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Obama analiza con China cuestiones claves de la relación bilateral

El Gobierno en Washington, que ha fijado la presencia en Asia Pacífico como su gran prioridad en política exterior, quiere conocer mejor al previsible líder chino de la próxima década (vicepresidente Xi Jinping) y cuya posición hacia EE.UU. aún representa un enigma.


El vicepresidente chino, Xi Jinping, acude este martes a la Casa Blanca para reuniones con su par de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente Barack Obama, en las que se abordarán asuntos como el equilibrio militar en Asia Pacífico o la relación económica bilateral.

Xi, quien llegó a Washington el lunes, comenzará sus reuniones en la Casa Blanca a primera hora de la mañana con Biden, con quien se reunirá primero a solas y a continuación junto con sus respectivos equipos.

El vicepresidente chino, del que se espera que se convierta el próximo marzo en el nuevo jefe de Estado de su país, acudirá a continuación al Despacho Oval para una reunión con Obama.

En esos encuentros, la Casa Blanca asegura que se abordará toda la gama de asuntos importantes en la relación bilateral, que se perfila como una de las claves en la política exterior de comienzos del siglo XXI.

Según la residencia presidencial, se abordarán asuntos como los derechos humanos, la cotización del yuan -que Washington considera que aún se encuentra por debajo de su valor real y por tanto beneficia artificialmente a las exportaciones chinas- y las infracciones de los derechos de autor en China.

Asimismo, se analizará la situación en Siria y el voto en contra de Pekín a un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de condena al régimen de Bachar al Asad.

Tras estas reuniones, Xi almorzará en el Departamento de Estado con Biden y la responsable de Exteriores estadounidense, Hillary Clinton.

Los dos vicepresidentes se reunirán con empresarios estadounidenses y participarán en una cena que ofrecerá Biden en su residencia en el Observatorio Naval, en el noroeste de Washington, en honor de su par chino.

Xi, quien también se desplazará al Pentágono para reuniones con el secretario de Defensa, Leon Panetta, y el jefe de Estado Mayor, Martin Dempsey, tiene previsto continuar su visita a EE.UU. con desplazamientos a Iowa, un estado que ya visitó en 1985 como funcionario provincial, y California.

Las autoridades estadounidenses han depositado una enorme importancia en el viaje de Xi.

El Gobierno en Washington, que ha fijado la presencia en Asia Pacífico como su gran prioridad en política exterior, quiere conocer mejor al previsible líder chino de la próxima década y cuya posición hacia EE.UU. aún representa un enigma.

Xi, de 58 años, ha hablado con cariño de su visita a Iowa, aunque en otras declaraciones públicas ha arremetido contra lo que ha considerado críticas injustas de Occidente hacia su país.

En declaraciones por escrito al diario The Washington Post, Xi ha ofrecido un mensaje conciliatorio.

“El vasto océano Pacífico cuenta con espacio de sobra para China y Estados Unidos. Damos la bienvenida a un papel constructivo de Estados Unidos para promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región. También esperamos que Estados Unidos respete totalmente y acomode los principales intereses y las preocupaciones legítimas de los países de Asia Pacífico”, indica.

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