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“La Casa de la Silla” y las torturas en nuestros hospitales Opinión

“La Casa de la Silla” y las torturas en nuestros hospitales

Pablo Cox Vial
Por : Pablo Cox Vial Prof. Asociado Universidad de Valparaíso Neurorradiólogo Hospital Carlos Van Buren
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Llama la atención los altos cumplimientos en las acreditaciones de estos centros, no pudiendo explicar las condiciones de infraestructura y equipamiento, que la ministra de salud señala en la modificación de su denuncia de torturas en el hospital porteño. 


«Constituye tortura todo acto por el cual se haya infligido intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche que ha cometido, intimidar o coaccionar a esa persona u otras, anular su personalidad o disminuir su capacidad física o mental, o por razones basadas en cualquier tipo de discriminación. Siempre y cuando dichos dolores o sufrimientos se hayan cometido por un agente del Estado u otra persona a su servicio, o que actúe bajo su instigación, o con su consentimiento o aquiescencia»(Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura-Comisión Valech- 2005).

La ministra de salud, Dra. María Vegoña Yarza (el nombre de la ministra es con “V”, aunque en la página oficial del Ministerio de Salud salga con “B”) denuncia la realización de torturas en el Hospital del Salvador de Valparaíso por las condiciones en que se estaba realizando la terapia electroconvulsiva, sin embargo, posteriormente se retracta. Vemos en resolución exenta, del 6 de Julio de 2017, que este hospital fue acreditado por la Superintendencia de Salud “… al haberse constatado que dicho prestador cumple con el 100% de las características obligatorias que le eran aplicables y con el 74,5 % del total de las características que fueran aplicables y evaluadas en ese procedimiento…”. Esta acreditación venció el 6 de Julio de 2020. El Hospital Psiquiátrico Philipe Pinel de Putaendo también está acreditado “… el prestador evaluado cumple con el l00 % de las características obligatorias que le eran aplicables y con el 75% del total de las características que fueron evaluadas en ese procedimiento…”. Esta acreditación venció el 15 de Junio de 2021. El Hospital Psiquiátrico El Peral también se encuentra acreditado, y esta vence el 21 de Agosto de este año, “… cumple con el 100% de las características obligatorias que le eran aplicables y con el 73 % del total de las características que fueran evaluadas en ese procedimiento, siendo la actual exigencia de dicho estándar, para que se otorgue la segunda acreditación en este procedimiento, el cumplimiento del 70 % de dicho total”. El instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz también se encuentra acreditado con altísimos porcentajes de cumplimiento y con vigencia hasta este año. Según la Superintendencia de Salud, esos serían todos los prestadores de atención psiquiátrica cerrada estatales del país acreditados, habiendo sólo dos privados, los cuales sólo se encuentran en la región metropolitana. Según esta información vemos que la cobertura para internación es bajísima, esto puede ser en consecuencia con una política de excelente cobertura de atención abierta y de no internación. Llama la atención los altos cumplimientos en las acreditaciones de estos centros, no pudiendo explicar las condiciones de infraestructura y equipamiento que la ministra de salud señala en la modificación de su denuncia de torturas en el hospital porteño.

Se me enrostrará que los estándares que evalúa la acreditación no tienen relación con nada de lo que la ministra, los funcionarios, los pacientes y familiares denuncian. Entonces, ¿para qué acreditamos? ( no voy a entrar en toda la parafernalia, recursos humanos y económicos, como contratación de agencias acreditadoras, etc., que esto involucra), esto es más costoso que los concursos de Alta Dirección Pública.

“La Casa de la Silla” fue un centro de detención de la DINA ( Dirección de Inteligencia Nacional -Junio 1974 a Agosto 1977- bajo el mando del teniente coronel Manuel Contreras) en Rancagua, conocida porque  “… los detenidos eran mantenidos día y noche, durante todo su período de reclusión, sentados en una silla, a la cual se les amarraba de pies y manos, con la vista vendada” ( Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura-Comisión Valech- 2005). En este mismo informe, en relación a los métodos de tortura, se aclara que “(…) La posición puede no ser incómoda en sí misma, pero se hace intolerable y desesperante cuando se la debe mantener desde algunas horas hasta días enteros”.

El Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, está acreditado, cumple con el 100% de las características obligatorias y el 91% del total de las características evaluadas. Está vigente hasta el 20 de Enero del 2023. En este centro asistencial, en la Unidad de Emergencia Adulto, hemos tenido períodos con un promedio diario de 15 pacientes “por acostar” o en “ hospitalización vertical”, es decir, hospitalizados en una silla. Pacientes con fracturas han estado hasta 4 días hospitalizados en una silla, con idea suicida más de 11 días. Personalmente, hice la denuncia al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) con fecha 29 de Noviembre 2021. Se me sugirió que la hiciera de forma anónima para evitar represalias -¿?-, mi respuesta infantil fue que estábamos en democracia, que la iba a hacer identificándome. A la fecha nadie me ha contactado, ni se han apersonado funcionarios del INDH al Hospital Carlos Van Buren para verificar la denuncia.

Volvemos a recordar a Fito Paez y la canción “Al Lado del Camino” …  que rondan por siniestros ministerios, haciendo la parodia del artista” y a Hans Christian Andersen con su cuento: “El Traje Nuevo del Emperador”.

“Dejemos que las instituciones funcionen ………………………….” usted, complete la oración.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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