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Hemos creado un mundo trastornado: sobre la salud mental de nuestras niñas y niños

Hemos creado un mundo trastornado: sobre la salud mental de nuestras niñas y niños

Javiera Navarro Marshall
Por : Javiera Navarro Marshall Directora Magíster Clínica Relacional con niños, niñas y adolescentes de la Facultad de Psicología U. Alberto Hurtado
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La semana pasada escuchamos los nuevos resultados de La Encuesta Nacional de Monitoreo Educacional que entrega evidencia de algo que lamentablemente ya no es novedad: el bienestar emocional, la violencia y la salud mental son los problemas principales de las niñas y niños en los colegios a lo largo de todo el país. Pero hay un detalle que me parece aún más crítico, que revela esta encuesta de percepción de directoras y directores, y es que hay un aumento en la percepción de niveles de violencia entre julio de este año (29%) y septiembre de este mismo año (36%), comparado con niveles prepandemia. Esto significa que las cosas no van mejorando conforme pasa el tiempo.

Y es acá donde nos topamos con un factor claro de la evidencia en psicología que desafía la idea popular: el estrés agudo que no se interviene a tiempo se transforma en estrés crónico. Y las respuestas que inicialmente fueron adaptativas frente a una situación de peligro –por ejemplo, la amenaza de muerte frente al Covid, cronificadas y sostenidas una vez que el peligro ya pasó, cambian nuestro sistema nervioso de manera permanente para seguir funcionando en alerta una vez que el peligro ya ha pasado. 

Acá el tiempo no cura todos los males, por el contrario, complejiza situaciones. No podemos seguir usando al tiempo como nuestra aliada en salud mental. No lo es. Para enfrentar el estrés tóxico están las intervenciones informadas por la evidencia que hoy tenemos disponibles sobre trauma y estrés postraumático. 

El director del CIAE y uno de los autores de la encuesta, Juan Pablo Valenzuela, es categórico: “Tenemos que trabajar en red, esto es un desafío sistémico, los colegios no van a resolver esto solos”. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. No podemos esperar que sean profesoras y profesores o los establecimientos educacionales los que se hagan cargo de esta debacle, donde están percibiendo a un 66% de sus estudiantes –72% cuando se trata de educación media– con un deterioro significativo de su bienestar emocional respecto a los niveles prepandemia. 

Hoy es más común que nuestras niñas y niños, en vez de felicidad, sientan desinterés, tristeza, intolerancia, irritabilidad y soledad. No puede calzar mejor hoy la cita del psicoanalista John Bowlby, autor de la teoría de apego, refiriéndose a la salud mental infantil: “Hemos creado un mundo trastornado”. Y esto el tiempo no lo va a curar. Si no hacemos algo hoy, las consecuencias de este país en un futuro serán mucho peores que las que observamos hoy en términos de violencia. Necesitamos más que nunca un trabajo colaborativo, con capacidad de análisis crítico, e intervenciones basadas en lo que sabemos de estrés tóxico con respecto a las problemáticas de salud mental infantil, desde una perspectiva relacional y contextual. 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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