La ex primera dama de Haití, Martine Moïse, quien resultó herida en el ataque que acabó con la vida de su esposo, el presidente Jovenel Moïse, ahora enfrenta acusaciones de “complicidad y asociación criminal”, según documentos legales filtrados por un portal de noticias haitiano.
Martine Moïse, que resultó herida en el ataque en el que asesinaron a su esposo, el entonces presidente de Haití Jovenel Moïse, forma parte ahora de la lista de decenas de acusados tras dos años de investigación.
Se le imputan los cargos de “complicidad y asociación criminal”, según un documento legal filtrado por un portal de noticias haitiano.
Ni la ex primera dama ni su abogado han hecho comentarios sobre la acusación por el momento.
Moïse, en paradero desconocido, ha utilizado las redes sociales en los últimos días para denunciar “detenciones injustas” y lo que calificó como una “persecución interminable”.
Los medios haitianos destacaron que, si bien el extenso documento legal acusa a 51 personas, no identifica a quién ordenó y financió el asesinato del presidente Moïse.
El dirigente de 53 años fue muerto a tiros el 7 de julio de 2021 en su residencia privada en las afueras de la capital, Puerto Príncipe, por un grupo de mercenarios, en su mayoría colombianos.
Los últimos cargos se hicieron públicos el lunes, cuando el portal de noticias haitiano Ayibo Post filtró la acusación, y fueron presentados por Walther Wesser Voltaire, el quinto juez que encabeza la investigación del asesinato.
En el documento legal de 122 páginas, el magistrado expone las acusaciones a Martine Moïse y otros 50 sospechosos.
Sostiene que las declaraciones de la ex primera dama tras el asesinato de su marido estuvieron “tan marcadas por contradicciones que dejan mucho que desear y la desacreditan”.
Martine Moïse, de 49 años, fue gravemente herida en el ataque a su residencia en Pétion-Ville que culminó con la muerte de su marido.
Sufrió impactos de bala en los brazos y el muslo, además de lesiones severas en la mano y el abdomen.
Tras el incidente fue atendida de urgencia en el Hospital General de Puerto Príncipe, en medio de una gran confusión y falsos rumores sobre su fallecimiento.
Después la evacuaron a Miami, EE.UU., donde describió el asesinato de su esposo como un ataque de individuos “altamente entrenados y fuertemente armados” que buscaban sabotear la transición democrática en Haití.
El mismo julio de 2021 regresó a su país de forma inesperada, y su defensa legal asegura que en la actualidad permanece escondida en un lugar no revelado por motivos de seguridad.
Martine Moïse ha criticado en varias ocasiones la investigación del asesinato de su marido, al considerar que los magistrados encargados del caso no tienen interés en destapar la verdad.
La ex primera dama, que conoció a Jovenel Moïse durante su etapa universitaria, destacó durante su mandato por apoyar causas cívicas y humanitarias.
Lideró la Fondasyon Klere Ayiti, una ONG de desarrollo comunitario sobre educación y asuntos de la mujer, y también fue presidenta de coordinación del Fondo Mundial en Haití, que busca combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades en el país caribeño.
Como prueba contra Martine Moïse el documento cita una declaración de Lyonel Valbrun, que era secretario general en el Palacio Nacional de Haití cuando asesinaron al presidente.
Valbrun alega que Jovenel Moïse llegó al Palacio Nacional de Haití, la residencia oficial del presidente, dos días antes del asesinato.
Según el secretario general, Martine Moïse pasó cinco horas sacando “un montón de cosas” del palacio.
No está claro qué objetos supuestamente se llevó, pero la declaración sugiere que las acciones de la ex primera dama no respondían a “intuición” o “casualidad”, sino que tenía conocimiento previo de los acontecimientos que estaban por venir.
Valbrun alega también que ese mismo día ella lo llamó y le dijo: “Jovenel (Moïse) no ha hecho nada por nosotros” como presidente.
La acusación también menciona a otro sospechoso, el exfuncionario del Ministerio de Justicia haitiano Joseph Felix Badio, que acusa a Martine Moïse de conspirar para derrocar a su marido del poder.
Según Badio, la ex primera dama conspiró con el entonces primer ministro, Claude Joseph, para destituir a Moïse.
El plan, alegó Badio, era que Claude Joseph liderara el país hasta que se celebraran elecciones, en las que Martine Moïse se presentaría como candidata a la presidencia.
Claude Joseph también ha sido acusado de conspiración y asociación para delinquir.
En una declaración al periódico Miami Herald, Joseph aseguró que él y la ex primera dama están siendo atacados por el actual presidente y primer ministro en funciones de Haití, Ariel Henry.
El que fue primer ministro hasta el asesinato de Moïse sostiene que Henry fue “el principal beneficiario” de este crimen, ya que tomó posesión de su cargo dos semanas después y permanece en el poder desde entonces.
Las peticiones para su renuncia han aumentado en las últimas semanas, y muchos haitianos denuncian que no ha cumplido su promesa de celebrar elecciones.
Henry sostiene que los comicios no se pueden convocar mientras el país esté azotado por la violencia de las pandillas, fuera de control desde el asesinato del presidente Moïse.
Claude acusa a Henry de “convertir al sistema de justicia haitiano en un arma, procesando a opositores políticos como yo”.
“No lograron matarnos a Martine Moïse y a mí el 7 de julio de 2021, y ahora están utilizando el sistema de justicia haitiano para promover su agenda maquiavélica”, publicó.
Henry no está en la lista de acusados por el juez Walther Wesser Voltaire, pese a que los registros telefónicos supuestamente mostraban que recibió varias llamadas telefónicas de uno de los sospechosos en las horas posteriores al asesinato.
El sospechoso que supuestamente llamó al actual presidente es Joseph Felix Badio, el mismo hombre a quien se cita acusando a Martine Moïse de conspirar para derrocar a su marido.
Henry siempre ha sostenido que no recuerda haber recibido una llamada telefónica de Badio la noche del asesinato.
Sin embargo, el hecho de que cesara al fiscal que intentó interrogarlo por las llamadas telefónicas desató críticas y retrasó aún más la investigación.
El primer ministro también desestimó las acusaciones de estar vinculado de alguna manera con el asesinato de Moïse y las calificó de “noticias falsas”.
Las autoridades haitianas no son las únicas que investigan el asesinato de Moïse.
Cuatro personas han sido condenadas a cadena perpetua en Estados Unidos, donde se habría urdido parte del complot para derrocar al presidente Moïse.