasileños tienen por delante un alargue de campaña electoral que durará casi un mes.

Para muchos, aunque Dilma Rousseff sigue siendo la gran favorita para convertirse en la primera presidenta del gigante latinoamericano, la segunda vuelta será muy disputada y otras cuestiones –como el futuro papel de Lula en la política brasileña- tendrán que esperar.

«Creo que ahora parte de los electores de Marina volverán al PT, pero es difícil decirlo. Me parece que las posiblidades de Serra son mayores de lo que uno podría pensar», sugirió Reenó.

«Serra tendría que enfrentarse y vencer la gran popularidad de Lula, y eso no creo que sea posible. Pero en la segunda vuelta, la oposición será más dura y se jugará más sucio. La segunda vuelta será una guerra política», concluyó Coelho.

Publicidad

Tendencias