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Los Legionarios también destruyen

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Patricio Herman
Por : Patricio Herman Presidente de la Fundación Defendamos La Ciudad.
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Como esos clérigos eran contumaces, volvieron a la carga y después de muchas visitas convencieron al Seremi titular, quien, utilizando el típico lenguaje melifluo de los funcionarios que saben que están actuando mal, aprobó con nota oficial del 31 de julio de 2000, dirigida a Eliodoro Matte Larraín y al Reverendo Padre Vicente Cortina, el proyecto educacional universitario de marras.


Nos referimos a los Legionarios de Cristo, congregación religiosa muy conservadora creada en 1941 por el fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel, influyente persona que tenía unos gustos un tanto curiosos : los sacerdotes y seminaristas, con mucha  devoción, lo llamaban nuestro padre. Hemos sabido que el Vaticano está investigando a esta comunidad en los 18 países en donde existe a raíz de lo que se ha sabido respecto de los comportamientos mundanos y extravagantes de Maciel.

El obispo de Concepción Ricardo Ezzati  está asignado para fiscalizar a la rama chilena y de otros países latinoamericanos de esa organización católica en calidad de visitador y sin tener plazo para ello deberá entregar un completo informe a la Santa Sede acerca de lo que investigó y quien resolverá será el Papa Benedicto XVI.

[cita]Como esos clérigos eran contumaces, volvieron a la carga y después de muchas visitas convencieron al Seremi titular, quien, utilizando el típico lenguaje melifluo de los funcionarios que saben que están actuando mal, aprobó con nota oficial del 31 de julio de 2000, dirigida a Eliodoro Matte Larraín y al Reverendo Padre Vicente Cortina, el proyecto educacional universitario de marras.[/cita]

Ya que por el hecho anterior los Legionarios están en el debate público, recordamos que  en los inicios de 1999 ellos habían solicitado al Ministerio de Vivienda y Urbanismo una autorización para que en el área verde Cerro del Medio, localizado en el sector residencial de La Dehesa, comuna de Lo Barnechea, se pudiera construir la sede principal de la Universidad Finis Terrae, a sabiendas que ello no estaba permitido en la regulación urbanística. Por tal razón, el 26 de febrero de 1999, el Seremi sustituto de ese ministerio resuelve negativamente la solicitud.

Pero como esos clérigos eran contumaces, volvieron a la carga y después de muchas visitas convencieron al Seremi titular, quien, utilizando el típico lenguaje melifluo de los funcionarios que saben que están actuando mal, aprobó con nota oficial del 31 de julio de 2000, dirigida a Eliodoro Matte Larraín y al Reverendo Padre Vicente Cortina, el proyecto educacional universitario de marras.

Tiempo después, los vecinos adyacentes al área verde, nos solicitan ayuda para evitar la consumación del acto ilegal, curiosamente validado por el ministerio que, entre otras funciones, tiene que hacer cumplir la ley respectiva (sic). Y así fue como investigamos el desarrollo irregular de los hechos y en distintas oportunidades les señalamos a las autoridades ministeriales que el uso de suelo asignado al Cerro del Medio no admitía la construcción de una universidad, pero ningún funcionario del gobierno central se dio por aludido porque, suponemos, habría una instrucción de alto nivel para que no se «molestara» con exigencias burocrática a tales egregios personajes.

Dado que la Dirección de Obras de Lo Barnechea, como era su deber, les había negado el permiso de edificación, fue necesario que el Minvu imperativamente obligara a la anterior a autorizar dicho permiso, lo que aconteció el 6 de septiembre de 2002. Con esta aprobación en la mano, los Legionarios se movieron con suma rapidez y, como convincentes hombres de negocios, lograron que la servicial Corema, enseguida, el 17 de octubre de 2002, les aprobara la Declaración de Impacto Ambiental presentada por ellos.

Ante tales hechos a consumarse, con el Movimiento Acción Ecológica, denunciamos el 18 de diciembre de 2002, esas inmorales actuaciones públicas en la Contraloría General de la República, la que, el 26 de noviembre de 2003, dictamina que todos los actos administrativos otorgados por el Estado eran ilegales, con lo cual la Municipalidad de Lo Barnechea dejó sin efecto el forzado permiso de edificación trucho. Acto seguido, los devotos Legionarios, muy molestos con aquello, contratan a un renombrado abogado agnóstico y presentan en la Corte de Apelaciones de Santiago un recurso de protección en contra de la Contraloría General, institución que fue muy bien defendida por el Consejo de Defensa del Estado y también por la abogada de la Municipalidad de Lo Barnechea. A mediados del 2004 la Corte Suprema validó completamente el dictamen del ente fiscalizador y así se respetó la normativa urbana que protege las áreas verdes y, como era de esperar, los funcionarios de Vivienda no recibieron ninguna amonestación por sus dóciles comportamientos.

Tiempo después, en los meses del verano de 2005, y como el negocio no había prosperado, estos emprendedores religiosos empezaron a rellenar con tierra y piedras la Quebrada El Culén, situada en la ladera nor-poniente del Cerro Isla del Medio, que vierte sus aguas en el Estero Las Hualtatas. Pues bien, en la confluencia de ambos cursos de agua no hallaron nada mejor que depositar enormes cantidades de tierra y piedras en parte del lecho del estero, con lo cual consiguieron abrir un camino que les permitió tener libre acceso a la parte plana del cerro, la cual hoy en día es una enorme torta con toda la flora nativa enterrada en sus profundidades.

Esta conservadora e influyente congregación religiosa, en donde «militan» la mayoría de los hombres de negocios que mandan en Chile, es dueña del Colegio Everest,  localizado en las inmediaciones, hacia el poniente, del área verde protegida por la regulación urbanística vigente. Para ampliar el terreno que acoge a ese establecimiento educacional, sus autoridades socavaron la ladera de otro cerro y así ganaron nuevos terrenos en los cuales construyeron canchas deportivas y un gimnasio para sus alumnos. Pero los ejecutores de la horadación tuvieron mala suerte ya que, por trabajar en forma descuidada, se desmoronó un tramo de la calle Punta de Águilas. Y los «educadores» ni se inmutaron por el destrozo causado en esa vialidad pública, la que quedó inutilizada  por 2 años.

A raíz de esos trabajos, y como había que proceder con eficiencia económica, los religiosos no llevaron los escombros, la tierra y las piedras sacadas del colegio, a un lejano vertedero legal, sino que procedieron a crear un nuevo y propio botadero, justamente en el plano del Cerro del Medio, porque con este procedimientos la distancia a recorrer era muy corta, a diferencia de los vertederos de verdad que se sitúan en las comunas del sector poniente de la región, es decir, muy lejos. Y así también se ahorraron de pagar las tarifas que cobran las empresas del ramo por transporte y depósito de basura.

Ante las denuncias de los vecinos, el 20 de junio de 2005, la Dirección General de Aguas del MOP, resolvió apercibir a la Inmobiliaria Everest para que en el plazo máximo de 30 días detuviera los trabajos de relleno y retirara los escombros depositados por ella, tal como lo dijimos, en la confluencia del Estero Las Hualtatas con la Quebrada El Culén. Como esta resolución de la autoridad competente no produjo ningún resultado, pues los sacerdotes la ignoraron olímpicamente, la depredación  ocasionada en el área verde continuó en forma inalterable, lo que es demostrativo de la hostilidad que tienen hacia la naturaleza.

Debido a que lo relatado está confirmado oficialmente en ORD. Nº 1153 del 14 de mayo de 2009, de la CONAMA, en donde todos los servicios públicos sectoriales establecieron las ilegalidades comentadas, nuestra Fundación, con los vecinos perjudicados, nos ponemos a disposición del obispo interventor Ricardo Ezzati, con la idea de entregarle los antecedentes que él estime conveniente conocer. Nosotros, por de pronto, les exigimos a los Legionarios que a la brevedad  restituyan toda la flora nativa devastada, recuperando el estero y la quebrada para que así el área verde cerro del Medio vuelva a ser el ícono natural que fue hasta el 2004.

Si se procede en consecuencia, entre otras cosas, en unos años más tendremos de vuelta la avifauna que desapareció y así las numerosas lechuzas que allí anidaban controlarán a los roedores colilargos que transmiten el virus Hanta. Finalmente, estamos seguros que el Consejo de Defensa del Estado interpondrá las acciones judiciales respectivas en contra de ellos por la configuración del daño ambiental que voluntariamente ocasionaron.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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