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No estoy gorda, sólo tengo cuerpo renacentista

H. Solís
Por : H. Solís Licenciada en Historia con mención en Ciencia Política
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No creo que en esa época le hayan dicho a esas musas: niña estas pasadita ah?? Al contrario. El culto al cuerpo femenino ha cambiado según la percepción social que se le ha impuesto pasando desde una belleza per se hasta un símbolo sexual hoy en día.


*Hace unos días me propuse bajar de peso porque ya se venía el verano y mi modo automático de invierno debía apagarse. Lógicamente la sensación térmica aumentó estos últimos días y la necesidad de usar ropa más holgada y a veces más relevadoras que ponerse un abrigo, me hizo darme cuenta de que quizás debía ponerme en forma. En ese momento, decisivo para muchas, de usar el día lunes como el inicio de la dieta y vida saludable fue la clave para entender mi siguiente conclusión que fui desarrollando en la semana: eran las 6pm y tenía mucha hambre.

Había comido saludable y poco durante el día pero la verdad era clara, única, innegable y reveladora: no puedo hacer dieta y eso pasa porque no debería hacer dieta. El modo automático de invierno comprendí que el problema no era yo sino mi modo automático de verano. Me mire al espejo y no estaba con un sobrepeso evidente u obesidad pero tampoco era una escultura. Sin embargo me pregunté qué sensaciones les generaría a aquellas mujeres que efectivamente tienen algún grado de sobrepeso y que tienen conflictos con ello. Si mi modo automático me hacía sentir mal por comer no lograba imaginar cómo se sentirían aquellas que evidentemente les cuesta más bajar de peso.

Fui a mi refrigerador luego de mi reflexión frente al espejo y lo extraño es que seguía en mi modo automático que me impidió comer algo. En ese instante entré en otra disyuntiva: ¿Cuán delgada es la línea entre vida saludable, cuerpo, y presión social? ¿A quién se le ocurrió difundir el concepto de lo sano como un paradigma? ¿Y para mujeres sobre todo?

Recordé entonces los cuerpos renacentistas. Aquellos hermosos cuerpos regordetes inmortalizados en personajes míticos griegos. No creo que en esa época le hayan dicho a esas musas: niña estas pasadita ah?? Al contrario. El culto al cuerpo femenino ha cambiado según la percepción social que se le ha impuesto pasando desde una belleza per se hasta un símbolo sexual hoy en día.

Siempre es válida, pero no siempre justa. Podría estar bien para algunas ser delgadas o para otras tener sobrepeso o tener un peso estándar, pero ¿Qué es peso normal? Si en tiempos renacentistas la figura voluptuosa era símbolo de belleza será ¿Necesariamente malo haber sido delgada? Probablemente sí. En ese sentido volvemos al punto de partida: modos automáticos.

Los modos automáticos son todas aquellas acciones que realizamos día a día, en distintos escenarios sin evaluar mucho dichas acciones. Son casi hábitos, que se realizan porque siempre se han hecho, siempre han sido así. El punto es que hay ciertos modos automáticos que son altamente nocivos no porque sean malos en sí mismos, sino porque no todos pueden activarlos porque sencillamente somos todos y todas diferentes.

Es lamentable que viendo un poco luz extra en horario de verano automáticamente comencemos a cuestionar el cuerpo para lucirlo en las playas y balnearios sin pensar el por qué se enciende ese botón que te indica que debes bajar de peso. De hecho, si alguien que no posee un cuerpo tonificado o con exceso de peso se coloca un bikini, se ve grotesco para muchos, no hermoso, incluso no deseable para una relación amorosa o con atractivo sexual.

Lamentablemente la heteronorma es el flagelo, más que un cuerpo con grasa. Una hermosa grasa extra que si se quisiera podría ser una belleza renacentista en 2014.

*Publicado en El Quinto Poder

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