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En 2017, el Bundestag exigió una indemnización para las víctimas de Colonia Dignidad y un mejor tratamiento de los crímenes cometidos allí. Un plan de ayuda, presentado a fines de junio, menciona un fondo de ayuda a la «comunidad de víctimas». Pero dicho plan fue rechazado en el mismo Parlamento, porque no consideraba ninguna compensación individual. Tras las críticas, el ministro Federal de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, no descartó indemnizaciones individuales, pero advirtió que el Gobierno Federal las mantenía «muy restringidas».
«Alemania es la responsable de las víctimas de la secta que mantuvo Colonia Dignidad, porque tanto la Embajada de Alemania en Santiago de Chile como el Ministerio de Relaciones Exteriores cerraron deliberadamente los ojos ante los crímenes cometidos allí, durante años”, dijo Renate Künast duranteparlamentaria una visita a Chile.
La parlamentaria de Los Verdes pertenece a una comisión del Bundestag para el tratamiento de los crímenes en Colonia Dignidad. Ella se encuentra actualmente en Chile, junto con los diputados Michael Brand, cristiano-demócrata, y el socialdemócrata, Matthias Bartke, para analizar el tratamiento de los crímenes en Colonia Dignidad y el apoyo a las víctimas.
En dicho asentamiento, manejado por una secta alemana, y durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), fueron violadas, torturadas y asesinadas decenas de personas. Las instalaciones de Colonia Dignidad contaban con más de 13.000 hectáreas. Más tarde se llamó Villa Bavieria, y era habitada por varios cientos de emigrantes alemanes y sus familias.
Es «increíble cómo un sistema pudo durar tanto tiempo», dijo Künast. Durante décadas hubo denuncias e indicios de que en Colonia Dignidad había un régimen de violencia y privación de la libertad. «Esto es un fracaso de la política alemana», criticó. Las autoridades alemanas «ayudaron a mantener ese sistema de injusticia al no intervenir», concluye la abogada Künast.
Künast quiere despejar las barreras burocráticas para ver cómo se puede abrir un fondo de ayuda y cómo proveerlo, y cree que hay un tiempo prudente para hacerlo. La extrema pobreza en la que viven muchas personas en la región no pasó inadvertida para la política alemana. Se trata de lugareños que no pueden pagar los estudios de sus hijos ni los gastos médicos.
Künast y sus colegas del Bundestag también hablaron sobre la apertura de un centro de documentación independiente y un monumento a las víctimas de Colonia Dignidad, junto con Chile.
En 2017, el Bundestag exigió una indemnización para las víctimas de Colonia Dignidad y un mejor tratamiento de los crímenes cometidos allí. Un plan de ayuda, presentado a fines de junio, menciona un fondo de ayuda a la «comunidad de víctimas».
Pero dicho plan fue rechazado en el mismo Parlamento, porque no consideraba ninguna compensación individual. Tras las críticas, el ministro Federal de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, no descartó indemnizaciones individuales, pero advirtió que el Gobierno Federal las mantenía «muy restringidas».
Colonia Dignidad fue fundada por el exmiembro de la Wehrmacht y pastor laico Paul Schäfer, que huyó de Alemania hasta cerca de la ciudad de Parral, a unos 350 kilómetros de Santiago. Los esbirros de Schäfer torturaron a opositores chilenos y entrenaron a miembros del servicio secreto chileno en tiempos de Pinochet.
Después del fin de la dictadura militar en Chile, crecieron las acusaciones y quejas contra los líderes de Colonia Dignidad. Además de abusar de niños, allí se evadieron impuestos, hubo contrabando de armas, se mantuvo a personas privadas de la libertad y se usaron drogas prohibidas. En 1991, la secta fue oficialmente disuelta.
