Señor Director:
De acuerdo a un reporte realizado por la Organización de Naciones Unidas el año 2014, Chile se posiciona en el tercer lugar con más denuncias por abuso infantil, solo superado por Suecia y Jamaica. El año 2016, el Servicio Nacional de Menores (SENAME) realizó el primer Informe de Abuso Sexual en niñas, niños y adolescentes en Chile el cual muestra que la mayor causal de ingreso a programas del departamento de Protección de Derechos es la de “víctima de abuso sexual y maltrato” (~39% del total de casos).
En una situación de abuso sexual y maltrato durante la educación preescolar y básica, cuesta creer que sea la víctima quien deba denunciar los eventos, pues estamos hablando de niños de dos meses de vida a trece años de edad. ¡Esto es alarmante! La legislación vela por los derechos de niñas y niños y asegura que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado y protección de estos, cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes.
Lamentablemente, al continuar las etapas de enseñanza y profesión aún existen estructuras de administración muy verticales donde situaciones así son muy comunes. Las víctimas, en su mayoría mujeres, temen denunciar al acosador por miedo a represalias en su carrera académica o laboral.
El ejercicio de la denuncia conlleva confiar en otra persona para contar una experiencia traumática, la re-traumatización al verbalizar lo ocurrido y la exposición a la respuesta de quien escucha y/o cuestiona. Ante esto no es de extrañar que las víctimas prefieran mantener el silencio. Actualmente, organizaciones como Fundación para la confianza o Corporación Humanas, están manejando este tipo de denuncias, pero se necesitan mejores políticas públicas de real protección y no re-victimización, las instancias actuales generan más vulneraciones que protección, además de procesos muy largos.
Tenemos convicción que la solución está en mejorar los procesos de selección de personal de cuidado y mejorar la respuesta de servicios estatales ante denuncias de acoso sexual. Solo así podremos al fin aspirar a una sociedad donde los derechos humanos sean garantizados.
Karina Tapia
Carola Díaz
Daniela Optiz
Estefanía Milla-Moreno
Francisca Cifuentes
Natalia Smith-Cortinez
Yennifer Cortés
Comisión Género Redes Chilenas