El Gobierno chino advirtió de que las relaciones de Pekín con Noruega y con el Comité del Premio Nobel sufrirán las consecuencias, y poco después convocó al embajador noruego en Pekín para expresarle su descontento.
La concesión hoy del premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo ha desatado un clamor en todo el mundo a favor de su liberación, mientras Pekín lanza amenazas y califica de «blasfemia» la decisión del Comité Nobel.
El Gobierno chino advirtió de que las relaciones de Pekín con Noruega y con el Comité del Premio Nobel sufrirán las consecuencias, y poco después convocó al embajador noruego en Pekín para expresarle su descontento.
El ministro noruego de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr Støre, tuvo que salir al paso de las amenazas de China al asegurar que «hay una clara línea entre un comité independiente y el Gobierno noruego. Deben entender que así funciona nuestra sociedad».
Asimismo, las autoridades chinas detuvieron a una veintena de disidentes que celebraban la concesión del prestigioso galardón a Liu Xiaobo.
La esposa del disidente galardonado, la poetisa Liu Xia, en arresto domiciliario, pidió a la comunidad internacional que aproveche esta oportunidad para presionar por la liberación de su marido, que cumple una condena de 11 años de cárcel.
Liu Xiaobo es «una piedra en el zapato» del Gobierno de Pekín, afirmó en Madrid el también Premio Nobel de la Paz y ex presidente de Costa Rica, Óscar Arias, al comentar la furiosa reacción china.
En contrate con la reacción de Pekín, gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones pro derechos humanos expresaron su satisfacción por la concesión del premio al disidente chino.
El presidente de EEUU, Barack Obama, reclamó a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo, a quien calificó de «portavoz elocuente y valeroso en favor de los valores universales».
Obama, quien recibió el Nobel de la Paz en 2009, indicó que cuando aceptó el galardón advirtió de que «muchos otros que lo han recibido han sacrificado muchas más cosas que yo. Esta lista ahora incluye al señor Liu, quien ha sacrificado su libertad por sus creencias».
La Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, subrayó que la concesión del Nobel a Liu Xiaobo es un reconocimiento a la labor de los defensores de los derechos humanos en China.
«Liu Xibao es un prominente defensor de los derechos humanos. Saludo el reconocimiento del rol importantísimo que juegan en China los defensores de los derechos humanos», señaló Pillay.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, felicitó a Liu Xiaobo y afirmó que el premio «es un fuerte mensaje de apoyo para todos aquellos que están luchando por la libertad y por los derechos humanos en el mundo, a veces con un gran sacrificio personal».
Por su parte, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, aprovechó para reiterar la petición de puesta en libertad y subrayó que «Francia, como la Unión Europea, ha expresado su preocupación desde su detención».
El Gobierno alemán también felicitó a Liu Xiaobo, a quien considera un «gran defensor de los derechos humanos en su país» y «un hombre valiente que lleva adelante una lucha pacífica».
Los Ejecutivos español y británico expresaron su satisfacción por la concesión del Nobel y también pidieron la liberación del disidente chino.
El líder espiritual tibetano reclamó a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo y a otros «prisioneros de conciencia» encarcelados por ejercer la «libertad de expresión».
«Concederle el premio de la paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales», declaró el Dalai Lama.
El opositor e independentista Partido Demócrata Progresista (PDP) de Taiwán elogió la concesión del Nobel a Liu Xiaobo y pidió su inmediata liberación.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) manifestó hoy su «inmensa emoción» y consideró el galardón «un gesto de un alcance histórico a favor del movimiento de la libertad de expresión en China».
Amnistía Internacional (AI) expresó su confianza en que el Nobel de la Paz a Liu Xiaobo sirva para sacar a la luz «la violación de los derechos humanos que padece China» y aprovechó para pedir la liberación de todos los presos políticos en el gigante asiático.
La organizaciones Defensores de Derechos Humanos de China (CHRD, por sus siglas en inglés), Human Rights Watch (HRW) y Human Rights in China (HRIC), todas con sede en Hong Kong, coincidieron en que la decisión del Comité Nobel es una forma de rendir homenaje a otros disidentes chinos.
El escritor peruano, Mario Vargas Llosa, quien el jueves recibió el Nobel de Literatura, calificó de «magnifica noticia» la concesión del premio a Liu Xiaobo y manifestó que «muchas veces se olvida» que China «sigue siendo una dictadura y bastante monolítica en lo que se refiere a la política».