Las fuertes inundaciones causadas por la tormenta Daniel afectaron varias regiones de Libia pero, en medio del horror, la tragedia se cebó con Derna, una ciudad costera al noreste del país.
Viviendas y calles quedaron arrasadas después de que una represa en el río Derna colapsara y, a su vez, se llevara por delante una segunda represa, mucho más cerca de la ciudad.
Aún no se sabe con certeza la cantidad de fallecidos, pero el alcalde de Derna, Abdulmenam al Ghaithi, estima que el número podría estar entre 18.000 y 20.000, basándose en la extensión del área de la ciudad que fue destruida por la inundación, dijo en declaraciones al canal de televisión saudí Al Arabiya.
Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil de la administración que gobierna el este de Libia, declaró a la agencia de noticias Reuters que el número de víctimas podría aumentar significativamente ya que “el mar arroja constantemente docenas de cadáveres”.
El estado en el que se encuentraba la zona tras la tormenta, el difícil acceso a esta región, la falta de equipos especializados en Libia y la división política del país están dificultando las labores de rescate en Derna.
Y el peligro aún no ha terminado.
Taha Muftah, un fotógrafo radicado en la ciudad, le dijo a la BBC que el sonido del colapso de las represas era como un ataque aéreo o intensos disparos.
“El agua ahora se ha detenido y todo lo que queda en gran parte de Derna son solo los escombros bajo el agua y las personas que fueron arrastradas por la inundación”.
Muftah señaló que tiene suerte de vivir en el lado oriental de Derna, que está en una colina y se salvó de las peores inundaciones.
El fotoperiodista afirmó que los socorristas han llegado y están “haciendo lo mejor que pueden y dando todo su esfuerzo”, pero carecen del equipo y la experiencia necesarios para hacer frente a la magnitud del desastre.
Mientras, los residentes de la ciudad siguen buscando a sus seres queridos y los cadáveres siguen apareciendo en la orilla del mar.
La playa está cubierta de ropa, muebles y juguetes, todos arrastrados de las casas barridas por la inundación.
Tommaso Della Longa, portavoz del presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, dijo que se estaba acabando el tiempo para encontrar sobrevivientes.
“Sabemos que lamentablemente esta ventana se cerrará en las próximas horas, pero la esperanza sigue ahí”, afirmó.
Los equipos de la Media Luna Roja Libia en el terreno, dijo, describieron el desastre como “un bombardeo y un terremoto (…) sucediendo a la vez”.
“Lo que nos cuentan son en realidad historias de zonas enteras de la ciudad que ya no están allí, pueblos completamente destruidos y miles de familias que en este momento realmente lo necesitan todo”, añadió Della Longa.
Sobre el terreno, los equipos de rescate libios buscan sobrevivientes en Derna con el apoyo de equipos de búsqueda y rescate de Egipto y Túnez, más de 160 efectivos de Turquía y bomberos de Italia y España.
Pero la dificultad no solo radica en buscar sobrevivientes.
Ahora se trata también de recuperar los cuerpos bajo el lodo para evitar desastres mayores en la población que ha sobrevivido en Derna.
“Necesitamos realmente equipos especializados en la recuperación de cadáveres. Temo que la ciudad se infecte con una epidemia debido al gran número de cadáveres bajo los escombros y en el agua”, añadió el alcalde de Derna.
La ONU advirtió que las miles de personas desplazadas en Libia ahora corren el riesgo de exponerse a enfermedades transmitidas por el agua.
Los trabajadores de emergencia en Libia están en una “carrera contra el tiempo” para enterrar a los muertos de la inundación en Derna para prevenir enfermedades, dijo el Servicio de Emergencia y Ambulancia de Libia a Al-Hadath TV.
Uno de los hospitales de la ciudad de Derna estaba lleno de cadáveres que tuvieron que ser retirados para su entierro.
Los equipos de rescate han podido entrar en varias zonas remotas en Derna, pero un corresponsal de Al-Hadath dice que hay algunas partes a las que todavía es difícil llegar.
Peter Millett, ex embajador británico, contó a la BBC que Derna es “una zona muy remota de Libia, descuidada durante años y de muy difícil acceso”, y que solo una carretera estrecha conduce a ella. Añadió que la asistencia “se necesita ahora mismo, no la próxima semana”.
Desde el terreno, Jaser Asweri, un profesor de salud pública de la Universidad de Bengasi, está ayudando a coordinar que llegue ayuda al lugar. Los equipos que coordina proporcionan alimentos y medicamentos y los envían diariamente y cada hora a la zona más afectada de Derna.
“Si vas desde Bengasi o desde cualquier lugar hacia Derna puedes ver que todo el mundo se dirige allá a ayudar”, contó.
Derna, con una población de unos 100.000 habitantes, está situada junto al mar y en el delta del río con el mismo nombre y que, de hecho, la atraviesa.
Normalmente, el río Derna está seco, pero las lluvias inusualmente intensas desbordaron las represas y llevaron a su colapso.
En declaraciones a la BBC, varias personas dijeron que los habitantes de Derna no conocían el alcance total del peligro que suponía la tormenta Daniel.
“Se había advertido a la gente que abandonara sus casas, pero no conocían plenamente el peligro”, contó Jaser Asweri, de una oficina libia del Consejo Noruego para los Refugiados y que trabaja en las afueras de la ciudad y tiene familiares viviendo allí, en declaraciones a la BBC.
“Ahora hay edificios en las laderas del valle que han sido destruidos y arrastrados al mar”.
La tormenta llevó más de 400 milímetros de lluvia a partes de la costa en un período de 24 horas. Es una cantidad extraordinaria de precipitaciones, contando con que la región tiene una media de 1,5 milímetros para todo el mes de septiembre.
Dicho de otro modo, cayó más de 260 veces del promedio mensual en una sola jornada.
Las represas tuvieron que soportar un volumen de agua con un peso estimado de 1,5 millones de toneladas.
Al peso del agua se sumó la fuerza con la que llegaba y fluía cuesta abajo y el peso de los escombros atrapados en el torrente. Así, llegó el colapso de la primera y después la segunda represa.
Los testigos han dicho que el agua alcanzó casi tres metros de altura en algunos lugares.
Para entender la magnitud, solo hace falta un torrente de agua de 20 centímetros de altura para derribar a una persona. Un torrente de un metro de altura puede hacer flotar un auto.
Los expertos dicen que es probable que las represas hayan sido construidas con tierra o rocas vertidas y compactadas, que no son tan fuertes como el concreto y se vuelven más vulnerables al colapso cuando se llenan demasiado.
Aya Burweila, experta consultora involucrada en propuestas de planificación urbana en Bengasi, cerca de Derna, explicó al programa Newsday de la BBC que la fuerza de la tormenta ejerció una fuerte presión, pero “la falta de mantenimiento de la presa es lo que la empujó a romperse”. Y añadió que esto es un problema “que se remonta al régimen de Gadafi”.
Los expertos advirtieron que las presas corrían riesgo de colapso desde 2011, pero “nadie hizo nada al respecto”, contó a la BBC el fotógrafo Taha Muftah.
Las labores de rescate se complican en un país que desde hace décadas vive una situación política inestable.
Libia ha estado en crisis desde que Muamar Gadafi fue derrocado y asesinado en 2011.
A esto le siguió una guerra civil y la división del país bajo dos autoridades. Por un lado, el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), reconocido internacionalmente y con base en Trípoli, en el oeste; por otro lado, la Cámara de Representantes en Tobruk, en el este, con el apoyo del comandante Jalifa Haftar.
Derna está en la zona este.
Los líderes del GNU han pedido al fiscal del país que abra una investigación sobre el colapso de las dos represas en Derna y pidieron responsabilizar a cualquiera que haya cometido errores o negligencias que condujeran a este desenlace.
También pidieron que se procesara a cualquiera que obstaculice la llegada de los esfuerzos de ayuda internacional, dijeron los medios locales.
Abdulkader Assad, editor político del Libya Observer, dijo que esta división ha dificultado los esfuerzos de rescate.
“No habíamos sentido el impacto de esta división, pero ahora que algunas ciudades están experimentando este desastre natural, esta calamidad, vemos que la falta de un gobierno centralizado unificado en realidad está afectando las vidas de las personas“, dijo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, subrayó que todos los grupos políticos deben trabajar juntos tras las inundaciones.
“Este es un momento para la unidad de propósito”, dijo.
“Todos los afectados deben recibir apoyo sin tener en cuenta ninguna afiliación. Es importante que se tenga especial cuidado para garantizar la protección de los grupos en situaciones vulnerables que corren un riesgo aún mayor después de un desastre de este tipo”.
Turk remarcó que las facciones rivales que dividen el país “necesitan unirse en una unidad central coordinada” para trabajar con la ONU y otras grandes organizaciones de ayuda para llevar ayuda a Derna rápidamente.