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La jornada laboral Opinión

La jornada laboral

La reducción de la jornada laboral se ha transformado en un tema crucial para esas elecciones y quienes la planteen, tendrán un plus electoral evidente. Es una propuesta que llegará incluso a quienes se abstienen de concurrir a votar, porque la política no les interesa. Pero claro que el tiempo de trabajo interesa a todo el mundo.


Los que nunca han trabajado de pie frente a una máquina, una correa transportadora o cosechando a mano, incluyendo a los señores legisladores, están decidiendo cuál será la jornada laboral durante las próximas décadas.

Están confundiendo la jornada de 8 horas diarias que, distribuidas en los 5 días hábiles de la semana, suman las 40 horas semanales que reducen las actuales 45 en 5 horas por semana, con la flexibilidad laboral.

Son dos problemas distintos, en los cuales no hay contradicción, pues pueden resolverse y coordinarse perfectamente.

Si se fija como normal y legal la jornada de 40 horas semanales, estas se pueden distribuir, por común acuerdo, durante la semana, para establecer turnos que se acomoden al ciclo productivo más eficiente.

[cita tipo=»destaque»]Es curioso que incluso en partidos de izquierda existan dudas sobre la reducción de las 5 horas legales semanales. También en el Partido Socialista, que aprobó en su último congreso nacional esa reducción, no existe acuerdo de sus parlamentarios de cómo votar la propuesta de las dos diputadas comunistas, Cariola y Vallejo, que la están impulsando.[/cita]

Es claro que, si se exceden las 40 horas y hasta un máximo fijado por ley, estás horas adicionales y extraordinarias deberán pagarse con el recargo de 50%. Tal vez en pagar en ese caso más horas extraordinarias es lo que provoca el rechazo empresarial.

La reducción de la jornada laboral normal actual de 9 horas semanales, que completan 45 en la semana de 5 días, es una reivindicación tan sentida por los trabajadores, que el actual Gobierno de derecha, que no simpatiza con estas reducciones, se ha visto obligado a aceptarla, eso sí, retrasándola en una dilatación legal que se desarrolla de a poco en 5 años y suma 41 horas semanales.

Esto recuerda la anécdota del profesor que decidió cortarle la cola al gato y, para que le doliera menos, se la iba a cortar de a poco.

Lo que interesa a las autoridades políticas y patronales es que la reducción de la jornada laboral ya no sea tema en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias.

La reducción de la jornada laboral se ha transformado en un tema crucial para esas elecciones y quienes la planteen, tendrán un plus electoral evidente. Es una propuesta que llegará incluso a quienes se abstienen de concurrir a votar, porque la política no les interesa. Pero claro que el tiempo de trabajo interesa a todo el mundo.

Es curioso que incluso en partidos de izquierda existan dudas sobre la reducción de las 5 horas legales semanales. También en el Partido Socialista, que aprobó en su último congreso nacional esa reducción, no existe acuerdo de sus parlamentarios de cómo votar la propuesta de las dos diputadas comunistas, Cariola y Vallejo, que la están impulsando.

La confusión seguramente proviene del discurso empresarial que argumenta que la productividad de los trabajadores chilenos es muy baja y que, al disminuir la jornada diaria en una hora, la producción bajará. La verdad es que la producción en la última hora de trabajo disminuye por el cansancio del trabajador y que la productividad en esa última hora es la más baja. La producción en solo 8 horas de trabajo será la misma que la actual, la producción por hora subirá y eso es lo que mejora la productividad.

Chile, según las últimas estadísticas, es el país latinoamericano con mejor índice de productividad laboral, la reducción de las horas de trabajo “cansado” mejorará la productividad y contribuirá al desarrollo productivo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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