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Reforma de las 40 horas, más allá del empleo Opinión

Reforma de las 40 horas, más allá del empleo

¿Qué implica esto para nuestra realidad actual? Puede haber efectos a nivel agregado debido a la ley aprobada en 2023.


El 26 de abril comenzó la implementación de la Ley 21.561 que reduce gradualmente la jornada laboral, pasando de 45 a 44 horas semanales máximas, llegando a 42 horas en 2026 y finalmente a las 40 en 2028. Para responder qué efectos se pueden esperar de esta política, estudiamos el episodio histórico más cercano a nuestra realidad actual, cuando en 2005 la jornada laboral se redujo, de una sola vez, de 48 a 45 horas semanales. Nuestro análisis comienza con la comparación a nivel individual del grupo afectado directamente, quienes trabajaban 46 o más horas antes de 2005, con un grupo muy similar pero que no es afectado directamente: trabajadores con jornadas entre 40 y 45 horas semanales. Los resultados de esta comparación indican que los dos grupos no tienen cambios en el empleo estadísticamente distintos tras la reforma, por lo que no habría un efecto de ésta. Ahora, este resultado puede ser algo engañoso porque, para tener una comparación adecuada, es necesario que el grupo no afectado directamente por la política no reciba un impacto de manera indirecta. 

En línea con modelos teóricos del mercado laboral, nuestra hipótesis es que esta reforma cambia las condiciones generales del mercado laboral y, por tanto, el comportamiento de las personas y empresas, afectando de este modo no solo a los individuos expuestos directamente a ella, sino que posiblemente a otros trabajadores y aun a personas que no trabajan. Por ejemplo, la reducción de jornada puede motivar a personas con restricciones de tiempo a buscar un empleo, o puede incentivar a quienes están trabajando en un tipo de empleo a buscar otro, quizás afectando los salarios. Del mismo modo, sin aumentos de la productividad laboral, la reducción de la jornada puede incentivar a las empresas a reducir los salarios ofrecidos y a ser más selectivas al contratar, afectando la probabilidad de que los trabajadores encuentren un empleo. Dado lo anterior, en el estudio, analizamos también los datos a nivel agregado y encontramos un impacto importante de la reducción de jornada laboral de 2005, con significativos aumentos de la informalidad laboral y de la duración del desempleo. 

¿Qué implica esto para nuestra realidad actual? Puede haber efectos a nivel agregado debido a la ley aprobada en 2023. Sin embargo, hay otras circunstancias que también influyen a la vez y dificultan distinguir el efecto específico de la reducción de jornada, como el aumento del salario mínimo y una posible reforma de pensiones, entre otras. También es cierto que la nueva ley tiene una flexibilización de la jornada que no existía antes, disponiendo el cumplimiento de las horas semanales en promedios mensuales. Esto podría ayudar a reducir el impacto negativo en informalidad y salarios. La gradualidad de la implementación también permitirá una evaluación constante del impacto de la reforma a nivel individual, pero sobre todo, a nivel general, donde parece estar el quid de la cuestión.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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