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Movilización estudiantil y Piñera: volver a luchar sin transar Opinión País

Movilización estudiantil y Piñera: volver a luchar sin transar

Mattias Gallegos Novoa
Por : Mattias Gallegos Novoa Vicepresidente de la FECH
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El lunes recién pasado, el Gobierno de Sebastián Piñera ingresó el proyecto de ley que busca ampliar la gratuidad para los Institutos Profesionales (IP) y Centros de Formación Técnica (CFT) para cubrir al 70% de las familias más vulnerables desde el 2019 y llegar al 90% dentro de sus 4 años de gobierno. En un inicio serían 13 las instituciones que recibirán este beneficio, 167 mil estudiantes, lo que significará al Estado traspasar $310 mil millones anuales a instituciones que cumplan con los requisitos establecidos en la Ley de Educación Superior.

En el marco de la semana de la primera marcha estudiantil, el Gobierno se apresura y adelanta con cumplir su gran propuesta para la educación superior, sin oposición o críticas de peso, dado el histórico y transversal consenso existente entre diversos sectores políticos, tecnócratas e incluso empresarios educativos respecto de la estructura educativa neoliberal, que se fortalece y actualiza con Bachelet, antes con la LGE, y luego con la gratuidad, nuevas regulaciones, desmunicipalización y toda la gama de reformas impulsadas en el gobierno anterior.

La ortodoxia neoliberal puede aceptar la política de gratuidad porque esta no es más que la radicalización de las lógicas subsidiarias y un elemento más de perfeccionamiento de los mecanismos y lógicas mercantiles en el sector. Dada la provisión marcadamente privada del sistema de educación escolar y superior, podemos decir que el Estado subsidia a plenitud a este sector que opera como una verdadera industria, con sus lógicas productivas, comerciales, organizacionales y con sus gremios empresariales específicos. Este subsidio es el que les permite funcionar, sostener sus proyectos particulares e ideológicos, obtener utilidades y acumular desde diversos mecanismos legales, extralegales e ilegales.

Un caso extremo es la política de gratuidad para la formación técnica de nivel superior, donde las instituciones son mayoritariamente privadas y, donde la matricula se concentra en dos grandes empresas educativas (INACAP y DUOC). Esto permitirá fortalecer, ampliar y legitimar la propiedad privada educacional y el desarrollo de conocimiento como mercancía, en detrimento de un sistema educacional público y estatal.
[cita tipo=»destaque»]El Frente Amplio y el progresismo en general crítica al gobierno, pero al mismo tiempo valora el avanzar en esta gratuidad de mercado y evalúa como positivo que el gobierno de Piñera hable “en clave” del movimiento estudiantil. Sumemos a esto que las últimas jugadas por acción u omisión del gobierno (el tribunal constitucional y el lucro y el retiro del proyecto del nuevo crédito estatal) han tenido como respuesta de los organismos conductores de la CONFECH moderación y pasividad, aceptando el encuadre de las demandas que puso el gobierno y haciendo retroceder la agenda programática del movimiento estudiantil. En los hechos, el Frente Amplio estudiantil se ha hecho funcional a una política de contención de la lucha, llegando a defender las propuestas del gobierno de Bachelet.[/cita]

El Frente Amplio y el progresismo en general crítica al gobierno, pero al mismo tiempo valora el avanzar en esta gratuidad de mercado y evalúa como positivo que el gobierno de Piñera hable “en clave” del movimiento estudiantil. Sumemos a esto que las últimas jugadas por acción u omisión del gobierno (el tribunal constitucional y el lucro y el retiro del proyecto del nuevo crédito estatal) han tenido como respuesta de los organismos conductores de la CONFECH moderación y pasividad, aceptando el encuadre de las demandas que puso el gobierno y haciendo retroceder la agenda programática del movimiento estudiantil. En los hechos, el Frente Amplio estudiantil se ha hecho funcional a una política de contención de la lucha, llegando a defender las propuestas del gobierno de Bachelet.

En resumen, este escenario en que se busca terminar de profundizar y legitimar la educación de mercado cerrando el ciclo de la agenda de reformas, sumado a una conducción estudiantil vacilante e incapaz de oponerse realmente a la agenda mercantilizadora de los últimos años, nos pone por delante tres grandes desafíos de cara a las movilizaciones:

  1. Instalar una crítica radical y antagónica al actual sistema educativo chileno, que mantiene intactos, y verá reforzados sus pilares fundamentales cómo lo son el negocio y el lucro, la apropiación privada del conocimiento y la fuerte segregación en educación superior. Esto significa superar las actuales consignas y demandas que marcan la convocatoria del CONFECH. La centralidad debe volver a ser acabar con los privados y el negocio en la educación, como la única forma de terminar con la mercantilización, el negocio financiero y el lucro.
  2. Debemos tener claro que no basta con ser oposición (en el sentido institucional y parlamentario del término) y que la nueva educación solo la conseguiremos fortaleciendo en la lucha y en lo cotidiano nuestras propias organizaciones, dejando de lado la simple política mediática. La movilización estudiantil debe ser una lucha masiva, con independencia política respecto a las variantes neoliberales y sus fuerzas auxiliares, para reflejar un claro contenido popular y revolucionario.
  • Debemos recuperar la combatividad en las calles, las llamadas “nuevas formas de movilización”, es un viejo recurso para deslegitimar la acción directa de los estudiantes y la expresión de su digna rebeldía. Llamamos por tanto a transformar a la movilización del 19 en una gran jornada de lucha y combate contra la educación de mercado.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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