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El dilema del Banco Central

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Roberto Castro Tapia
Por : Roberto Castro Tapia Decano Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas Universidad Central
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El panorama económico mundial se viene deteriorando hace ya un tiempo y así lo ratificó también el Banco Central en el IPoM de septiembre, producto del menor crecimiento de nuestros socios comerciales, especialmente China y Latinoamérica.

La inflación en Chile, medida en los 12 meses anteriores, está en 4,6 %; por encima del rango meta del Banco Central de 2 a 4%. Adicional al encarecimiento de los alimentos, particularmente de las hortalizas a consecuencia de la escasez hídrica, parte importante de ese porcentaje se debe al alza del tipo de cambio o, como hablamos comúnmente, del dólar. Esto, porque la canasta que consumimos los chilenos tiene una gran cantidad de bienes importados y, por lo tanto, al subir el dólar, suben los precios de tales bienes y se eleva la inflación.

Además, desde 2013 ha bajado la inversión provocando una estrechez en el escenario interno, limitando el nivel al que nuestra economía puede crecer en el mediano plazo. Mucho se ha hablado del fin de un ciclo minero y de la falta de confianza de empresarios y consumidores, y la típica pregunta que nos hacen a los economistas es cuánto de la lentitud del crecimiento económico interno se debe a este último factor.

Como es costumbre en Chile, no somos capaces de ver lo importante que es mantener una economía que crece en el actual contexto internacional. Nuestro vecino, Brasil, ya evidenció deterioro: su PIB cae.

[cita]Con la inflación sobre la meta y una tasa de crecimiento baja, pero positiva, el mercado del trabajo no ha sido afectado significativamente. Entonces, ¿el dilema del Central es contener la inflación, vía subir la tasa de interés, y afectar el ya menguado crecimiento?[/cita]

Dentro del panorama económico mundial, Estados Unidos se recupera y en su contexto interno es natural que piense en un alza gradual de la tasa de interés, para que su economía se vaya ajustando en forma suave a tasas positivas de crecimiento del PIB.

En Chile, a su vez, unos están preocupados del crecimiento y las reformas y otros de las reformas y el crecimiento; unas avanzan realistas y sin renuncia y el otro, lento.

La señal previa a Fiestas Patrias vino desde los operadores financieros que adelantaron un alza en la tasa de interés. En ese contexto, el Banco Central ha anunciado que reducirá el estímulo monetario actual, subiendo la Tasa de Política Monetaria en el corto plazo para hacer converger la inflación al 3%

Posteriormente, la FED decidió aplazar el alza de sus tasas de interés dada la actual volatilidad financiera y las dudas sobre las economías emergentes, lo cual le dio un respiro a nuestro instituto emisor para contener la anunciada alza de tasas.

Sin embargo, si el Banco Central se empeñó en acelerar la convergencia de la inflación al 3%, deberá comenzar a subir la TPM lo cual redirigirá capitales extranjeros hacia Chile, impactando al dólar a la baja, mitigan el efecto sobre las alzas en los precios de bienes importados y descomprimiendo la presión inflacionaria.

En un contexto en el cual crecemos efectivamente a una tasa baja, pero crecemos, el alza en la tasa de interés tendrá efectos en la inversión: creceremos más lento.

Con la inflación sobre la meta y una tasa de crecimiento baja, pero positiva, el mercado del trabajo no ha sido afectado significativamente. Entonces, ¿el dilema del Central es contener la inflación, vía subir la tasa de interés, y afectar el ya menguado crecimiento?

Ahí, la discusión cambiará de tono, porque los calificativos de lentitud, desconfianza e incertidumbre, para referirse a nuestra economía podrían ser reemplazados por una palabra más cotidiana: cesantía.

Así las cosas, la crisis se mudará de casa y podría instalarse con fuerza en la mesa de los chilenos. Aparentemente, el Banco Central podría enfrentarse a una decisión no de política económica, sino que de economía política.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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