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El efecto Teletón en el financiamiento del Plan AUGE


Muy pocos con el corazón bien puesto serían capaces de criticar lo atingente y necesario del contenido del Plan Auge, que representa un esfuerzo destacable por la equidad social en un ámbito tan esencial como la salud de las personas.



Lo que resulta difícil de entender es la fórmula de financiamiento, en lo que se refiere al impuesto a los combustibles. Un impuesto que no afectaría a todos, sino sólo al diesel, el carbón y el petcoke.



Analicemos el impacto de esta propuesta en el sector eléctrico:



En el Sistema Interconectado Central, SIC se utiliza para generar energía eléctrica: los recursos hídricos, el gas natural, el carbón y en menor proporción petcoke, diesel y petróleos pesados. Como es de toda lógica los precios de los combustibles mencionados influyen directamente en el precio de la electricidad, así el precio del carbón influye en un 30% en el precio de la denominada componente energía del precio regulado. El precio del carbón es hoy día de 40 dólares por tonelada, por tanto los US$ 8,9 adicionales propuestos como impuesto representan un alza de 22% y de 6.6% en el precio de la energía.



Hagamos cuentas simples: para los próximos 12 meses está previsto un consumo de carbón de 907.000 toneladas en el sistema SIC. El estado recaudaría 8 millones de dólares por este consumo de las empresas generadoras eléctricas. La generación total será de 34 millones de MegaWatt/hora (MWh) en ese mismo periodo. El precio vigente de cada MWh es de 24 dólares, un alza de 6.6% representa 1,5 dólares por cada MWh y por tanto un desembolso por parte de todos los usuarios de electricidad de 51 millones de dólares. Es decir todos los usuarios de electricidad conectados al sistema SIC aportan 51 millones de dólares para que el estado recaude sólo 8 millones como impuesto.



¿Dónde quedan los 43 millones de dólares restantes? En los bolsillos de algunas generadoras eléctricas. La misma situación se repite para el Sistema Interconectado del Norte Grande, donde el impuesto recaudado sería de 8 millones de dólares con un desembolso por parte de los usuarios de electricidad de 25 millones de dólares.



¿Cuál es la lógica de esto? Parece no tenerla. Como un gran amigo dice «es similar al efecto Teletón» donde se ofrece a las empresas participar de incrementos de ventas producto de la obra social, que son sustancialmente mayores a sus aportes efectivos a la misma obra. Se quedan con la diferencia y ganan todos. Esto puede ser lógico para financiar una obra de caridad. Con ello la Teletón se ha podido capitalizar y mantener en el tiempo. Pero es del todo cuestionable que para legitimar un impuesto haya que compartir sus frutos con privados en las magnitudes señaladas.



Dios quiera que no sea esto último y sólo corresponda a un error de quienes diseñaron esta medida, y que no han tenido en cuenta las consecuencias negativas asociadas a su implementación.





* Consultora independiente. Fue secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía.



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