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El operador de Alvear y el «Gute» que saltó de las sombras al primer plano

Bueno pa’ la talla, ex seleccionado de básquetbol de Cañete y por sobre todo »un hombre de familia», ha logrado todos sus objetivos políticos, menos uno: ser diputado por Lota donde perdió frente a Camilo Escalona. Y si bien es poco familiar para la opinión pública, es un viejo conocido en la DC.


O se le respeta o se le desprecia. Moisés Valenzuela, encargado territorial de Soledad Alvear, no pasa inadvertido en la Democracia Cristiana. De bajo perfil en la vida pública, a nadie sorprendió su nombramiento después de toda una vida política ligada a los Martínez Alvear. Y lo poco sorprendente de su nombramiento no se debió a su cercanía con la familia de la candidata de la falange, sino por su perfil obsesivo en el trabajo y por ser reconocido como uno de los mejores operadores que tienen los "guatones" en la DC.



Bueno pa’ la talla, ex seleccionado de básquetbol de Cañete, pero sobre todo "un hombre de familia", Moisés Valenzuela ha logrado todos sus objetivos políticos, salvo uno: su elección como diputado por el distrito 46, el año 2001, donde perdió frente a Camilo Escalona.



Y si bien es una figura bien poco familiar para la opinión pública, es un viejo conocido en el mundo de la Concertación y especialmente en la Democracia Cristiana.



Dirigente estudiantil



Nació en Cañete, Octava Región, en 1968. De la infancia aún tiene la fascinación por la agricultura y el hábito de encestar la pelota en un aro. En esa época nadie pensaba que podría llegar algún día a ser uno de los hombres fuertes y personajes claves en una elección presidencial. Sin embargo, un hito cambió su vida. En 1984 fue electo presidente del centro de alumnos del colegio San Pedro de Nolasco de Concepción, luego formó la Coordinadora de estudiantes Católicos de la Octava Región, entidad que más tarde se convertiría en la Coordinadora de Estudiantes Secundarias de la Región del Bío Bío.



De ahí saltó a Santiago. Terminó la enseñanza media y decidió estudiar Ciencia Política en la Universidad Central, donde -ya por la Democracia Cristiana- fue electo presidente del centro de alumnos de la facultad. Comenzó a participar activamente en la juventud de la falange donde fue electo consejero nacional de la JDC en el período en que Nolberto Vigas fue presidente de la juventud DC.



Desde sus inicios se acercó al aylwinismo. En 1996 compitió internamente con Patricio Walker para postular por los guatones a la presidencia de la JDC, pero el hoy diputado fue quien finalmente se quedó con la presidencia.



Subsecretario del partido y consejero



Más adelante tuvo mayor suerte al ser electo subsecretario nacional del partido (1994) y durante años fue consejero de la colectividad, hasta las elecciones del año pasado, cuando los guatones optaron por llevar pesos pesados y de esa forma derrotar a los colorines.



Pero su acercamiento a la política comenzó antes. Como parte de la juventud del partido, tuvo una activa participación en la campaña municipal de 1992 donde se acercó al entonces diputado Gutenberg Martínez. "Fue la capacidad de trabajo y su obsesión por cumplir las metas lo que más llamó la atención del Gute. Inmediatamente se lo llevó a trabajar con él", asegura un cercano al jefe territorial de Soledad Alvear.



Ese año comenzó a trabajar junto a Gutenberg Martínez en el mismo puesto que hoy ocupa con Soledad Alvear. Era su jefe territorial, mientras el hoy subsecretario de Justicia, Jaime Arellano, era el jefe de gabinete del ex diputado.



A fines de 1992 Arellano decide partir a Estados Unidos a estudiar y Martínez debía encontrar un nuevo jefe de gabinete. No lo pensó ni cinco minutos y nombró inmediatamente a Moisés Valenzuela. En ese puesto estuvo hasta 1997.



"Es un buen organizador de equipos, es muy ordenado en el control del trabajo. Vive haciendo minutas a las que le pone plazos y con eso se obsesiona. Es realmente obsesivo en el cumplimiento de metas", asegura un ex compañero de labores.



La ambición de ser parlamentario



Pero Valenzuela llevaba más de diez años en Santiago y no quería seguir estando en la segunda línea. Habló con Gutenberg Martínez y le comentó sobre sus aspiraciones a acceder a un cupo parlamentario. Experiencia había adquirido, pues además de las labores de jefe de gabinete y administrativas de la oficina del ex diputado, había trabajado varios proyectos de ley, especialmente el de distribución del Fondo de Desarrollo Regional.



Fue así como el año 2001 compitió por el distrito 46, de Lota, junto a Camilo Escalona. Aunque no salió electo, su 17,67 por ciento de los votos "lo dejó contento teniendo en cuenta que en ese año Escalona era presidente del Partido Socialista y el gran peso que tienen los comunistas en esa zona".



Pero mientras comenzaba su carrera política, más extrañaba el campo. De hecho este verano se compró una parcela junto a la de sus padres "donde espera poder vivir algún día".



Se casó con Carola Mora, jefa de gabinete de la subsecretaria de Educación María Ariadna Hornkohl, y sobrina de la diputada María Antonieta Saa, y tuvo un hijo, Nicolás.



"Es un hombre de familia, muy de clan. Le gusta lo campesino. De hecho con su papá se están dedicando a hacer jamón serrano. Le atrae mucho la agricultura y quiere dedicarse algún día completamente a eso", comenta uno de sus amigos.



Y pese a todas las redes que ha logrado formar en estos años, quienes lo conocen asegura que es un hombre de pocos amigos, pero buenos.



Obsesivo operador



Pero pese a que parece "inofensivo", al interior de la DC la figura de Moisés Valenzuela genera reacciones encontradas. O lo quieren o lo odian. Estos últimos desprecian su rol de "operador", y aseguran que "Valenzuela tiene por profesión ser jefe de gabinete". A esto suman su excesiva insistencia en generar redes de apoyo. Lo mismo que valoran sus cercanos.



Quienes han trabajado con él recuerdan con gracia que Moisés Valenzuela usa siempre una tabla con un clip. En ella lleva minutas y todas las tareas que le ha dado a sus equipos y chequea, al menos tres veces al día, si se ha cumplido con los plazos, horarios y metas que fijó. No tiene horarios ni fines de semana.



"Es como los caballos de carrera si de pega se trata. Si alguien no le sirve porque no cumple, lo cambia y punto. Aunque es muy afectivo, eso se le termina con el trabajo", comenta uno de sus cercanos.



Pero además de obsesivo, durante estos años se ha dedicado a conocer a los políticos de "primera línea". Esto le sirvió para que el entonces ministro de la Presidencia, Mario Fernández, se lo llevara a trabajar con él. Luego, tanto el ex ministro Francisco Huenchumilla como Eduardo Dokendorff lo confirmaron como jefe de gabinete debido "a que es un magnífico operador, además que conoce muy bien a los parlamentarios. Y es eso lo que se necesita en ese ministerio".



Tanto, que en una oportunidad logró desatar la ira del presidente de la DC, Adolfo Zaldívar, cuando logró que los seis senadores disidentes apoyaran el proyecto de ley sobre el AUGE del gobierno y rechazaran la propuesta de la falange que había sido aprobada por el consejo nacional. Eso sólo le subió los bonos con La Moneda.



El primer hincha de Alvear



Si hay un punto que pesó para que Alvear lo nombrara como uno de los hombres fuertes de su comando, es que precisamente fue Valenzuela uno de los primeros en apostar por su potencial político.



De hecho, cuando renunció a seguir siendo jefe de gabinete de Gutenberg Martínez y apostó por su proyecto personal, paralelamente comenzó a formar equipos y redes para Soledad Alvear. Lo primero que hizo, ya en el año 2000, fue empezar a generar grupos de mujeres en todo el país para que apoyaran a la ahora candidata de la DC. Así creó los primeros equipos políticos para Alvear.



Pero si en el año 2000 apostó por el potencial político de la ex canciller, desde que Soledad Alvear se lo llevó a trabajar con ella -apenas renunció a su cargo-, Valenzuela se obsesionó con conseguir los votos necesarios para la Junta Nacional.



Para esto, comentan sus cercanos, ocupó todo lo que sabe hacer. "Hizo un trabajo territorial muy fino porque sabe cuáles son los líderes de opinión, los dirigentes sociales y juveniles y las radios que hay que visitar en cada punto del país… Y como es obsesivo, alcanzó a hablar con todos y asegurar los votos".



Jefe de gabinete con voz y voto



Y aunque a Valenzuela siempre se lo ha considerado un político de segunda línea, hay quienes aseguran que a diferencia de los cientos de operadores y jefes de gabinetes que tiene la Concertación, él "no cumple instrucciones, tiene planteamientos propios".



"Él nunca ha sido considerado un simple jefe de gabinete, siempre como un par. En las reuniones políticas del guatonaje él era el único no prócer que siempre ha estado y que hace sus planteamientos de igual a igual con el Gute, con Patricio Aylwin, con Jorge Pizarro o con el Peta Fernández", asegura uno de sus cercanos.



Quienes lo conocen afirman que una de las cualidades que lo ha llevado a ganarse la confianza de los más viejos es que "se le valora su criterio, que no hable más de la cuenta, su empecinamiento con el trabajo y que aunque es muy cercano al Gute no depende de él para vivir".



A esto, agregan, "él tiene completa seguridad de que es capaz de mover los votos, porque maneja la maquinaria electoral del partido".



Ahora deberá obsesionarse con la campaña de Alvear y asegurar los votos en las primarias, sean nacionales o regionales. Y de eso a nadie le cabe duda.

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