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¿La derecha es nueva o vestida de seda?

La concentración económica en Chile en manos de los sostenedores del Gobierno es tan inmensa que es incompatible con una modificación de sus conductas.


Pablo Longueira ha hecho una presentación al plenario de la UDI señalando propuestas y desafíos para la derecha chilena intentando dar una imagen de modernidad y alejamiento de su raíz capitalista, lejana de la dictadura y lejana también de los viejos partidos Liberal y Conservador.

El Presidente Piñera, por su parte, habla de una derecha para los nuevos tiempos y se codea con los líderes mundiales del nuevo conservadurismo.

El gobierno, a su vez, apunta a un programa con extraña mezcla de populismo y asistencialismo.

La pregunta es ¿es auténticamente sincera esta nueva postura de la UDI o es como el viejo dicho de la mona que aunque se vista de seda, mona queda?

Debo reconocer, como democratacristiano, que más allá de este dilema en el que me apunto por la segunda posibilidad, es parte de la estrategia de los últimos años de este partido, cual es intentar dividir a la Democracia Cristiana señalando que es la única Democracia Cristiana que pacta con la Izquierda o la única Democracia Cristiana que busca un modelo de desarrollo obsoleto e inútil para países como el nuestro que han llegado ya a los US$ 15.000 per cápita.

Por ello vale la pena preguntarse si lo planteado por el Senador Longueira tiene asidero, es un volador de luces o más bien un globo de ensayo.  Pienso que no tendrán futuro estos planteamientos de mi colega senador por varias razones:

Piñera no es Sarkozy, paradigma de esta nueva derecha europea.

La concentración económica en Chile en manos de los sostenedores del Gobierno es tan inmensa que es incompatible con una modificación de sus conductas: los bancos, las financieras, las grandes concentraciones agrícolas, mineras, etc, no son precisamente monjas de la caridad como para pensar en un conservadurismo piadoso en Chile.

Los proyectos que mejorarían la situación de los pueblos originarios suenan a música celestial ¿pero alguien puede creer que los dueños de las tierras indígenas, que son sus seguidores, van a entregar sus privilegios en la Araucanía?

¿Puede alguien creer que va haber una reforma laboral si toda la política hecha hasta el momento favorece a los capitalistas?

Puede creérsele a la derecha cuando habla de mejorar las condiciones de los sectores medios o populares cuando habría que hacer reformas tributarias que lesionarían sus haberes para financiarlas?

Por eso, no creo en la renovación de la derecha salvo en aspectos superficiales asentados en su máquina publicitaria y en su concentración periodística.

Por lo tanto, a la pregunta del titulo en estas líneas me quedo con la respuesta que ya señalé: No hay tal nueva derecha.  Hernán Larraín ya lo manifestó públicamente desahuciando tal propuesta. Es tan solo una derecha que se viste de seda, pero como en el cuento de la mona: mona se queda”.

*Mariano Ruiz-Esquide Jara es senador.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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