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Muertes en accidentes de tránsito


En Chile, circulan menos de tres millones de vehículos por carreteras considerablemente mejoradas en términos de seguridad, gracias a la introducción de dobles vías, túneles, peajes sin detención en la ruta, entre otras medidas, no obstante lo cual murieron 1.652 personas en 2006 y 1.641 en 2007 por causa de accidentes del tránsito.



Las cifras significan un rotundo fracaso de las campañas de prevención, si consideramos que en España fallecieron el año pasado 2.741 personas por la misma causa, con participación de un parque de vehículos que llega a los 29,7 millones, 10 veces más que en Chile.



Llama la atención, moviendo a buscar la causa de tanta diferencia, la que necesariamente debe encontrarse, que mientras en España se han adoptado medidas eficientes, oportunas y efectivas -entre otras, introducción de la licencia de conductor por puntaje y modificaciones al Código Penal agravando las penas en caso de delitos relacionados con la conducción-, en Chile no se ha hecho nada en los últimos años.



La ley NÅŸ 20.068, publicada el 10 de diciembre de 2005 y que modificó importantes aspectos de la ley de Tránsito, se originó en una iniciativa ingresada al Congreso en 1993, esto es, 12 años antes. El proyecto destinado a introducir la licencia de conductor por puntaje fue despachado el 20 de octubre de 2004 por la Cámara de Diputados y, luego de más de tres años, está a la espera de ser puesto en tabla en la comisión de Transportes del Senado. Un conductor se ufana de transitar a más de 200 kilómetros por hora y, pasado el impacto inicial, nadie hace nada.



Al ritmo de la legislación chilena, con la indiferencia de quienes pueden -y deben- hacer algo, frente al crecimiento del parque automotor en el país, si el Ministerio de Transportes y los legisladores no encaran con seriedad este problema y se entregan a legislar con oportunidad y conocimientos técnicos y legales adecuados, para establecer no solamente la licencia de conductor por puntaje probada como eficiente en todo el mundo, sino además para crear la «Agencia Nacional de Estándares de Conducir» e introducir el concepto de «conductor de alto riesgo», entre otras medidas que duermen sin que a nadie le interese desempolvarlas, podemos esperar que mueran más de los 4,5 chilenos que perecen cada día en las calles y carreteras.



Leonardo Aravena Arredondo es profesor de Derecho de la Universidad Central

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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