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Virtud en cruzar el Rubicón Opinión

Virtud en cruzar el Rubicón

Gonzalo Correa Rivera
Por : Gonzalo Correa Rivera Psicólogo, académico U. Gabriela Mistral.
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Estas preguntas solo se responderán la noche del 4 de septiembre. No obstante, si podemos adelantar un par de cosas. Si el Apruebo gana de forma tan aplastante como en el plebiscito de entrada, eso querrá decir que muchos votantes de derecha volvieron a cruzar el Rubicón. Del mismo modo, si gana el Rechazo, quiere decir que un numero importante de votantes de izquierda cruzaron a la otra orilla en pos de una mejor constitución, una que logre una victoria que seque las aguas del río que nos separa. Esta victoria debería traducirse en una propuesta que represente a una mayoría independiente del color político. Pero en el caso de que el Apruebo se imponga por un estrecho margen, probablemente el Rubicón volverá a ser el río grueso, profundo y turbulento que nos ha separado desde el retorno a la democracia, sin que se disloquen las lógicas políticas que han imperado desde la dictadura en adelante. Entonces ¿Hay virtud en cruzar el Rubicón? Al menos yo no tengo dudas al respecto.     


En el año 49 A.C, luego de 7 años de una exitosa campaña en Galia, Cayo Julio Cesar cruza el río Rubicón con sus legiones. Este río era la frontera natural impuesta por el senado para marcar hasta donde un general romano podía llegar con su ejército, con el fin de evitar guerras civiles. Así, cuando Cesar lo cruzó, sabía que él y todos sus hombres pasarían a ser automáticamente enemigos de la república, por lo que una vez en la otra orilla, miro hacia a sus legiones y les dijo de forma dramática “la suerte está echada”. Y no fue de otra manera, porque este fue un hito que determinó la historia de occidente. Desde ahí en adelante comienza una guerra civil contra su excolega Pompeyo, que termina en Egipto con éste decapitado. En esa misma tierra conoce a Cleopatra con la que tuvo a su único hijo Cesarion. Luego vuelve a Roma, para morir a traición de la mano de su amigo Bruto. Después, Marco Antonio se enamora de la ex pareja de su compañero de armas, Cleopatra, y comienzan otra guerra civil contra Cayo Octavio, nieto sobrino de Cesar. Pero es este último el que vence, y Cleopatra y Marco Antonio se suicidan juntos. Así, Cayo Octavio pasa a ser Cesar Augusto, el primer emperador Romano, se pone fin a la república y se da inicio al imperio. ¡Fascinante!

Es esta metáfora de cruzar el Rubicón la que se ha impuesto sobre aquellos descolgados de la izquierda que hacen campaña por el rechazo, pero sin que medie reflexión alguna. ¿Cuál es el Rubicón en la política chilena? ¿Desde cuándo existe? ¿y por qué se impone esta metáfora ahora y no antes, cuando en los últimos 30 años ha habido pactos políticos transversales y descolgados de ambos bandos? Creo que vale la pena hacerse cargo de estos problemas.

[cita tipo=»destaque»]Cuando se cruza de orilla a orilla por primera vez, se hace ver que la tarea no es imposible, y envalentona al resto a hacerlo también.[/cita]

No es azar que en un plebiscito constitucional se utilice por primera vez esta metáfora, debido a que aquellos que cruzaron el Rubicón chileno, son los que hicieron la campaña por el retorno de la democracia, pero ahora la hacen por el rechazo. Vale decir, quiérase o no, este plebiscito hace referencia a la gesta del “No”. Esto nos lleva a pensar que el famoso rio echó a correr sus aguas en la política chilena aquel glorioso 5 de octubre de 1988. Ahí fue donde se instalaron dos polos que parecían irreconciliables, dos tribus que se miran de orilla a orilla con sospecha, separados por un río grueso, profundo y turbulento. Sin lugar a duda fue esta lógica polar la que dominó todo el proceso de la transición de estos últimos 30 años, a las puertas de un nuevo Chile que se avecina.

Pero no es cierto decir que los primeros en cruzar el Rubicón son los descolgados de centro izquierda. La derecha también hizo lo propio cuando algunos de la UDI (con Lavin como candidato), parte de RN (con Mario Desbordes como presidente de partido) y todo Evopoli llamaron a votar Apruebo en el plebiscito de entrada, lo que quedo de manifiesto en la aplastante victoria del casi 80% por el Apruebo (una victoria así no se explica sin una maza grande de la derecha cruzando el río).

Cuando se cruza de orilla a orilla por primera vez, se hace ver que la tarea no es imposible, y envalentona al resto a hacerlo también. Así pasó con Walker, Rincón y Frei, desde la DC, con Maldonado, desde el PR, con Landerretche desde el PS, Harboe ex PPD y varios otros (incluyendo un muy ambiguo Lagos). Pero no solo hablamos de personalidades connotadas de la política chilena. Como en el caso del plebiscito de entrada, donde una gran masa de votantes de la derecha cruzó a las orillas del Apruebo, pareciera ser que, en el plebiscito de salida, una gran masa de votantes de izquierda cruzará a las orillas del Rechazo. ¿Será que el Rubicón ya no es el caudaloso rio que echó a correr sus aguas en el plebiscito del “si” y el “no”? ¿Será que las dos tribus que se miraban de orilla a orilla con sospecha están haciendo sus primeras aproximaciones luego de 34 años y contando?

Estas preguntas solo se responderán la noche del 4 de septiembre. No obstante, si podemos adelantar un par de cosas. Si el Apruebo gana de forma tan aplastante como en el plebiscito de entrada, eso querrá decir que muchos votantes de derecha volvieron a cruzar el Rubicón. Del mismo modo, si gana el Rechazo, quiere decir que un numero importante de votantes de izquierda cruzaron a la otra orilla en pos de una mejor constitución, una que logre una victoria que seque las aguas del río que nos separa. Esta victoria debería traducirse en una propuesta que represente a una mayoría independiente del color político. Pero en el caso de que el Apruebo se imponga por un estrecho margen, probablemente el Rubicón volverá a ser el río grueso, profundo y turbulento que nos ha separado desde el retorno a la democracia, sin que se disloquen las lógicas políticas que han imperado desde la dictadura en adelante. Entonces ¿Hay virtud en cruzar el Rubicón? Al menos yo no tengo dudas al respecto.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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