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Demandas estudiantiles, soberbia y descalificación ideológica

Eduardo Bitran
Por : Eduardo Bitran Presidente Club de Innovación, Académico Universidad Adolfo Ibáñez
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Muchas reformas en las universidades no ocurren porque son impopulares entre académicos que tienen temor a perder posiciones y privilegios. El rector los necesita para reelegirse y así se impiden cambios que van en beneficio de los estudiantes y de la sociedad toda. Ejemplos hay muchos incluyendo las universidades públicas líderes en Chile.


Leí la columna “La expansiva soberbia de Eduardo Bitrán”. El autor cae en la soberbia de descalificar con estereotipos ideológicos en vez de discutir ideas.  Mi respuesta es la siguiente:

1) Universidad gratuita para todos es regresivo y hace el país más inequitativo. Mi propuesta: becas para educación Técnica de nivel superior para los tres quintiles de menores ingresos y para la educación  Universitaria para los dos quintiles de menores ingresos, solo para carreras acreditadas.  Créditos con aval del Estado para el resto, con la excepción del quinto quintil, también solo para carreras acreditadas.  Eliminar la discriminación en el  arancel de referencia para carreras técnicas impartidas por IP y CFT con carreras acreditadas. Permitir que las instituciones cobren como máximo el arancel de referencia para los alumnos que reciben becas y el de referencia más un cierto porcentaje, digamos el 10%, para los alumnos que reciben créditos con aval del Estado.

Esto significa usar el “poder de compra” del Estado para controlar el escandaloso escalamiento de precios de las Universidades Públicas y Privadas.  Así lo hace el Fonasa en salud, también lo debe hacer en educación superior.  Sin subsidio del Estado que las instituciones hagan lo que quieran.  El año 2011 se gastaron US$ 100 millones en publicidad en la educación superior. La competencia de mercado no está funcionando para disciplinar precios, se da un gasto espurio en marketing.

[cita]Muchas reformas en las universidades no ocurren porque son impopulares entre académicos que tienen temor a perder posiciones y privilegios.  El rector los necesita para reelegirse y así  se impiden cambios que van en beneficio de los estudiantes y de la sociedad toda.  Ejemplos hay muchos incluyendo las universidades públicas líderes en Chile.[/cita]

La asimetría de información, la debilidad del sistema de acreditación y el rezago en ver los resultados llevan a una falla dramática del mercado.  Por qué el programa del Ministerio de Educación Futuro Laboral no publica los resultados de salarios y empleabilidad por carrera e institución. Por qué la certificación de carreras no se condiciona también con indicadores de resultado, empleabilidad y salarios.  Estas son reformas importantes, no obstante no se discuten, se piensa que el problema es fundamentalmente el lucro. Elimine el lucro y no haga nada más y el problema seguirá casi igual.

2) Sobre Gobierno Universitario lo que propuse es similar a lo expresado por José Zalaquett el domingo en una columna de opinión en un diario. El Estado Chileno debe mantener universidades públicas  con el objetivo de generar bienes públicos y sociales que el mercado no produce.  Es la sociedad a través del Estado la que debe definir las prioridades de bienes públicos y sociales que se espera de las universidades que le pertenecen a todos los chilenos y no a sus funcionarios.  En dictadura era fundamental luchar por la autonomía total de la universidad, ya que la universidad era un bastión en la lucha por la democracia.  En democracia en cambio, es fundamental  que el Estado desarrolle capacidad y orientación estratégica de sus Universidades. Que les aporte recursos basales, con contratos de desempeño y compromisos de generación eficiente de bienes públicos.

El juicio de excelencia académica sobre la producción científica debe quedar reservado a los pares académicos. No obstante, el Estado debe tener injerencia decisiva en los Consejos Directivos para asegurar que el Gobierno de la Universidad responda a lo que la sociedad espera de ella.

La tercera misión de la Universidad, su contribución al desarrollo del país, está absolutamente subdesarrollada en Chile.  Existen en el mundo diferentes modelos para generar un gobierno corporativo con “accountability” hacia  la sociedad.  Sí,  muchas reformas en las universidades no ocurren porque son impopulares entre académicos que tienen temor a perder posiciones y privilegios.  El rector los necesita para reelegirse y así  se impiden cambios que van en beneficio de los estudiantes y de la sociedad toda.  Ejemplos hay muchos incluyendo las universidades públicas líderes en Chile.  Se confunde el derecho a elegir democráticamente a los representantes de entidades gremiales, sindicales, partidos políticos entre otros, de la administración de entidades del Estado, tales como empresas públicas, servicios públicos y Universidades.  La democracia representativa otorga al Estado mecanismos de control y dirección de las entidades del Estado. No estamos ni queremos un modelo de sociedad de democracia popular directa.  Las Universidades Públicas por 30 años fueron dejadas a la deriva sin dirección, sin orientación estratégica, en la época de la dictadura para minimizarlas, en democracia por miedo a enfrentar los intereses corporativos y la falta de visión compartida en la propia coalición gobernante.  El Estado tiene la obligación de darles un sentido en el contexto de los desafíos del desarrollo de Chile. Los académicos deben participar de ese proceso integrando los Consejos directivos, pero es el Estado el que debe tener la mayor preponderancia, de modo de evitar el bloqueo de reformas que son necesarias, pero a veces afectan los intereses corporativos de los funcionarios.

La demanda de los estudiantes de volver a una dirección triestamental, es anacrónica y solo entorpecería el proceso de desarrollar las universidades públicas para que de verdad sean fundamentales en el proceso de avanzar al desarrollo. El financiamiento basal sujeto a contratos de desempeño corresponde a las  universidades del Estado en primer lugar.  Un líder del movimiento estudiantil ha planteado ampliar la categoría de Universidades Públicas a otras entidades que no son del Estado. Me parece interesante propuesta, supongo que se trata de Universidades que efectivamente son sin fines de lucro, laicas, plurales, con consejos representativos de amplios sectores de la sociedad y que hacen un esfuerzo por incorporar a sectores sociales excluidos. No,  pareciera que ese líder se refiere a universidades confesionales, que son muy selectivas incorporando principalmente alumnos ABC1, con clara intensión de generar patrones de conducta en la sociedad basados en creencias religiosas que van más allá de los valores universales que guían a nuestra convivencia. ¿Por qué mis impuestos tienen que financiar estos mecanismos de difusión de valores que no representan a la mayoría de nuestra sociedad?

3) Hay demandas muy legítimas de los estudiantes. Esta sociedad a través de la educación, en vez de generar igualdad de oportunidades y movilidad social,  está consolidando las  desigualdades  que vienen desde la cuna y empobreciendo a la clase media.  Coincidiendo con esta demanda fundamental  de los estudiantes, no concluyo  que debemos entregar a los estudiantes la definición de los mecanismos que nos permitirán avanzar a mayores grados de equidad y hacia el Desarrollo. La visión de desarrollo no solo se mide en PIB per cápita.  Se trata de alcanzar mayores grados de equidad, inclusión social, sustentabilidad ambiental y también desarrollo cultural y de las artes no para unos pocos sino para amplios sectores de la sociedad. Una economía más basada en el conocimiento y en la innovación.

Que se genere una nueva clase empresarial, más innovadora, menos rentista, que nos permita hacer una inflexión en  nuestra economía a una más basada en el conocimiento, la innovación y el capital humano de calidad. Solo así podremos generar un círculo virtuoso de inversión en capital humano y demanda por empleo de buena calidad y así tener un crecimiento que no reproduce las desigualdades, sino que las corrige.  Para avanzar en esta dirección es necesario estructurar un nuevo proyecto político, para ello se requiere liderazgo, visión de los desafíos de la economía global, las nuevas demandas de la sociedad contemporánea y  encausar las demandas. Estar a merced de las demandas en todos sus aspectos específicos significa renunciar al liderazgo de la política en un sentido amplio. Los líderes  políticos estarían renunciando a ejercer su rol de conducir y reorientar.  Eso sería nefasto, esto nos llevaría a sucumbir al populismo y el corporativismo.

4) Respecto al  financiamiento compartido mi opinión es que fue  un error por la extrema segmentación socioeconómica que impuso a  nuestra educación. Sin embargo, la solución no es eliminar las escuelas subvencionadas, sino que limitar el aporte del Estado para las que exigen financiamiento compartido, impedir la selección de estudiantes y fundamentalmente fortalecer la educación pública, aumentando la subvención, generando mecanismos de gestión flexibles como los propuestos por Educación 20/20: concurso de directores, evaluación de profesores, remuneraciones vinculadas a desempeño, flexibilidad laboral y generación de sostenedores públicos que puedan integrar varias municipalidades en caso de que los rendimientos del sostenedor municipal sean inadecuados. Esto significa que deben coexistir sostenedores municipales con corporaciones públicas que agrupan a varias municipalidades. A casi todo esto se opone el colegio de profesores. Por eso que se requiere distinguir los intereses del país de los intereses corporativos.

Por último, para financiar una reforma que implique aumentar la cobertura preescolar, aumentar la subvención a la educación pública, aumentar las becas y reducir las tasas de los créditos se requiere al menos un 1,5% del PIB de gasto adicional.  El gobierno actual está incurriendo en déficit estructural, eso es peligroso, populista.  Debemos volver al equilibrio fiscal estructural. La única forma de hacerlo es con una reforma tributaria que recaude un 1,5% del PIB y una mejor focalización del gasto público. El tener una visión de economía política sobre la captura del Estado por  intereses corporativos y políticos no me transforma en un neoliberal, tampoco el pretender que los gastos recurrentes del Estado se financien con ingresos permanentes. Es de esperar que esta reflexión sirva para la discusión de ideas y no para descalificaciones ideologizadas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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