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Disminución de la jornada laboral y productividad

Nuestro país tiene una de las jornadas laborales más extensas del mundo, pero no formamos parte del grupo de países más productivos del planeta.


Opiniones contrapuestas ha generado la próxima reducción de la jornada laboral en Chile, de 48 a 45 horas semanales, que comenzará a regir desde enero del próximo año.



Algunos empresarios opinan que esta reducción de la jornada aumentará costos para las empresas y disminuirá la productividad. Creo que la inquietud en algunos sectores es comprensible, porque no es fácil mantener a flote una empresa en el competitivo mundo moderno. Sin embargo, es necesario aplicar miradas de mediano y largo plazo a este tema. Nuestro país tiene una de las jornadas laborales más extensas del mundo, pero no formamos parte del grupo de países más productivos del planeta.



Cuando un trabajador se expone de manera continua a largas y agotadoras jornadas de trabajo, está más propenso a errores y accidentes, aumenta su nivel de irritabilidad, y en definitiva puede convertirse en factor de un mal clima laboral. Sabemos que se pierden al año más de 3 millones de días-hombre de trabajo en Chile por accidentes y enfermedades profesionales; sin contar las licencias médicas por estrés o agotamiento que seguramente abultan esa cifra.



Estoy convencido de que, si fomentamos una buena calidad de vida en el trabajo y optimizamos las prácticas productivas en las horas laborales, junto con períodos de descanso adecuados, los días que se pierden al año por enfermedades o accidentes disminuirán de manera importante, y a la larga esto será más beneficioso para las personas y empresas.



Hoy, la calidad de vida laboral involucra aspectos como los ejercicios físicos, una alimentación sana, lugares de trabajo con buena iluminación, ambientes libres de humo de tabaco y también una administración adecuada del tiempo dedicado a descansar y trabajar. En el INP Sector Activo estamos preocupados por estos temas, y hacemos nuestros propios aportes al mejoramiento de la calidad de vida laboral, por ejemplo a través de los programas de ejercicios físicos o «pausas saludables» en el lugar de trabajo.



Más allá de discutir si trabajamos «más» o «menos» horas a la semana, lo importante es generar buenos índices de productividad compatibles con ambientes de trabajo sanos. Esto también debiéramos conseguirlo con jornadas laborales menores a las actuales, que permitan un descanso adecuado para que las personas aporten lo mejor de sí en las horas dedicadas al trabajo. «Menos» horas de mayor productividad, y no «más» horas de mala calidad laboral: ése es el camino.



Ernesto Evans Espiñeira. Director Nacional del Instituto de Normalización Previsional (INP)

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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