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Urgencia de resolver brechas en la industria del hidrógeno verde Opinión Víctor Huenante/AgenciaUno

Urgencia de resolver brechas en la industria del hidrógeno verde

Andrés Palma Irarrázaval
Por : Andrés Palma Irarrázaval Economista. Miembro del Foro por el Desarrollo Justo y Sostenible
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Esto es aún más apremiante en nuestro país, ya que nuestro consumo de la naturaleza es mayor que el del conjunto del planeta. Si la Tierra consume 1,7 veces el producto de la naturaleza, los chilenos lo hacemos 2,7 veces. En otras palabras, ya el 15 de mayo consumimos el producto que genera nuestra naturaleza en un año. Ciertamente, hay otras emergencias coyunturales, como los efectos de los temporales que hemos sufrido, pero hay que tomar conciencia de que ellas se producen porque no damos sentido de urgencia al cambio necesario para que dejen de ocurrir.


Recientemente, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó, casi por unanimidad, un proyecto de acuerdo presentado por la diputada Javiera Morales (CS, por Magallanes) en que “solicita a S. E. el Presidente de la República considerar en la Estrategia Nacional y en el Plan de Acción de Hidrógeno Verde medidas ambientales, de ordenamiento territorial, mejoras regulatorias y tributarias para que las Regiones de Magallanes y Antofagasta sean las primeras regiones verdes de Chile”.

En el Foro para el Desarrollo Justo y Sostenible consideramos que los temas planteados en el proyecto de acuerdo son de la mayor importancia para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde, pero no solo para dicha industria, sino también para el desarrollo armónico de las industrias en todo el territorio.

Si bien la realidad de Magallanes y de Antofagasta (y Atacama) no son homologables desde la perspectiva de la industria del hidrógeno verde, hay puntos comunes de gran importancia. El principal de ellos consiste en que no existe línea de base ni Evaluación Ambiental Estratégica, cuyo reglamento data del año 2015, pero según la información disponible no se ha llevado a efecto por los Gobiernos Regionales, como tampoco los Planes Regionales de Ordenamiento Territorial (PROT).

El acuerdo de la Cámara explicita que “es urgente avanzar en la elaboración del ‘Plan Regional de Ordenamiento Territorial’ y un ‘Plan Regulador Intercomunal’ de la Región de Magallanes, y de las demás regiones que alberguen esta industria, que contemplen las áreas aptas y óptimas para la instalación de la industria, respetando los Parques Nacionales, Áreas Protegidas y demás aspectos ambientales que abundan en la Región. Dichos planes, que se deben someter a Evaluación Ambiental Estratégica, deben avanzar en planificación territorial, indicando los lugares más adecuados para instalar las desaladoras y puertos que requiere la industria”.

La importancia de lo anterior fue ratificada por la diputada Morales en reunión con el Foro, al señalar que “ya hay varias empresas que están arrendando terrenos para instalar en el futuro centrales eólicas, infraestructura para producir hidrógeno, que incluye plantas desaladoras, y puertos” y que ya se puede dibujar en el mapa de Magallanes la estructura de arriendos por empresas interesadas en el desarrollo de proyectos de hidrógeno. Otro tanto ocurre ya en Antofagasta, con la diferencia de que en el norte son concesiones de terrenos fiscales y, eventualmente, se podría planificar un ordenamiento por esa vía, en tanto que en Magallanes son arriendos sobre propiedades privadas.

En Magallanes, al no existir un PROT ni haber estudios sobre las migraciones de las aves o sobre las corrientes marinas en el estrecho, es muy difícil pensar que antes de tres o cuatro años puedan iniciarse procesos de inversión. Ello otorga tiempo para resolver cuestiones críticas, como el problema migratorio y posmigratorio, que se relaciona con la gran cantidad de técnicos que llegarían a Magallanes con motivo de las construcciones de las plantas, la relación con el abastecimiento de energía a la comunidad magallánica que hoy día recibe el gas natural, y el tema de los encadenamientos productivos, que resulta fundamental si queremos que el desarrollo de esta industria, en el sur y en el norte, no se limite a ser una fuente de recursos financieros, sino también una generadora de empleos de calidad y de iniciativas que complejicen y diversifiquen la estructura productiva del país.

Por otra parte, el estudio contratado por Corfo el año 2019 señaló la existencia de numerosas brechas institucionales y de mercado para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde. De acuerdo con dicho informe (Informe Final Mercado de Hidrógeno Verde en Chile), las principales brechas transversales se refieren a la falta de información para lograr el entendimiento del potencial del H2V como vector energético, carencia de capital humano capacitado en H2V y falta de regulación específica y de mecanismos de certificación, a lo que se suman los desafíos técnicos sectoriales para la aplicación del hidrógeno y los problemas de financiamiento de una industria con alto potencial pero incipiente desarrollo. El examen detenido de estas brechas nos revela que, salvo en cuanto al conocimiento del potencial del hidrógeno, entre 2019 y 2023 es poco lo que se ha avanzado, pese a los esfuerzos de Corfo.

Se suma a lo anterior el que los combustibles fósiles, en especial el diésel, siguen siendo subsidiados mediante diversos mecanismos, lo que no facilita la transformación de la matriz energética hacia el uso de fuentes limpias, en particular el H2V.

Las necesarias medidas “ambientales, de ordenamiento territorial, mejoras regulatorias y tributarias” que solicita el acuerdo parlamentario son urgentes para colocar a Chile a la vanguardia de la industria del hidrógeno verde, para hacer verdes las regiones de Magallanes y Antofagasta, pero no solo para esas regiones.

Los estudios internacionales han señalado que el pasado 1 de agosto el planeta consumió la totalidad de los recursos que la naturaleza aporta en un año; es decir, estamos consumiendo 1,7 veces lo que la Tierra es capaz de producir en un año. Esos antecedentes nos refuerzan respecto de la urgencia de avanzar en el camino de reemplazar fuentes contaminantes por fuentes limpias, como el H2V.

Esto es aún más apremiante en nuestro país, ya que nuestro consumo de la naturaleza es mayor que el del conjunto del planeta. Si la Tierra consume 1,7 veces el producto de la naturaleza, los chilenos lo hacemos 2,7 veces. En otras palabras, ya el 15 de mayo consumimos el producto que genera nuestra naturaleza en un año. Ciertamente, hay otras emergencias coyunturales, como los efectos de los temporales que hemos sufrido, pero hay que tomar conciencia de que ellas se producen porque no damos sentido de urgencia al cambio necesario para que dejen de ocurrir.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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