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Rechazo a los dichos de María Luisa Cordero

Por: Andrea Slachevsky y Josefina Huneeus


Señor Director:

La Dra. María Luisa Cordero, que se ha posicionado en la opinión pública y los medios de prensa gracias a su profesión de médico, presentándose como psiquiatra, ha emitido opiniones abiertamente discriminatorias en contra de las personas migrantes. Los acusa, entre otras cosas, de conductas inapropiadas que degradarían la calidad de vida de nuestras ciudades y privarían a la población “de origen chileno” de oportunidades laborales.

Como médicos, los dichos de la Dra. Cordero nos causan una profunda vergüenza y creemos que es imperativo manifestar nuestro rechazo.

Al hablar desde la autoridad de su profesión de médico, la Dra. Cordero infringe uno de los principios del profesionalismo médico contenidos en el Charter of Professionalism para el siglo XXI adoptado por el Colegio Médico de Chile: oponerse a toda discriminación. Además, uno de los principios éticos fundamentales de la medicina es primum non nocere, “lo primero es no hacer daño”. Existe evidencia médica contundente y ampliamente conocida sobre los efectos negativos en la salud física y mental de las personas víctimas de discriminación. Es desconcertante, entonces, que un médico olvide que lo primero es no hacer daño y omita la evidencia sobre el daño que puede provocar en las personas migrantes el ser discriminadas públicamente por su mera condición de migrante.

El ejercicio de la profesión médica, tanto en el ámbito confidencial de la relación médico-paciente como en el ámbito público, obliga a los médicos a cumplir los códigos deontológicos propios de la profesión. Si María Luisa Cordero quiere beneficiarse en su candidatura a la Convención Constituyente de la posición social que le otorga su profesión de médico al presentarse como “Dra.  María Luisa Cordero Constituyente”, ella tiene la obligación de ceñirse a los principios del profesionalismo y la ética médica, los que la Dra. Cordero ha flagrantemente violado con sus declaraciones.

Pero aún abstrayéndose del hecho de que la Dra. Cordero ha emitido declaraciones en su calidad de médico, usufructuando de su profesión, sus declaraciones son de carácter discriminatorio, xenófobo y racista y suscitan nuestro rechazo no solo en tanto que profesionales médicos, sino como personas convencidas de que todo ser humano merece un trato digno y respetuoso.

Guardar silencio ante los dichos de la Dra. Cordero sería hacernos cómplices no sólo del daño que éstos causan a las personas vulneradas, sino también del daño que le causan a la profesión médica. Tolerar el no respeto de la deontología de la profesión es pavimentar el camino hacia una ética médica meramente accesoria y decorativa, despojada de su rol esencial en el ejercicio de la medicina: preservar la confianza de quienes acuden a un profesional médico en búsqueda de respuestas a sus dolencias.

Andrea Slachevsky, médica neuróloga

Josefina Huneeus, médica psiquiatra infantojuvenil

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