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Parlamento argentino debate polémica reforma judicial en medio de protestas

Parlamento argentino debate polémica reforma judicial en medio de protestas

Los manifestantes marcharon hasta el Parlamento con banderas argentinas, algunas con crespones negros, carteles reclamando por «justicia y respeto a la Constitución» y panfletos pidiendo a la gente que no se «deje confundir» y que defienda sus derechos.


Ciudadanos, partidos de oposición argentina y sindicatos protestaron este jueves frente al Parlamento contra una polémica reforma judicial impulsada por el Gobierno que se debatía este miércoles en la Cámara de Diputados.

La sesión parlamentaria se prolongará durante toda la noche y la votación de los seis proyectos de ley a debate se alargaría hasta primeras horas de mañana, según analistas políticos.

No obstante, en caso de que el oficialismo logre imponer su mayoría en el Parlamento, la iniciativa debe superar todavía la tramitación en el Senado, previsiblemente la próxima semana.

Miles de personas secundaron durante todo el día las sucesivas concentraciones convocadas por distintas organizaciones frente al Congreso para seguir el debate parlamentario a través de una pantalla gigante.

Los manifestantes marcharon hasta el Parlamento con banderas argentinas, algunas con crespones negros, carteles reclamando por «justicia y respeto a la Constitución» y panfletos pidiendo a la gente que no se «deje confundir» y que defienda sus derechos.

Entre otras medidas, la iniciativa oficialista prevé ampliar de 13 a 19 los miembros del Consejo de la Magistratura, el órgano de designación y remoción de jueces en Argentina, y que los nuevos integrantes sean elegidos por voto popular, lo que para la oposición abre la puerta a la «partidización y la politización» de la Justicia.

La oposición ha puesto además en duda que la reforma impulsada por el Ejecutivo sea acorde con la Constitución, por lo que, de ser finalmente aprobada, el paquete de leyes podría finalmente llegar a la instancia de la Corte Suprema para que el máximo tribunal se expida sobre su constitucionalidad.

La reforma también incluye un proyecto para crear en los Tribunales tres cámaras de casación, otro para permitir el acceso a la carrera judicial mediante oposiciones y una iniciativa para poner límites a las medidas cautelares que dejan en suspenso leyes aprobadas por el Parlamento.

«Vine porque estoy en contra de la aprobación de esta ley que viola abiertamente la Constitución. Esto es un avasallamiento de la política, que deja a los ciudadanos con las manos atadas», dijo a Efe Susana Rodríguez, una de las manifestantes que portaba una pancarta con la consigna «Basta ya de violar la Constitución».

La protesta también contó con el respaldo de los principales partidos de la oposición, que este martes instalaron una carpa frente a la sede del Parlamento para expresar su rechazo a la reforma.

Desde la plaza de los Dos Congresos, una de las intervenciones en el debate más aplaudidas por los manifestantes fue la del diputado Felipe Solá, del peronismo disidente, quien señaló que el «ciudadano común piensa que no hay justicia» y que, a su juicio, «este Gobierno piensa que la justicia es para los otros, para nosotros no».

Las iniciativas para la denominada «democratización de la Justicia» fueron, entre otros asuntos, blanco de las masivas protestas ciudadanas registradas el jueves pasado en todo el país con apoyo de los partidos opositores.

La reforma, que ya había sido debatida la semana pasada en el Senado, ha llegado al plano de los Diputados con algunas modificaciones por presión de jueces, de la oposición e incluso de algunos legisladores oficialistas.

Los cambios aceptados por el oficialismo son el proyecto sobre el Consejo de la Magistratura, uno de los más polémicos, aunque las modificaciones no apuntan al corazón de esta iniciativa sino a aspectos de la administración presupuestaria del Poder Judicial.

Debido a esos cambios, de ser aprobado, el proyecto deberá volver a ser tratado en la Cámara alta.

El oficialismo asegura tener los votos necesarios para lograr la aprobación de una reforma que, según la presidenta argentina, Cristina Fernández, pretende «democratizar» al Poder Judicial, que ha sido blanco de las críticas de la mandataria en los últimos meses.

Fernández no hizo mención del debate parlamentario en su única intervención pública de hoy, un acto en una planta de la multinacional Unilever en la periferia de Buenos Aires.

«Es bueno seguir trabajando para que este modelo siga creciendo (…). Nunca hice caso de los agoreros. Tuvimos la inmensa suerte de ser militantes políticos que llevamos a cabo lo que siempre hemos soñado», dijo hoy la mandataria.

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