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Concienciación sobre el Autismo

Por: María Violeta Ordenes, académica de Terapia Ocupacional, U. San Sebastián


Señor Director:

Cuando se piensa en el autismo, rápidamente se vienen imágenes de niños solitarios que se comunican poco y que expresan sus disgustos a través de rabietas. Pero ¿qué hay detrás de su conducta? ¿Qué elementos muestra su desempeño?

Si de manera rápida o inesperada tuviésemos que cambiar de país, la angustia y temor serían parte de las emociones que experimentaríamos. Tratar de entender el idioma, estilos y formas serían sólo algunos de los desafíos a los que estaríamos expuestos, obligando al despliegue de todas nuestras competencias para poder adaptarnos y retomar la percepción de seguridad y el control del lugar donde estamos. Esto es lo que a diario experimentan las personas con algún trastorno del espectro autista, ante las cuales no siempre logran adaptarse, determinando respuestas que aparecen como «desajustadas o inadecuadas».

La ocupación, entendida como una actividad con propósito y significado, nos permite entender que todo lo que hacemos responde a una necesidad o un deseo intrínseco de mantenernos ocupados. En ese contexto, en el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo parece oportuno entender que detrás de eso que observamos, hay personas con un propósito específico, que muestran sus intereses y motivaciones y que son capaces de darle un sentido a su quehacer. Por ello, necesitan ser validadas para que puedan aumentar y fortalecer sus habilidades, desarrollar procesos de aprendizajes y acceder y participar con independencia y autonomía en los diferentes contextos de la vida cotidiana.

María Violeta Ordenes, académica de Terapia Ocupacional, U. San Sebastián

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