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Corresponsables del bienestar de niños, niñas y jóvenes Opinión

Corresponsables del bienestar de niños, niñas y jóvenes

Magdalena Simonetti
Por : Magdalena Simonetti Directora ejecutiva del Proyecto Juntos por la Infancia. Comunidad Organizaciones Solidarias.
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A veces, olvidamos que estamos donde estamos, entre otras cosas, porque alguien nos amó y nos cuidó de pequeños. Damos por sentado que la vida de todas las personas se asienta sobre una niñez protegida y amorosa, asumiendo como natural el hecho de que los niños y niñas se desarrollan al amparo de sus familias. Quizás esta ilusión nos lleva a estremecernos cada vez que conocemos un caso de algún niño niña cuyos derechos se han vulnerado gravemente. Esa es la realidad de alrededor de 4.500 niños y niñas que llegan a vivir a residencias de protección, en nuestro país.

Garantizar el buen trato y el bienestar de todos los niños, niñas y adolescentes, especialmente de aquellos que han sufrido inmensas vulneraciones y que cuentan con menos redes de apoyo, es apostar por una sociedad sostenible. Un país que procura calidad de vida y bienestar a todos los niños y niñas, es una nación que puede contar con ciudadanos sanos, conscientes, ‘bientratantes’ y comprometidos con el desarrollo de su entorno.

El bienestar es compartido o no es tal. Desde nuestra perspectiva, debemos hacernos cada vez más conscientes de que todos somos parte de un ecosistema donde estamos inevitablemente conectados de manera que nuestras acciones afectan –para bien o para mal- a nuestro entorno. De la misma manera que las prácticas de los demás tienen un impacto en nuestras vidas.

Desde Juntos por la Infancia trabajamos para que estos vínculos se basen en los buenos tratos entre seres humanos y que sean virtuosos para los niños, niñas y jóvenes que viven en residencias protegidas, para sus cuidadoras, y también para quienes aportan como voluntarios y voluntarias.

A su vez, estos lazos son los que comienzan a construir el bienestar, el cual alcanza también a todos los colaboradores de las empresas que participan en los distintos proyectos. Estos hombres y mujeres se involucran genuinamente con las personas de las residencias de tal manera que generan relaciones de confianza, cariño y aportes mutuos.

Pero la tarea no es fácil. Como dice el psiquiatra y Director del Instituto del Bienestar, Dr. Daniel Martínez, el bienestar es la confluencia de la dimensión emocional (sentirse bien), funcional (poder funcionar bien), relacional (capacidad de establecer vínculos saludables) y compartida (poder formar parte de comunidades). Es decir, otorgar las herramientas necesarias para un correcto desenvolvimiento de los miles de niños, niñas y adolescentes.

Creo que tenemos un desafío muy grande en el contexto social, político y económico que estamos viviendo. En Juntos por la Infancia, proyecto en el que, a través del trabajo colaborativo entre el sector privado, las residencias de la red de Mejor Niñez y las organizaciones de la sociedad civil, buscamos contribuir a la calidad de vida de los niños, niñas, adolescentes y las personas que cuidan de ellos, pensamos que una clave está en la corresponsabilidad y el buen trato. Y ello supone un desafío para todos: hacernos cargo de una parte del bienestar común. Escuchar y empatizar con otros –especialmente con los que no habitan en nuestras burbujas- es indispensable para contribuir con propósitos comunes, como el de garantizar el bienestar y la calidad de vida para los niños, niñas y jóvenes de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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