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El robo del siglo XX y XXI: Debate de economistas y el cobre (VI)


El Mostrador.cl del lunes 3 de julio informa sobre el debate de economistas organizado por el Partido Socialista. Se destaca como título «Ffrench Davis: No basta con hacer política social, hay que corregir el modelo». «Profesionales de distintos sectores de la Concertación coincidieron en la necesidad de aprovechar la »oportunidad histórica» que representa la actual bonanza del precio del cobre».



«La jornada de debate, que reunió a tres prestigiados expositores- Ricardo Ffrench Davis, por la Comisión Económica de la DC; Jorge Marshall, director de Expansiva, por el PPD, y Luis Enrique Escobar, ex funcionario del FMI y economista del PS, concordó con la necesidad de generar una mirada estratégica de más largo plazo, respecto del país que se aspira al futuro, dado que se ha carecido de una discusión profunda sobre el tipo de desarrollo que aspira a darse el país, quedándose muchas veces sólo en la coyuntura o sólo en los cuatro años de la presente administración».



Para contribuir a una propuesta de largo plazo para Chile, recordamos los planteamientos de Robert Solow, Premio Nobel de Economía, quien en los primeros años de la Concertación estuvo en la Universidad de Chile. Él es uno de los teóricos contemporáneos más sobresalientes del neoliberalismo. El Premio Nobel lo obtuvo por sus trabajos ‘Modelos de Crecimiento’, -entre ellos- el modelo de crecimiento basado en materias primas no renovables. En sus conferencias en la Universidad de Chile, participaron muchos economistas chilenos, varios de ellos sus alumnos en Estados Unidos, y que actualmente tienen amplia presencia tanto en la academia como en las definiciones de las políticas estatales.



Robert Solow inició su primera Conferencia con la siguiente formulación:



«Después de recorrer 10.000 kilómetros para hacer uso de la palabra en este encuentro, no podría elegir para hablar un tema de interés restringido. Lo único que cabe es que aborde un tema de largo plazo para la economía chilena.



Este país encara, sin duda, problemas de corto plazo […] Pero deseo referirme, en cambio, a problemas de más largo plazo, de enorme trascendencia para Chile y su economía, que se plantea en un horizonte temporal, no de dos a cinco años, sino de dos a cinco décadas.



Chile tiene mucha suerte de partir con una valiosa base de recursos naturales, tanto no renovables, entre ellos cobre y nitrato, como renovables entre los que destacan bosques y pesquerías. Sería fácil para Chile optar por limitarse a jugar el papel de ser un productor primario y dejar la industria manufacturera avanzada a países como Taiwán o Japón, que son tan desafortunados que carecen de recursos naturales que explotar. Pero eso no construiría un buen futuro para Chile, en parte debido a que la explotación de recursos naturales puede no suministrar un número suficiente de buenos empleos para la población del país y en parte porque el oficio de productor primario constituye una ocupación muy riesgosa.



De manera pues que el problema del largo plazo para Chile consiste en utilizar su base de recursos de modo inteligente en tanto se transforma en una economía más versátil y diversificada».



Concluye la Conferencia con la siguiente formulación.



«El mensaje que quiero dejarles es que una fórmula de este tipo puede ser el mejor camino para que Chile pase de ser principalmente un productor y exportador de materias primas, a un país de alta productividad industrial, o al menos a una economía basada fuertemente en la industria, exitosa en cuanto a su competitividad y exitosa como sociedad».



Los planteamientos teóricos de Robert Solow son recogidos en parte en el reciente debate de los economistas de la Concertación. Por lo demás, estos planteamientos que aparecen muy teóricos coinciden con la lógica del sentido común.



En esta línea, agregamos que Chile debería usar en forma creadora la relación entre mercado, regulación de algunos mercados y una estrategia de diversificación muy variada de producción de bienes y servicios, incluyendo bienes y servicios de alta tecnología. Es decir, una estrategia de largo plazo de inserción creadora en la economía mundial.



Para la diversificación productiva y desarrollo tecnológico, Chile debería usar los excedentes de una explotación racional de los recursos naturales, sobre todo usar los excedentes del cobre. En el cobre, se debería prohibir la exportación de concentrados de cobre en períodos relativamente breves y como materia prima sólo autorizar la exportación de cobre refinado. Además, Chile debería producir todo tipo de bienes industriales basados en el cobre – tubos, cables-, pero sobre todo ir a productos más sofisticados como motores eléctricos y avanzar en una gran variedad de artículos que utilizan cobre. También, debería desarrollar una amplia industria abastecedora de los miles de productos intermedios y de capital que se utilizan en la industria minera chilena. Pero este sector debería desarrollarse de una perspectiva de exportar hacia otros países mineros.



Llama la atención que en el debate de los economistas de la Concertación, sólo haya estado presente los excedentes que capta el Estado actualmente por el cobre. En la nota periodística no se hace mención a las grandes utilidades de las empresas extranjeras que son las más beneficiadas con el aumento del precio del cobre. En 2006, los excedentes de las empresas mineras extranjeras serán de 18.000 millones de dólares, que equivalen a 15 % del PIB, 70 % del presupuesto del Estado, a 4 veces el presupuesto del Ministerio de Educación y son tan elevados que equivalen a 2 o 3 veces los elevados excedentes de Codelco para este año. Las cuantiosas utilidades de las empresas mineras privadas, particularmente extranjeras, en realidad es una apropiación de una parte mayoritaria del sueldo de Chile. Esta apropiación nos ha llevado a titular esta serie como «El robo del siglo XX y del siglo XXI».



En una estrategia de desarrollo de largo plazo, se debería considerar usar no sólo los excedentes que actualmente recibe el Estado, sino captar una parte significativa de los elevados excedentes de las empresas privadas, particularmente extranjeras.



En relación a la ‘oportunidad histórica’ que representa la actual bonanza del precio del cobre, reiteramos que los elevados precios del cobre no son transitorios. Esto, lo desarrollamos en la nota anterior, en que criticábamos al Ministro Andrés Velasco. Los elevados precios del cobre obedecen a un cambio histórico en la economía mundial que se manifiesta del paso de términos de intercambio desfavorables a términos de intercambio favorables, particularmente de energéticos y de metales. La oferta mundial de cobre hasta el 2010 está por debajo de la demanda mundial de cobre. Los precios del cobre dependen en gran medida del crecimiento de la producción de Chile. La producción chilena debe ajustarse a las condiciones que presentan la economía mundial, y en especial, seguir las señales del mercado mundial del cobre.



La historia económica mundial muestra que no hay ningún país que se haya desarrollado sólo en base a la producción y exportación de productos primarios. Los economistas neoliberales ortodoxos rechazan todo lo anterior, tanto la historia económica mundial como planteamientos teóricos que también son de sentido común. Desconocen o no le dan importancia a la propia historia económica de Chile.



Los planteamientos de economistas de la Concertación, que dirigen en sus respectivos partidos los grupos de estudio, no son nuevos. En el pasado los han planteados, pero han sido ignorados o rechazados por los economistas que están en cargos del gobierno.



A los economistas de la Concertación que hacen críticas al modelo, también se les aplica lo que señala el ‘Manifiesto Internacional de Economistas Académicos’, -muchos de ellos Premios Nóbel. En dicho documento se dice: ‘Los economistas neoliberales promueven la libertad en los mercados. Sin embargo, no la practican en el campo de las ideas, donde son autoritarios’.



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Orlando Caputo. Economista Universidad de Chile, Investigador de Cetes y del Grupo de Economía Mundial de Clacso y de la Redem (cetes@terra.cl).



Graciela Galarce. Economista Universidad de Chile, Magíster en Ciencias Sociales – Flacso, Investigadora de Cetes
(cetes@terra.cl).

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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