La teleasistencia es un servicio valioso que puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores en situación de dependencia, reducir la carga de trabajo de las personas cuidadoras y beneficiar al sistema sociosanitario en términos de costos y eficiencia.
Un dispositivo tecnológico que junto a personal calificado permite acompañamiento y respuesta ante cualquier emergencia.
América Latina y el Caribe están experimentando un envejecimiento acelerado, con un aumento significativo de la población mayor de 65 años en las últimas décadas. De hecho, en la región, la población mayor de 65 años aumentó de 21,4 millones a 58,7 millones entre 1990 y 2020, y se espera que esta cifra siga aumentando. Además, se estima que casi ocho millones de personas mayores de 65 años están en situación de dependencia, lo que representa el 14% de la población mayor de 65 años.
La teleasistencia es un servicio remoto que se brinda 24 horas al día, los 365 días del año, y se orienta a la atención y respuesta inmediata de personas en situación de dependencia y personas mayores. Este servicio es uno de los cinco tipos de servicios ofrecidos por los sistemas de atención de larga duración, junto con las residencias, los servicios domiciliarios, los centros de día y los servicios para cuidadores.
La teleasistencia tiene varias ventajas. En primer lugar, mejora la calidad de vida y las percepciones de los usuarios, quienes reportan sentirse más seguros, tranquilos e independientes, y con una menor sensación de soledad. Además, la teleasistencia puede prevenir la depresión y la soledad. En segundo lugar, la teleasistencia disminuye la carga de trabajo y el nivel de estrés de las personas cuidadoras. Finalmente, la teleasistencia beneficia al sistema sociosanitario al reducir el uso de ambulancias y otras movilizaciones, así como el gasto en residencias debido al retraso en la institucionalización.
La teleasistencia es un servicio valioso que puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores en situación de dependencia, reducir la carga de trabajo de las personas cuidadoras y beneficiar al sistema sociosanitario en términos de costos y eficiencia.