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Defensoría de la Niñez: fortalezcamos los derechos de la infancia y adolescencia Opinión

Defensoría de la Niñez: fortalezcamos los derechos de la infancia y adolescencia

Juan Pablo Venegas
Por : Juan Pablo Venegas Director de Incidencia Pública World Vision Chile
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No podemos seguir esperando más tiempo para contar con una autoridad que defienda y promueva los derechos de la infancia y adolescencia en Chile.


La Defensoría de la Niñez es una institución autónoma creada por la Ley 21.067, que tiene por objeto velar por el respeto y protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) en Chile. Desde su creación en 2018, la Defensoría realiza una importante labor de promoción, educación, monitoreo y denuncia de las situaciones que afectan a este grupo social.

Sin embargo, han pasado más de 150 días sin que se designe a una nueva persona que asuma el cargo. El proceso de nombramiento del Defensor o Defensora de la Niñez es complejo y requiere del acuerdo entre el Presidente de la República y los dos tercios del Senado. Sin embargo, esto no puede ser una excusa para prolongar indefinidamente esta situación, que afecta el funcionamiento y la legitimidad de una institución clave para garantizar los derechos e interés superior del niño en todas las políticas públicas.

Por eso, hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes a acelerar el proceso de selección y ratificación del Defensor o Defensora de la Niñez, considerando los criterios técnicos, éticos y participativos que se requieren para el cargo. El nuevo Defensor o Defensora debe ser una persona que tenga un liderazgo inclusivo y democrático, que se preocupe por fortalecer la institucionalidad de la Defensoría, que tenga una visión amplia y dialogante sobre los derechos de NNA, que sea capaz de trabajar con otros actores relevantes, que tenga capacidad de dialogar y generar reciprocidad en las interacciones con todos los sectores políticos e ideológicos, y que tenga conciencia plena de que la historia de la Defensoría no comienza con su llegada al cargo, sino que se basa en el trabajo previo de muchas personas e instituciones que han luchado por los derechos de la infancia y adolescencia en Chile.

En este sentido, parece interesante el último nombre sugerido para el cargo. Un profesional con vasta experiencia en temas relativos a la defensa de los derechos de los NNA y que ha colaborado con la sociedad civil desde su experiencia. Creemos que reúne varias características que debe tener el Defensor o Defensora de la Niñez, y que podría aportar una mirada renovada y comprometida con la misión de la institución.

No obstante, sea quien sea la persona elegida, lo importante es que se respete el proceso establecido por la ley, que se considere la opinión de los NNA y de la sociedad civil, y que se garantice la independencia y autonomía de la Defensoría. No podemos seguir esperando más tiempo para contar con una autoridad que defienda y promueva los derechos de la infancia y adolescencia en Chile. Es una cuestión de justicia y de democracia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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