El joven de 26 años se dedicaba luchar contra el tráfico de huevos de tortuga, fue hallado muerto en la playa Moín, en mayo de 2013. Había recibido un golpe en la cabeza, que lo hizo terminar cabeza abajo entre la arena, la que terminó por asfixiarlo.
Puede ser que muchos no conozcan la historia de Jairo Mora, él era un joven ambientalista que murió en mayo de 2013, asesinado en una playa del Caribe de Costa Rica, Moín. Su principal lucha era combatir a los saqueadores de huevos de tortugas.
El activismo y su lucha no eran cosa fácil, su combate era frente al tráfico y a todo el poder que puede haber tras un comercio preciado para muchos en su país. Tras su muerte, pasaron dos meses sin que la justicia costarricense diera luces de su investigación, ni tampoco de tener algún dato sobre los responsables de su asesinato, el que fue producto de un golpe en la cabeza, que lo hizo caer a la arena y al mar, lo que finalmente terminó por darle muerte y asfixiarlo, según el informe de la autopsia.
Finalmente, se logró dar con un grupo de siete sospechosos, a los que se les imputaron los delitos de homicidio calificado, robo agravado y privación de libertad. Sospechosos que finalmente fueron absueltos de cualquier culpa por este caso, con el precedente de que cuatro de ellos han sido condenados por otros delitos cometidos en la misma playa de Moín, según indicó el diario español El País.
El proceso legal no estuvo ajeno a los problemas, una serie de retrasos en el inicio de las investigaciones y del juicio despertaron resquemores entre los familiares y activistas de la zona. Además los jueces que llevaron la causa pusieron custodia policial a las siete personas debido a que habían sido amenazadas de muerte, según informó La Nación.com.
El referido juicio terminó con los siete sospechoso libres y sin un culpable de la muerte de Mora. “Lamentable”, “antojadizo”, “sesgado”, “pruebas empíricas” e “irresponsables” fueron algunas de las palabras que la jueza Yolanda Alvarado usó con gestos de enfado para referirse al trabajo de policías y fiscales que dio al traste con la acusación, aunque está pendiente una apelación por este “hecho histórico”, de acuerdo a El País.
Hasta el fiscal a cargo del caso admitió que está en duda la confianza en el sistema judicial.
El padre del activista declaró que “la impunidad es dañina y en un caso como el de Jairo Mora es ofensiva hasta el punto de lo intolerable. Es impensable que, en Costa Rica, un joven de 26 años no pueda seguir sin riesgo su vocación de proteger a la naturaleza”.
El PNUD aseguró que “la muerte de Jairo Mora es un trágico recordatorio de que Costa Rica, al igual que muchos otros países, está teniendo que hacer frente a un aumento de la actividad delictiva de los narcotraficantes y los cazadores furtivos en sus áreas protegidas y otras zonas ecológicamente delicadas. Esa actividad menoscaba los esfuerzos del Gobierno y la sociedad civil por proteger el medio ambiente”, según un comunicado de su sede en Costa Rica.
El caso de Mora es uno de los 411 homicidios registrados en Costa Rica durante el 2013. En el 2014 se registraron 453 asesinatos, 9,5 por cada 100.000 habitantes, del país centroamericano.
