Nuestro Colegio desea abrir espacios de diálogo, sobre todos y cada uno de los temas que sea necesario abordar, a fin de lograr conocer objetivamente y con elementos técnicos de análisis, los antecedentes que despejen muchas dudas y aporten acuerdos razonables en tales aspectos.
El anuncio de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, de prorrogar por dos años la ley de Fomento Forestal ha generado muchas opiniones, tanto favorables como desfavorables, y el Colegio de Ingenieros Forestales ha estimado necesario realizar algunas precisiones.
Este instrumento que incentiva la forestación ha permitido efectuar grandes plantaciones forestales, las que son la base del desarrollo forestal del país. Dicho aporte al desarrollo no solo ha sido efectuado por las grandes empresas forestales, sino que también por un gran número de pequeñas y medianas empresas (aproximadamente 3.500) que requieren de materia prima proveniente de los bosques y que, a su vez, son las que aportan la mayor cantidad de contratación de mano de obra.
Debemos considerar que, según el catastro forestal, actualmente existen más de 1.500.000 hectáreas desprovistas de vegetación, que presentan suelos degradados, encontrándose mayoritariamente en manos de medianos y pequeños propietarios, campesinos de bajos ingresos. Son terrenos con escasa posibilidad de desarrollo económico, los que pueden incorporar una cubierta vegetal, tanto para uso productivo como de protección de fauna, suelos, aguas y paisaje.
Actualmente los pequeños propietarios de estos suelos están a la espera de incorporarse al desarrollo económico nacional, dándole un uso sustentable a sus terrenos.Sin embargo, se han visto perjudicados al no haberse obtenido hasta este momentoavances sustantivos en generar un nuevo instrumento de Fomento, que incorpore todas las consideraciones que la sociedad está requiriendo a los tenedores de bosques y suelos forestales. Estos pequeños propietarios requieren, mientras se trabaja en promulgar unaley óptima de Fomento Forestal, tener la oportunidad de forestar sus terrenos, de manera que la prórroga anunciada por Su Excelencia la Sra. Presidenta de la República es una forma de lograr avanzar en su desarrollo.
Efectivamente en el pasado a través del DL 701 se establecieron incentivos que fueron mayoritariamente aprovechados por las grandes empresas debido a su mayor capacidad empresarial, pero hoy, cuando los suelos disponibles son los más degradados (generalmente ubicados en sectores de secano, altamente fragmentados entre diferentes propietarios, con potenciales decrecimiento menores y mayoritariamente en manos de pequeños propietarios), la ausencia de un incentivo a la forestación aumenta sus dificultades para desarrollarse.
Pese a lo anterior y a pesar de sus imperfecciones, se reconoce que el D. L. 701 permitió alcanzar más de 80.000 ha forestadas en la Región de Coquimbo, situación que da cuenta de lo indispensable que es contar con una ley de fomento en las zonas áridas y semiáridas, que definitivamente logre transferir los beneficios económicos, sociales y ambientales a la población y en especial a los campesinos de esta y otras zonas similares.
Estimamos que cualquier iniciativa que busque el fomento de la forestación campesina en suelos degradados y/o desprovistos de vegetación, como una actividad económica y productiva, que además conlleva directos beneficios ambientales, es una herramienta que aportará al sector campesino. Por ello, es bienvenida y se erige como una mejora significativa en pos de una economía campesina sustentable.
Por otra parte, hay muchos temas que se deben aclarar, ya que algunos de ellos se han constituido en grandes mitos forestales, pero carentes de estudios serios ni fundamentados que los respalden. Creemos que las preocupaciones que han sido presentadas por algunas organizaciones, políticos e instituciones, deben ser discutidas técnicamente, con el ánimo de conocer adecuadamente las diferentes opiniones, debidamente avaladas por investigaciones técnicas y científicas para que podamos las despejar dudas que existen.
Los temas que se discuten, y que muchas veces entre los mismos actores forestales producen grandes e irreconciliables diferencias, corresponden fundamentalmente al monocultivo, balance hídrico de las plantaciones, sustitución del bosque nativo por especies de rápido crecimiento, pobreza rural, concentración de la propiedad de los bosques por parte de empresas, modelo forestal, protección de los suelos, bajo desarrollo comunal por escasa tributación en la comuna, incendios forestales, entre otros.
Nuestro Colegio desea abrir espacios de diálogo, sobre todos y cada uno de los temas que sea necesario abordar, a fin de lograr conocer objetivamente y con elementos técnicos de análisis, los antecedentes que despejen muchas dudas y aporten acuerdos razonables en tales aspectos.
Para estos grandes desafíos de debate mencionados anteriormente el Colegio de Ingenieros Forestales está disponible para organizar y coordinar en las diferentes regiones los seminarios o mesas de diálogo que sean necesarias, donde podamos plantear y discutir cada temática con altura de miras y buscando siempre el bienestar superior del país, de nuestros bosques y suelos forestales, beneficiando a las personas, mejorando el medio ambiente.
