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El rol de la prensa en las campañas electorales


Quedando poco menos de un mes y medio para las elecciones municipales, el desafío de los candidatos a alcalde y a concejal es enorme, particularmente para los no incumbentes, y más todavía para los independientes.

A diferencia del 2012, en estos comicios están presentes varios factores que dificultan sobremanera la posibilidad de los postulantes de darse a conocer. La creciente desafección ciudadana hacia la política –algunos analistas prevén una abstención histórica–, el gran número de candidatos que compiten y mayores restricciones al financiamiento de las campañas, suponen trabas gravitantes en este sentido.

En dicho contexto, la cobertura informativa que realizan los medios de comunicación –en sus diferentes formatos– del proceso electoral, adquiere un rol aún más significativo, toda vez que permite visibilizar las elecciones mismas, y otorgar espacios –aunque sean reducidos– para que los candidatos expongan sus ideas y propuestas ante la opinión pública.

Tan relevante como la cobertura, resulta la “forma” en que la prensa cubre las elecciones, y el tratamiento que les asigna a los temas que publica para informar sobre las municipales. En este punto, como ciudadano, uno espera que la cobertura sea equilibrada, independientemente de la línea editorial que tenga cada medio de comunicación. Y por equilibrada, me refiero a que no exista un tratamiento preferencial a determinados candidatos a partir de consideraciones ajenas a criterios periodísticos que hacen de una información un hecho noticioso.

[cita tipo= «destaque»]Aun cuando el medio de comunicación puede argumentar que se reserva el derecho a publicar lo que según su criterio le parece de interés periodístico, mostrar de forma tan abierta favoritismo hacia un determinado candidato, cuando existe una pública cercanía entre este y el director del diario, me parece que es poner innecesariamente en riesgo la dilatada trayectoria y prestigio que tiene ese medio.[/cita]

Planteo este tema, porque en las últimas semanas he podido observar cómo ese equilibrio que debiese existir ha sido desatendido al extremo, sin pudor alguno, especialmente en el caso de un candidato a alcalde, quien en la práctica ya cuenta con una importante ventaja, al disponer de la maquinaria municipal a su favor. De hecho, hace un par de sábados, un diario le dedicó en una de sus revistas un extenso reportaje –con foto en portada–, otorgándole una importante vitrina, sin que se le diese la misma oportunidad a su principal competidor.

Aun cuando el medio de comunicación puede argumentar que se reserva el derecho a publicar lo que según su criterio le parece de interés periodístico, mostrar de forma tan abierta favoritismo hacia un determinado candidato, cuando existe una pública cercanía entre este y el director del diario, me parece que es poner innecesariamente en riesgo la dilatada trayectoria y prestigio que tiene ese medio.

Pero más allá de este caso puntual, cabe reconocer la destacada labor que realiza la mayoría de los medios de comunicación por informar a los electores de los comicios municipales del próximo 23 de octubre, muy en línea con los incentivos que se han implementado desde hace un tiempo para que en las campañas primen las ideas y no los eslóganes publicitarios.

Así como combatir la alta abstención que se prevé depende en gran medida de la capacidad de los candidatos para cautivar y convocar a los electores, el que estos últimos acudan a las urnas a votar de la manera más informada posible y conociendo lo que piensan y proponen los postulantes es una tarea donde la prensa juega un rol clave.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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