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Goles son amores DEPORTES Crédito: Phostosport

Goles son amores

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Efectivamente el rol del goleador nunca ha cambiado, pero sí la forma de jugar. Muchos se han visto afectados, por los cambios de estrategias y planteos más timoratos de muchos entrenadores, que privilegian la faceta defensiva. Un goleador se las puede arreglar a veces solo, en una o dos jugadas, pero necesita ser alimentado o dejado en posición de remate.


La lucha por el cetro de máximo goleador del torneo chileno, tiene a cuatro candidatos, todos ellos extranjeros. Gonzalo Sosa de Deportes Melipilla y Fernando Zampedri de U.Católica lideran este ranking con 21 goles, uno detrás de ellos está el trasandino Joaquín Larrivey de los azules y un poco más atrás se instala Cristián Palacios de los rojos de Santa Laura con 16 tantos.

Y claro, generalmente y en la última década, los equipos chilenos han concentrado sus dólares en traer precisamente artilleros extranjeros, ya que hace bastante rato, los goleadores chilenos parecieran estar con la pólvora mojada, o ya no abundan los nombres que había en la década de los noventa; donde hubo muchos y de gran categoría. Solo por recordar algunos nombres: Fantasma Figueroa, Ivo Basay, Tunga González, Fernando Vergara, Marcelo Salas, Juan Diablo González, Pedro González, Marcelo Corrales, Cristián Montecinos, etc….La lista podría seguir.

Frase propia del fútbol, es que los goles se pagan. Por ello se ha apuntado fuera de las fronteras. Una excepción destacada, ha sido la de Diego Valencia. El centrodelantero cruzado, lleva 13 goles, siendo utllizado como extremo. Un plus, tomando en cuenta que bajo el esquema de juego de los cruzados, si bien puede llegar al gol, Valencia trabaja más como un asistidor. El mérito de la dupla más goleadora hasta ahora del torneo, es precisamente esa; se complementan y ya han registrado 34 goles de los 57 convertidos por la UC.

[cita tipo=»destaque»]Entiendo y asumo la evolución de los esquemas tácticos o estrategias; pero hay que volver a incentivar a nuestros jóvenes para que asuman esa potestad de usar la 9, no cualquiera lo puede hacer, porque tiene un peso y significa mucho.[/cita]

Iván Morales, parecía tener un despertar importante el 2021, marcando y siendo figura de Colo Colo, pero en los últimos partidos su rendimiento ha decaído y se estancó en los once goles. Los otros nombres nacionales que figuran entre los 10 primeros cañoneros, son Leandro Benegas (nacionalizado) y Bryan Carrasco que es volante.

En los 90, llegaron delanteros de fuste y categoría internacional a los equipos chilenos, la mayoría de ellos, seleccionados de sus países que potenciaron nuestro fútbol y por supuesto a los jugadores nacionales que compartían con ellos.

En la U, los nombres de Flavio Maestri y Richard Baéz, marcaron trascendencia. El peruano y paraguayo, eran 9 fuertes de área. En San Carlos, hasta hoy y por muchos años más, el nombre de Alberto Acosta seguirá reinando, por todo lo que significó el Beto con la camiseta cruzada. La marca de Lucas Barrios en Colo Colo o el paso de Alvaro Peña por Deportes Temuco, eran situaciones que trascendían.

Efectivamente el rol del goleador nunca ha cambiado, pero sí la forma de jugar. Muchos se han visto afectados, por los cambios de estrategias y planteos más timoratos de muchos entrenadores, que privilegian la faceta defensiva. Un goleador se las puede arreglar a veces solo, en una o dos jugadas, pero necesita ser alimentado o dejado en posición de remate. Con ello, también ha ido en extinción ese jugador talentoso y exquisito, ese 10, que siempre generaba tres o cuatro balones filtrados de gol.

Es un viaje permanente a los recuerdos, a esos nueve, que estremecián fecha a fecha con sus goles, cuando los nombres de Fabbiani, Caszely, Marcoleta, Arica Hurtado, Castec, Letelier, etc, hacían de las suyas por las canchas.

Por eso sigo extrañando a esos “peperos”, esos jugadores como Esteban Paredes y Humberto Suazo, que con su inteligencia y picardía, siempre se las arreglaban para quedar de frente al portero. Entiendo y asumo la evolución de los esquemas tácticos o estrategias; pero hay que volver a incentivar a nuestros jóvenes para que asuman esa potestad de usar la 9, no cualquiera lo puede hacer, porque tiene un peso y significa mucho. Jugadores hay, es el momento de devolverles la magia y la confianza.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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