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Reforma a las Isapres: puntos para aclarar el debate

Cristóbal Cuadrado
Por : Cristóbal Cuadrado Médico salubrista, académico Escuela Salud Pública Universidad de Chile. Coordinador de Salud de Rumbo Colectivo, ex Subsecretario de Salud Pública.
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Durante las últimas semanas hemos presenciado un importante debate en la prensa en relación con múltiples puntos de la reforma a las Isapres, próxima a iniciarse su discusión en el Parlamento. Diversas opiniones planteadas por actores interesados en el proceso han dejado de manifiesto que existen múltiples dudas, a veces reinando opiniones que generan innecesaria confusión en la ciudadanía.

Por un lado, pese a que el proyecto de ley aún no es conocido, han trascendido en los medios, en voz de sus principales actores, muchas especificaciones con respecto a los contenidos que incorporará. En este sentido, se debe aclarar que en ningún caso la reforma considera el fin de las Isapres, cuestión que pareciese surgir como amenaza en los dichos de ciertos actores. La reforma considera un perfeccionamiento del sistema, que tanto a nivel social, jurídico y político ha sido ampliamente cuestionado durante los últimos años, y con justas razones. Regular y perfeccionar, se encuentra en una vereda radicalmente opuesta a la de hacer desaparecer las Isapres. Dichos de este tipo generan una sensación de inestabilidad y miedo en la ciudadanía que no se condice con la naturaleza de la discusión.

La propuesta plantea reducir la oferta de planes de varios miles hasta un listado de tres para cada aseguradora privada, con redes de prestadores conocidos y seleccionados por el beneficiado, dando cuenta de coberturas mínimas bien establecidas –mejores a la de un número importante de los planes que hoy se ofrecen–, facilitando por tanto a los usuarios la posibilidad de comparar y elegir informadamente un determinado plan de beneficios.

Otro elemento controvertido, en el que pareciera existir poca claridad, se vincula con la eventual desaparición de la libre elección, a la cual un actor particular, el Colegio Médico, evidentemente se opondría. Plantearlo nuevamente genera dudas infundadas sobre el ámbito en el que se está enmarcando la discusión de reforma al sector privado. En ningún caso se ha planteado una eliminación de la libre elección, lo cual es un elemento importante del sistema de salud, tanto en el sector público como privado. Las personas seguirán pudiendo elegir médicos, equipos de salud y centros donde atenderse. Tal como ocurre hoy en día, los planes entre asegurador y beneficiario contarán con grados variables de cobertura, privilegiándose aquellas redes de prestadores en convenio. La diferencia es que bajo el nuevo régimen, será mucho más claro y sencillo para los usuarios la selección de determinados planes en virtud de las redes de prestadores a las cuales se les permitirá acceder de forma preferencial.

Un hecho que ha sido mencionado por diversos actores es la impotancia de rescatar un rol social de las Isapres, cuestión que incluso ha surgido desde grupos cercanos a la Asociación de Isapres. Si bien uno comparte plenamente la necesidad de enmarcar a las aseguradoras privadas de salud en el contexto de la seguridad social, surgen serias dudas del rol que el Sr. Rafael Cavieres y su asociación están cumpliendo en este sentido.

Las declaraciones en la prensa de este grupo de interés, una y otra vez, dejan en entredicho la fiera oposición del sector a las necesarias reformas para poder dar un marco de seguridad social a este tipo de seguros. Particularmente claro es cuando se menciona que los cambios acabarían con el sistema. Convenientemente omiten que los cambios son parte fundamental de los sistemas de seguros privados en otras partes del mundo, donde los seguros privados existen de manera altamente competitiva. Como grupo, naturalmente están defendiendo su interés particular: conservar un negocio que ha sido increíblemente lucrativo durante las últimas décadas; negocio que ha sido ampliamente cuestionado por la ciudadanía.

Esta reforma, sin duda alguna, reducirá los márgenes de utilidad de las Isapres, obligándolas a entregar más y mejores beneficios, a través de un marco regulatorio que implicará la necesidad de mayor eficiencia. Esto es parte de lo que la ciudadanía, en particular los beneficiarios del sector, están esperando de un proceso de reforma.

[cita] Opiniones como las expresadas en los medios, sobre la base de imprecisiones, solo aportan a enrarecer, y no a clarificar, un debate tremendamente necesario a nivel social. Necesitamos avanzar en múltiples áreas de nuestro sistema de salud. Una de ellas, impostergable a estas alturas, es la necesidad de una mayor y mejor regulación del sector privado de seguros. Es importante que el Colegio Médico sea un participante activo de este proceso, poniéndose del lado que le corresponde estar, el de los pacientes.[/cita]

Finalmente, revisar un punto relativo a la relación del gremio médico con las aseguradoras, lo cual ha sido esgrimido para argumentar la alerta de ciertas posturas al interior del Colegio Médico, esbozando una oposición a las propuestas de reforma. Si bien el sector privado es un área de gran importancia para el desempeño profesional (y los sueldos) de los médicos, resulta confundente que se plantee una defensa de las aseguradoras en su rol de empleadores de los galenos.

La realidad es que los médicos que trabajan en el sector privado lo hacen mayoritariamente en Clínicas y Centros Médicos, por lo cual sus empleadores son los prestadores privados de salud. Separar la función de prestación de la de aseguramiento, es importante en el marco de la actual discusión. Quienes dan trabajo en el sector privado a los médicos son esencialmente los prestadores, no los aseguradores. Si bien vía bonos, las Isapres pueden entregar pagos directamente a los médicos que ejercen de forma independiente la profesión, la realidad es que la mayor parte de la producción de prestaciones de salud, hoy por hoy, está asociada a las Clínicas y Centros Médicos, que a través de diversos mecanismos han hecho muy difícil para los médicos el poder tener consultas privadas independientes. Dicho todo esto, no se entiende por qué el gremio debería hacer una defensa de las Isapres, en términos de su rol como potencial fuente laboral para los médicos.

Opiniones como las expresadas en los medios, sobre la base de imprecisiones, solo aportan a enrarecer, y no a clarificar, un debate tremendamente necesario a nivel social. Necesitamos avanzar en múltiples áreas de nuestro sistema de salud. Una de ellas, impostergable a estas alturas, es la necesidad de una mayor y mejor regulación del sector privado de seguros. Es importante que el Colegio Médico sea un participante activo de este proceso, poniéndose del lado que le corresponde estar, el de los pacientes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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