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El caso Coimas y el control del poder

El politólogo suizo Alois Ricklin explica que tras 3.000 años de ensayo y error los seres humanos hemos inventado seis grandes procedimientos. Se trata de innovaciones políticas que, «en la historia de la civilización, son al menos tan importantes como la invención de la imprenta, de la máquina de vapor o de las computadoras».


La experiencia del abuso de poder la han sufrido los seres humanos desde sus orígenes. La dominación de los faraones aplasta a los judíos hasta la llegada de Moisés. Incluso reyes justos como David ceden a la lujuria, llevan a Urías a la muerte con tal de poseer definitivamente a su mujer. Se requiere de un profeta, Natán, para enmendar el rumbo. La antigüedad greco latina igualmente cuenta de los abusos de tiranos que llevarán a la reacción de los atenienses y romanos estableciendo respectivamente la «polis» y la «res pública».



¿Cómo evitar el abuso de poder?



El politólogo suizo Alois Ricklin explica que tras 3.000 años de ensayo y error los seres humanos hemos inventado seis grandes procedimientos. Se trata de innovaciones políticas que, «en la historia de la civilización, son al menos tan importantes como la invención de la imprenta, de la máquina de vapor o de las computadoras».



Veamos cuales son ellas:



Primer procedimiento: control del poder mediante constituciones y leyes. La autoridad debe someterse a la ley. No está sobre ella. Y quien la infringe, es sancionado incluso penalmente.



Segundo procedimiento: división del poder mediante la Constitución mixta o división de poderes. Los tribunales de justicia, el Congreso, el Ejecutivo, el Tribunal Constitucional, la Contraloría constituyen parte de un entramado que busca controlar el poder con otro poder.



Tercer procedimiento: limitación del poder por medio de unos derechos fundamentales inviolables. La lucha principal que llevó a la derrota del General Pinochet se fundó justamente en la convicción internacional y nacional mayoritaria que su régimen violentaba sistemáticamente los derechos humanos. Ni sus éxitos macroeconómicos ni su fuerza militar bastaron para mantenerlo en el poder.



Cuarto procedimiento: moderación del poder mediante el principio de proporcionalidad. El Estado y en general todo gobernante sólo ha de utilizar medios justos para la consecución de un fin legítimo. Incluso la lucha contra el terrorismo o la derrota de partidos antidemocráticos no justifican cualquier método de acción. Así lo enseña la experiencia española italiana de los ochenta y noventa.



Quinto procedimiento: participación en el poder por parte de los gobernados. La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Cada cierto tiempo las autoridades concurren a elecciones para legitimar su mandato. Y entre las elecciones una sociedad civil fuerte, partidos políticos de oposición y una opinión pública activa son límites al poder del gobernante.



Sexto procedimiento: nivelación del poder mediante la disminución de las barreras del poder. A diferencia de griegos y romanos que exigían ser hombre, mayor de 35 años y propietario para tener derecho a participar, hoy todos los mayores de edad pueden hacerlo. Desde informarse hasta ser elegido representante popular. La democracia es una sociedad abierta a todos los seres humanos sin distingo de clase, raza, sexo, estirpe o condición.



La experiencia de las últimas semanas nos ha demostrado que, uno a uno, estos procedimientos de control están operando en Chile. Sin embargo, seamos claros que las instituciones políticas no son nada sin personas que la utilicen moralmente. Por ello insistamos en el deber de participar de cada chileno. La apatía generalizada tanto en el Estado, los partidos políticos como en la sociedad civil aumenta las oportunidades que Chile sea dominado por personas poco responsables, sin escrúpulos y amantes de sólo aumentar el propio poder.



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