Lo urgente, lo inmediato, pareciera ser lo sustancial del periodismo. Sin duda es la inmediatez una de las características fundamentales de la noticia. Esto hace que una serie de asuntos del desarrollo humano, que están en el interés general, de plazos medianos y largos, no tengan la visibilidad que requieren determinadas políticas públicas.
Los gobiernos de todo signo, una vez instalados con el voto mayoritario, comienzan a perder con gran velocidad la adhesión. Ya le está sucediendo al joven Presidente Macron, que en mayo comenzó a liderar Francia. Y nuestro vecino Kuczynski, que tomó hace un año el mando en Perú, ya no goza de la popularidad de entonces.
En mi opinión, más allá de los errores de la gestión que pueda advertir la comunidad opinante, están las urgencias sociales que son inmediatas. Y en los asuntos de mediano y largo plazo, como cualquier reforma, hay que ser valiente para dar el paso y gobernar sin el llamado “aplausómetro”.
[cita tipo=»destaque»]En la prensa se publicó hace algunos días que Onemi tenía una deuda con proveedores por más de 13 millones de dólares. ¿Sigue siendo más rentable esto que la prevención? Y esa la deuda, pues el gasto por emergencias desde 2010 a la fecha ha costado, nada menos, una reforma tributaria bajo el gobierno de Sebastián Piñera.[/cita]
¿Qué importancia podría dar la opinión pública a un proyecto como la cooperación aeroespacial, en cuanto desarrollo de la tecnología para la predicción de zonas de desastres ambientales? Seguramente a usted le surgen dudas, toda vez que esto no parece urgente. Cierto, atendible, pero las emergencias que se han sucedido en materia ambiental, como los incendios, aluviones, nevazones, pueden ser manejadas con precisión si nos damos apenas un minuto para abordarlas.
En la prensa se publicó hace algunos días que Onemi tenía una deuda con proveedores por más de 13 millones de dólares. ¿Sigue siendo más rentable esto que la prevención? Y esa la deuda, pues el gasto por emergencias desde 2010 a la fecha ha costado, nada menos, una reforma tributaria bajo el gobierno de Sebastián Piñera.
Chile participa de una serie de iniciativas internacionales, donde ha tenido destacada participación y liderazgo en asuntos del espacio, porque no solo se trata de satélites ni cohetes. Se anunció la creación de la Agencia Espacial de Chile, pero necesitamos seguir golpeando puertas en nuestro propio país, para que se entienda que lo urgente se da porque ya es tarde. Con la fuerza que los medios de comunicación masiva nos ofrecen algún deporte, ciertas jornadas de turismo gastronómico y largas horas de dramas que reflejan de la sociedad en que vivimos, en algún minuto –espero- asistiremos al interés por la ciencia en valor humano. A un interés que refleje la preocupación social por su entorno, de cómo se preparan las comunidades en el mediano y largo plazo para el regreso de esa tormenta diluviana de hace décadas, de las marejadas que nos relataban nuestros abuelos y del desierto que florece, como alguna vez postearon a Europa los colonizadores de América.
La naturaleza responde a ciclos y sabemos que estos se repiten. No podemos poner cara de sorpresa ni acongojarnos ante los efectos de nuestra propia desidia socio ambiental. En tanto integrante de la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya para el Derecho Espacial, he constatado el interés por Chile, su geografía, su posición estratégica y de paso obligado a la Antártica. Ello ha impulsado nuestro trabajo al intervenir en los foros internacionales en la búsqueda de incidir positivamente en el resguardo jurídico y político del medio ambiente, de la soberanía y de la seguridad humana. Por ello es necesario (y URGENTE) volcar el interés de los jóvenes y todas las audiencias en estos asuntos, de modo pedagógico, con el insustituible compromiso de los medios de comunicación hacia y desde las comunidades donde se insertan. Un enfoque periodístico puede hacer muchísimo más que largos y tediosos foros, porque la sociedad es la que debe mover la línea de lo posible a favor de un medio ambiente limpio. Hay suficientes tratados y tecnologías disponibles como para actuar y no seguir llegando retrasados, sino derechamente tarde, al salvataje de nuestro territorio.
