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BBC News Mundo

Traspié para opositora a la violencia en el fútbol argentino

Para algunos, la salida de Florencia Arietto como jefa de seguridad de Independiente muestra cómo la erradicación de los barras bravas es una tarea cuesta arriba.


La amenazaron de muerte en reiteradas ocasiones. Dentro del estadio de su club había hinchas que la insultaban y le pedían que renunciase, y mucha veces requería de escolta policial.

Todo eso vivió hasta este lunes en la noche Florencia Arietto, por ser la jefa de seguridad -primer mujer que ocupa tal cargo- de uno de los clubes de fútbol más grandes de Argentina, Club Atlético Independiente, basado en el aréa metropolitana de Buenos Aires.

La misión de Arietto era erradicar la violencia de los estadios.

La mujer, quien se convirtió en una de las caras más visibles de la lucha contra los barras bravas, pidió dejar el cargo «porque hay diferencias en la aplicación de ciertas cuestiones en la política de seguridad».

Como dicen en Argentina, a Arietto el club «le soltó la mano».

La exjefa de seguridad, abogada de profesión, dijo a medios locales: «me fui por diferencias con (Javier) Cantero (presidente de Independiente); que explique él las medidas que se tomaron en relación al derecho de admisión».

Cantero luego dio las respectivas explicaciones: «hablé con ella porque tomamos una decisión de armar una estrategia para mantener lo logrado, que para Independiente es revolucionario. No le pagamos a los violentos ni le regalamos entradas. Avanzamos mucho en un año y nos queremos mantener ahí. Pero ella no coincidía con eso, pensaba que había que avanzar más».

«Para mí está bien que no haya violencia, pero jugar en una iglesia, no», agregó, en declaraciones a medios locales.

El hecho puntual habría sido que la directiva de Independiente revocó la prohibición de entrar a la cancha de dos hinchas a quienes Arietto había clasificado como «violentos».

Repercusión

La salida de Arietto causó sorpresa en el ámbito deportivo local.

Muchos comentaristas y periodistas especializados en el área manifestaron su preocupación sobre lo que puede significar la renuncia de Arietto para la lucha contra la violencia en balompié.

El reintegro de hinchas de Independiente que tenían prohibida la entrada habría causado la salida de Arrieto.

El reintegro de hinchas de Independiente que tenían prohibida la entrada habría causado la salida de Arrieto.

«Por situaciones así es muy difícil trabajar dentro de los clubes, porque pasan estas cosas», señaló a BBC Mundo Mónica Nizzardo, quien fundó la ONG Salvemos al Fútbol, pero tras varios años de activismo en contra de la violencia en la cancha renunció al rol el mes pasado.

«La violencia no tiene solución», señaló como explicación en dicho momento.

Nizzardo vivió algo parecido a lo de Arietto. En 2004, siendo directiva del club Atlanta, un hincha entró y le destrozó la oficina por presuntamente haberle negado dinero.

Nizzardo procedió a denunciarlo penalmente, pero la juez del caso absolvió al acusado porque los directivos del club, presentes durante el hecho, declararon no acordarse de lo sucedido. Ahí renunció y armó la ONG.

«Es muy difícil trabajar dentro de los clubes, porque pasan estas cosas. Yo me fui del club Atlanta porque pasa esto (que le sucedió a Arietto)», señaló Nizzardo.

Desde 1922, se estima que en Argentina al menos 270 personas han muerto en incidentes dentro o fuera de la cancha, relacionados con el fútbol.

Ir a ver un partido suele ser una experiencia acompañada de una exhibición de efectivos de seguridad, en un intento por evitar incidentes.

Los barras bravas suelen ser grupos extremadamente bien organizados, que no sólo controlan lo que ocurre dentro de las gradas, sino también el cobro de tarifas por estacionar alrededor del estadio.

Es común ver cancelaciones de partidos porque la barra brava del equipo que va perdiendo (si no le conviene) trata de iniciar disturbios en las gradas o incluso dentro del campo, para lograr que se juegue en otro momento. Y tales suspensiones nunca acarrean pérdida de puntos para el equipo involucrado.

«El mayor responsable de todo esto es el gobierno nacional, porque en vez de tomar responsabilidad directa y agarrar las riendas, le deja la responsabilidad de la seguridad a los propios clubes», dice Nizzardo.

La temporada pasada las autoridades del Ministerio del Interior iniciaron un programa de identificación del hincha mediante un torniquete electrónico, que permitía el ingreso con la huella digital y buscaba detectar a quienes tenían prohibido ir a la cancha.

Pero la medida no resultó muy efectiva para detener el ingreso de los llamados violentos.

«Hipocresía»

Por su parte, Arietto señaló que otro problema es que «los fiscales no están en la cancha, tienen actitud pasiva».

La abogada denunció reiteradamente las amenazas que recibió durante su gestión, y ninguna ha llegado a derivar en un juicio.

«Uno se expone», dice Nizzardo.

«Porque también hay una hipocresía muy grande en los hinchas. En su mayoría quieren resultados y no les importa más nada», añadió.

Independiente se encuentra al filo del descenso a la segunda división, lo cual nunca le ha sucedido en la historia.

En semejante clima de dificultad no había pocos hinchas -que en el estadio o redes sociales- que tratasen de culpar a Arietto por los malos resultados de los jugadores en cada partido.

Tal racha negativa generó una enorme presión sobre la junta directiva, que a su vez llevó a frecuentes protestas por parte de hinchas en la misma sede del club.

«Yo no aflojé con los barras, queríamos mantener lo del año pasado pero Florencia quería ir por más», indicó Cantero a medios locales, y agregó: «hemos marcado un camino. El domingo (pasado) hubo un buen clima en la cancha, con los hinchas alentando al equipo y este semestre lo vamos a necesitar».

Arrieto duró medio año en el cargo. Quedó como la primera mujer en emprender tal tarea, y ahora se retira como otra persona más que no pudo con lo que parece un mal endémico argentino.

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