Señor Director:
Desde Corporación La Esperanza, donde trabajamos hace más de 6 años con niños gestados y nacidos en consumo en un programa que es único en Chile y que atiende la problemática de las mujeres embarazadas y madres con problemas de adicción que desean romper con la droga y brindar a sus hijos la posibilidad de crecer lejos de ellas, queremos llegar a la Subsecretaría de la Niñez y a la mesa que ha convocado donde suma a Unicef y el ministerio de Justicia, entre otros agentes, para aportar nuestra experiencia acerca de cómo está afectando hoy la droga a los niños y niñas de Chile.
Es necesario hablar de prevención temprana y hablar de rehabilitación, de padres que requieren capacitarse en su rol, y de qué le vamos a ofrecer a sus hijos en las horas que pasan solos, porque nuestros niños y adolescentes son los mayores consumidores de droga de América Latina (en los últimos 6 años los escolares chilenos han ocupado el primer lugar de consumo en América en marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes y el tercero en éxtasis. Fuente: CICAD OEA).
Las autoridades y todos los actores sociales tenemos que hacernos cargo de este problema. Pero también están los aún más invisibles, los «hijos de la droga», son niños y niñas que viven en medio de sectores capturados por el narcotráfico, aquellos cuyos padres consumen, de todos los niveles socioeconómicos y que sufren un trauma no diagnosticado. Y luego al final, muy al final de la cadena de la droga, están los recién nacidos que han sido expuestos a la droga durante el embarazo por el consumo de su madre, niños que deben ser tratados desde sus primeros días de nacer para disminuir el daño neuromotor que han sufrido y que antes de los 7 años podría tener manifestaciones cognitivas y conductuales. Para ellos creamos el programa «Naciste Tú», que urge transformar en política pública.
Sabemos que los hijos de hombres y mujeres adictos repiten la conducta porque genéticamente tienen mayor disposición a la adicción y porque el medio en el que viven los lleva a eso. El 76% de las mamás de «Naciste Tú», es hija de padres consumidores, mientras que el 73% de ellas ha sufrido abuso y el 100% ha sido víctima de violencia intrafamiliar. Estas mamás a su vez tienen un promedio de 3 hijos, y la edad de inicio del consumo promedio fue 15 años, entonces tuvieron padres consumidores, empezaron a consumir a temprana edad, fueron objeto de abuso y violencia, ellas son el claro ejemplo del nivel de vulnerabilidad que sufren los niños que actualmente están vinculados a padres consumidores, y cómo eso puede repercutir en vidas por venir.
Estos números son una realidad, sabemos a ciencia cierta que las personas repiten patrones y conductas del entorno en el que crecieron en términos de consumo. Y hoy, lamentablemente, hay un grupo de niños que es altamente vulnerable dado el consumo de sus padres y que no está siendo mirado desde esa perspectiva, tanto hijos de madres que han consumido en el embarazo como aquellos que son hijos de hombres que también tienen alteración en su adn y que viven en un contexto de consumo, porque van a repetir su conducta.
Eso es lo que queremos ir a representar a la mesa de trabajo, y aportar con nuestra experiencia a buscar soluciones para un problema que es inminente en nuestra sociedad, pero sobre todo, que es evitable si se toman las medidas necesarias.
Ana Luisa Jouanne,
presidenta del directorio Corporación La Esperanza
