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Oposición y Disidencia en el Nuevo Ciclo

Francisco Olea Lagos
Por : Francisco Olea Lagos Ex concejal socialista
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La encuesta Adimark marcó nuevamente. La versión de Julio 2014 señaló que la aprobación de la presidenta Bachelet baja 4 puntos y llega al 54%, misma cifra con que la presidenta comenzó este, su segundo mandato. En tanto, la desaprobación llegó al 36% y ha subido 16 puntos desde marzo pasado.

Según la evaluación de las principales reformas del gobierno, se indicó que la tributaria aumentó su aprobación en 5 puntos (50%). Por otra parte, el porcentaje que está de acuerdo la educacional sube 3 puntos. El informe agrega que las reformas, si bien logran mantener los niveles de aceptación, aparecen ahora menos factibles para la población, un reflejo del complejo diálogo y negociación.

Paralelamente, la aprobación del gobierno disminuye significativamente 9 puntos (ahora llega a 48%) y quedó muy por debajo de la aprobación obtenida por la Presidenta.

La Oposición no canalizó, ni expresó el aumento de la desaprobación. La identificación con el gobierno se mantuvo en 55%, mientras que con la oposición subió 2 puntos hasta llegar al 23%, cambio que está dentro del error muestral es de +/- 3%.

Con los datos que nos entrega Adimark, surge la pregunta sobre ¿cuál es la naturaleza de las contradicciones medidas por este importante instrumento de percepción ciudadana? Veamos:

En primer lugar: la “Oposición”.

En las agencias políticas existe una separación básica entre: (a) las fuerzas políticas ya establecidas en los sistemas de partidos que ocupan el lugar de la oposición producto de la alternancia democrática y; (b) las oposiciones emergentes que se presentan como alternativas al resto de los partidos establecidos.

Dentro del segundo grupo se encuentran los llamados “partidos desafiantes”.

Esta simple diferenciación de oposiciones políticas no es suficiente para explicar los vaivenes de las últimas semanas. Ni la Alianza, ni los partidos, ni fuerzas llamadas “alternativas” capitalizan el descontento.

En segundo lugar: una “Disidencia Latente”.

Parece ser que, lo que está sucediendo es una redistribución y reasignación de ciertos poderes al interior del boque de la Nueva Mayoría.

El reordenamiento afecta a las instituciones políticas existentes, sus marcos interpretativos y campos de acción. Por ende, sus próximas elecciones internas y caminos posibles de alianzas, planteamientos políticos y programáticos. Así como también, hace un cuestionamiento a los poderes heredados.

Entonces, la emergencia de fuerzas que se separan de la común doctrina, creencia o conducta, es decir, la “Disidencia”, cobra un rol gravitante en la atmósfera ciudadana.

Los argumentos que las reformas son más “calientes” que “frías”, son señaladas con gran ansiedad y explicarían el daño colateral a los cambios en curso. Se sostiene que, el temor de la desintegración de la actual trama institucional y el desmoronamiento de los referentes dominantes es un proceso que hay que detener o a lo menos frenar.

La opinión pública observa estos procesos.

Tercero: Crisol y Política.

En el nuevo ciclo, la tarea de construir un orden más inclusivo que reemplace el tradicional y defectuoso, se torna resbaladizo.

Así, la velocidad y lo instantáneo del tiempo político cambiará las modalidades de cohabitación política. Léase alianzas y sub-pactos.

En esta nueva fase los partidos políticos, sus estructuras y sus corrientes de opinión serán arrojados o arrastrados al interior del “Crisol”. Lo más probable, refundidos y readecuados sus liderazgos.

Este aspecto esencial permitirá romper o tensionar más “el molde político” de cada uno de los actores de la política chilena, en la breve historia de una sociedad modernizada.

Obviamente estas esferas del poder, la toma de decisiones y sus impactos seguirán siendo “medidas” lateralmente, por las encuestas de opinión.

Finalmente, según Blaise Pascal, persuadir consiste básicamente en el agradar como al mismo tiempo convencer, ya que los hombres -señala- se gobiernan más por el capricho que por la razón. En la “Disidencia”, también es el caso.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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