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Evaluación docente y pobreza

María Ignacia Fernández
Por : María Ignacia Fernández Directora Ejecutiva de Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo.
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La relación entre la tasa de pobreza en el 2002 y la calidad de los profesores en el 2010 es casi nula, de apenas 1%, lo que significa que hay un 99% de “otras cosas” que explican el mal desempeño docente. La vinculación de la calidad docente con el ingreso per cápita promedio en las comunas, también es baja, de apenas 7%.


¿Usted piensa que la calidad de los profesores es peor en las comunas más pobres de Chile? Quizás la gran mayoría de nosotros piensa que sí. Pensábamos lo mismo hasta hace unos días. Al conocer los datos de la Evaluación Docente 2010, anunciados el martes pasdo por el Ministro Lavín, nos volcamos a calcular estadísticamente esa relación.  La correlación la calculamos entre, por un lado, la tasa de pobreza a nivel comunal y el ingreso per cápita promedio en la comuna en el año 2002 y, por otro, la calificación promedio de los profesores de cada comuna de Chile en la última evaluación docente. De haber existido esa relación, la conclusión hubiera sido que la pobreza a nivel comunal dificulta contar con buenos profesores, lo que a su vez reproduce la pobreza en esos lugares.

Pero los resultados dicen otra cosa. La relación entre la tasa de pobreza en el 2002 y la calidad de los profesores en el 2010 es casi nula, de apenas 1%, lo que significa que hay un 99% de “otras cosas” que explican el mal desempeño docente. La vinculación de la calidad docente con el ingreso per cápita promedio en las comunas, también es baja, de apenas 7%.

[cita]La relación entre la tasa de pobreza en el 2002 y la calidad de los profesores en el 2010 es casi nula, de apenas 1%, lo que significa que hay un 99% de “otras cosas” que explican el mal desempeño docente. La vinculación de la calidad docente con el ingreso per cápita promedio en las comunas, también es baja, de apenas 7%.[/cita]

Una conclusión de este resultado sorprendente es que las políticas públicas que en los últimos años se han orientado a fortalecer la educación en los territorios más pobres de Chile, han funcionado bien en el objetivo de equilibrar la calidad del cuerpo docente. Las comunas más pobres de Chile ya no están condenadas a tener peores profesores. Esta conclusión es reforzada por otro análisis de los resultados que anunció el Ministro Lavín: en las comunas pobres tiende (levemente) a haber un mayor porcentaje de profesores que en la evaluación fueron calificados como «destacados». Ahora que está de moda culpar al ex­-Presidente Lagos por todos los males reales y supuestos del Estatuto Docente, se deberá reconocer que al menos en el esfuerzo de atraer mejores profesores para las comunas más pobres, su política fue exitosa.

Pero este resultado abre una nueva interrogante: si los profesores de las comunas más pobres son de más o menos la misma calidad que los del resto de Chile, ¿por qué entonces a los alumnos de esas mismas comunas pobres les va mucho más mal en las pruebas SIMCE o en la PSU? Algo se cruza entre el desempeño del profesor, más o menos promedio, y el desempeño del alumno, muy malo. Con sus políticas el Estado ha podido influir en lo que está en buena medida bajo su control: la calidad de los profesores. Pero no puede por sí solo -al menos no sólo con políticas sectoriales-resolver lo que en esta economía depende principalmente de otros actores, que es el entorno socioeconómico en que viven los alumnos.

Si nuestro análisis es correcto, podemos anticipar que las medidas que está buscando implementar el Gobierno con la reforma educacional en curso, centrada en los docentes y en crear colegios de excelencia, tendrán un efecto limitado si quienes están en el centro de la educación, los alumnos y sus familias, no tienen también una mejor calidad de vida, y si un magnífico colegio se sitúa en un territorio en el que reina la pobreza y donde la vida depende de un subsidio social. En otras palabras, al final del día no habrá avances notables en educación sin avances igualmente extraordinarios en equidad en cada rincón de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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