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Egipto otorga el «sí» a la nueva Constitución y aumenta tensión en bandos opositores

Tras la aprobación de la Carta Magna por más del 63 por ciento de los votantes, las minorías políticas y religiosas contrarias al gobierno de Mohamed Mursi, deberán atenerse a la doctrina islamita predominante y ultra conservadora que traen consigo estos resultados a la nueva etapa en el conflicto egipcio. BBC Mundo analiza el nuevo escenario y sus consecuencias.


La Comisión Electoral de Egipto anunció que la nueva Constitución fue aprobada por más del 63% de los votantes que participaron en el referendo constitucional que se celebró en dos rondas el 15 y 22 de diciembre pasados.

El presidente del máximo órgano electoral egipcio, Samir Abu el Maati, aseguró haber investigado todas las denuncias después de que el principal partido de la oposición, el Frente de Salvación Nacional, alertase de ciertas irregularidades durante la votación.

El texto constitucional, que fue impulsado por el presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes, abre la posibilidad de elegir un nuevo parlamento y la creación de nuevos órganos estatales. Situación que molesta y perjudica a la oposición, pues aseguran que la nueva Constitución tiene una agenda islamista.

Análisis del escenario político

Ees difícil ver los resultados del referendo sobre el proyecto de Constitución sin ponerlos en el contexto de la creciente influencia de los islamistas en la política egipcia. Muchos de los que fueron a votar no solo estaban apoyando o manifestando su oposición a la nueva Constitución, sino también al presidente Mohamed Morsi y su partido, los Hermanos Musulmanes.

El movimiento islamista y el presidente le apostaron todo a esta carta, convocando a sus partidarios para que lo respalden en diversas manifestaciones a lo largo de las últimas semanas.

Las declaraciones del líder de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Badie, y Essam El Erian, presidente del Partido Libertad y Justicia, se han mostrado confiados de que la Constitución pase.

Ahora que, la nueva Carta Magna fue aprobada, se trata de una muestra más de lo organizados y efectivos que son los islamistas en el proceso político.

Aquí hay mucho en juego. Este documento determina el futuro de Egipto y la relación entre los egipcios y la presidencia, entre otras instituciones clave. Sin embargo, la oposición dice que, como están las cosas, la Constitución está determinando el futuro del país en términos islamistas.

El principal argumento para oponerse a ésta es que fue escrita por una asamblea constituyente dominada por los Hermanos Musulmanes y no «por el resto de Egipto». Entre otros puntos del proyecto constitucional, la oposición se queja del poder que se lo otorga a la presidencia versus el que poseería el parlamento.

Otro punto de controversia es el papel de la Sharia -el código de conducta islámico- en la carta; y cómo ésta va a afectar tanto las libertades personales y sociales de las personas como los derechos de las minorías, específicamente de la población cristiana copta de Egipto.

Pero quienes apoyan la constitución dicen que es el camino para la estabilidad de Egipto.

La oposición, liderada por la coalición del Frente de Salvación Nacional, ahora tiene que decidir cuál va a ser su próximo paso: si llamar a más protestas, ir a los tribunales y pedir la anulación de la carta, o sentarse con el presidente Morsi y su gobierno para llegar a un acuerdo.

«Profunda polarización»

El referendo, que terminó el domingo, ha suscitado protestas tanto de la oposición como de quienes apoyan al gobierno. Dos días antes de que comenzara la votación, el 15 de diciembre, los líderes de la oposición anunciaron que cualquiera que fuera el resultado del referéndum, su oposición a la Constitución era inflexible.

También dijeron en la misma conferencia de prensa que ellos harán todo lo que puedan para desecharla. Pero, cualquiera que sea su proceder, la oposición tendrá que lidiar con una nueva realidad política y tendrá que ponerse al día con los acontecimientos.

Ahora que la Constitución fue aprobada, las elecciones parlamentarias se celebrarán dentro de dos meses.Y si las últimas elecciones son un indicio, es factible que a los islamistas les vaya bien.

Esta constitución ha logrado profundizar la polarización política en Egipto, y es difícil ver que esto cambie en el corto plazo.

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