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Las AFP y pensiones indignas a la hora de jubilar

Por: Isabel del Campo Mullins, gerente Fundación Trabajo para un Hermano


Señor Director:

Todos habrán visto un comercial de seguros en que los clientes son invitados a alcanzar su número. Es un tema sensible. El numerito en cuestión no es ni más ni menos que la cantidad de dinero que te aseguran vas a recibir el día en que no puedas trabajar más, por jubilación o el motivo que sea. Es el ahorro previsional que todo/a trabajador/a, en justicia, debería recibir al final de sus años de entregar sus servicios laborales. El monto que le permitiría vivir dignamente sus días de vejez.

Nuestro país tiene un sistema previsional alabado en el mundo y que hace algunos años fue reformado y, según se dice, perfeccionado.

Trabajo para un Hermano, siguiendo su misión de difundir el principio del Buen Trabajo, asumió el desafío de formar a microempresarios como monitores previsionales, para que no solo comiencen a imponerse de manera independiente sino que además puedan enseñarle y motivar a sus pares. Tarea ardua en el entorno de personas que apenas están logrando ingresos para salir de su pobreza actual.

Pese a la dificultad de contexto y sus escasos ingresos actuales, y porque estos emprendedores se dan cuenta de la importancia de la previsión para su futuro hemos podido capacitar a 30 microempresarios como monitores previsionales y tener un eco sobre esta temática en un entorno de pobreza.

Como parte de la capacitación les hemos pedido hacer este simple ejercicio, respondiendo preguntas como ¿hasta qué edad piensas trabajar?, ¿hasta qué edad crees que vivirás?, ¿cuánto crees que necesitarás para vivir en tu vejez? y ¿cuál es el monto de tu pensión cuando dejes de trabajar?

El resultado fue un balde de agua fría para ellos y ellas. También lo es para nosotras/os o quienquiera que tenga un poco de conciencia de lo que debería ser un sistema de previsión justo para un país medianamente rico.

El ejercicio les mostró que su número es de verdad un numerito rojo, de peligro, porque no les alcanzará para vivir dignamente al final de sus días. Los participantes de nuestros talleres se dan cuenta de la realidad que tendrán que asumir cuando sean mayores y su pensión sea “muy poca”, debido a que han dejado de cotizar por muchos años o lo han hecho siempre por el mínimo. Tendrán una pensión de miseria. Volverán a caer en la pobreza extrema, pero ahora sin sus fuerzas para trabajar o generar otros ingresos.

¿Y si quien hace el ejercicio es alguien que ha trabajado en forma dependiente toda la vida, tiene un resultado diferente? Lo más crítico e indignante es que con los sueldos actuales la mayoría de los chilenos no tienen ninguna posibilidad de alcanzar el monto de ahorro necesario para tener una pensión digna. A pesar de haber trabajado toda la vida.

¿Se considera esta situación a la hora de discutir y fijar el sueldo mínimo?

Las AFP, es sabido, tienen grandes ganancias con los ahorros previsionales de los chilenos. ¿Es justo que los ahorros de los trabajadores enriquezcan a otros, y luego esos ahorros no entreguen los mínimos necesarios para vivir la vejez con dignidad?

Tener una gran cantidad de jubilados en situación de pobreza después de trabajar toda una vida no es un futuro deseable para el país.

Trabajo para un Hermano invita a tener una discusión país sobre cómo generar un sistema previsional solidario y justo, donde no sólo un porcentaje muy menor de los chilenos pueda hacer con tranquilidad y sin deprimirse el ejercicio para calcular su número que ofrece en la web.

Tu trabajo de toda la vida… ¿te dará realmente para disfrutar del futuro que deseas? ¿Es éste el país que queremos?

Isabel del Campo Mullins
Gerente Fundación Trabajo para un Hermano

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