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El litio chileno y el próximo viaje del Presidente Boric a China Opinión Ariel Marinkovic/Agencia Uno

El litio chileno y el próximo viaje del Presidente Boric a China

Cecilia Pérez Jara
Por : Cecilia Pérez Jara Abogada, exministra de Estado.
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Con motivo del próximo viaje del Presidente de la República a China, resulta importante relevar que a la fecha la principal inversión extranjera en el sector proviene de este país, el que está haciendo una apuesta decidida no solo en la explotación del mineral, sino en la integración de toda la cadena de valor hasta la fabricación de baterías, lo que debiera ser visto con interés por nuestro país como parte de una estrategia no solo más amplia, sino urgente.


En el actual escenario global, donde la transición hacia energías renovables y tecnologías sostenibles es imperativa, el litio emerge como un recurso de inestimable valor. Este elemento es crucial para la fabricación de baterías que alimentan vehículos eléctricos y dispositivos tecnológicos avanzados, colocando a las naciones con significativas reservas de litio en una posición estratégica dentro del tablero geopolítico internacional.

En este marco Chile, al ser uno de los principales poseedores de reservas de litio a nivel mundial, enfrenta una coyuntura crítica, pues la urgencia de asegurar un suministro estable de este recurso no solo implica la adquisición de tecnología y equipos especializados: representa una inversión estratégica de largo plazo en el futuro económico y geopolítico del país.

El litio, en este contexto, no es solo un recurso material valioso, sino también un catalizador para esfuerzos globales hacia economías más sostenibles y verdes. Chile tiene, por lo tanto, la oportunidad de impulsar iniciativas de colaboración multilateral que contribuyan a un ecosistema económico global más resiliente y sostenible.

Aquí radica la necesidad imperiosa de que Chile articule una estrategia nacional para el litio, que incorpore una visión geopolítica más amplia. Dicha estrategia debe ir más allá de una explotación sustentable del recurso, identificando y promoviendo oportunidades para una integración más profunda en la cadena de valor global del litio. Es en este punto donde se requiere especial atención hacia las inversiones extranjeras.

En el contexto global es fundamental que Chile asuma una posición proactiva. Ello implica no solo la explotación sustentable del recurso, sino también la exploración de oportunidades para integrarse de manera más profunda en la cadena de valor del litio, posiblemente a través de alianzas estratégicas y proyectos de cooperación internacional que trasciendan la mera extracción del mineral. Para la consecución de este propósito, sin duda, el brindar un trato simétrico y no discriminatorio a las inversiones de los distintos países es una pieza clave de cualquier diseño.

En este sentido, y con motivo del próximo viaje del Presidente de la República a China, resulta importante relevar que a la fecha la principal inversión extranjera en el sector proviene de este país, el que está haciendo una apuesta decidida no solo en la explotación del mineral, sino en la integración de toda la cadena de valor hasta la fabricación de baterías, lo que debiera ser visto con interés por nuestro país como parte de una estrategia no solo más amplia, sino urgente.

Nos encontramos en un punto de inflexión. La histórica inclinación de Chile hacia el multilateralismo debe ser el faro que guíe el desarrollo de su estrategia nacional para el litio. Este enfoque multilateral no debe ser únicamente una vocación, sino también una herramienta estratégica y pragmática para forjar relaciones mutuamente beneficiosas, asegurando que el litio chileno se posicione como un elemento de estabilidad y progreso en un mundo en transformación constante.

En conclusión, para Chile, el litio puede ser más que un recurso. Representa una plataforma desde la cual el país puede proyectarse como un líder en la revolución verde global. Tomando medidas estratégicas ahora, Chile no solo podría garantizar un futuro más próspero para su población, sino también asumir un rol de liderazgo en el nuevo orden mundial que está emergiendo, un orden estrechamente ligado a la gestión sostenible de recursos críticos. Aún estamos a tiempo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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