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Golpe en la Alianza: Longueira interviene institucionalidad de RN

Tras un fin de semana de dimes y diretes, la UDI cortó por lo sano: no tendrán más contactos con el presidente de Renovación Nacional, pues ya no lo reconocen como interlocutor válido. Con Piñera no, pero sí »con los demás dirigentes de la colectividad, que en su inmensa mayoría participan de un genuino espíritu unitario», léase los disidentes.


Pablo Longueira golpeó la institucionalidad de Renovación Nacional. Mientras Sebastián Piñera acusaba a la UDI de promover "falsos testimonios" y recriminaba a sus aliados de incurrir en "prácticas miserables", el gremialismo puso dos más: vetó al presidente de RN como interlocutor válido y con ello intervino en la órganica interna.



Así, antes que Renovación Nacional tomara una decisión en torno a presentar querellas en contra de los supuestos involucrados en un hecho de obstrucción a la justicia, la UDI emitió una declaración en la cual asegura que las actuaciones de Piñera constituyen un obstáculo insalvable a la opción presidencial del líder de la derecha, Joaquín Lavín.



"Hemos llegado a la convicción, que el proyecto personal de Sebastián Piñera es incompatible con la opción de cambio que lidera Joaquín Lavín, que constituye hoy la gran esperanza que tienen millones de chilenos. El convencimiento que las actuaciones de Sebastián Piñera son muy perjudiciales para el éxito de Joaquín Lavín y de la Alianza, nos hace imposible considerarlo como un interlocutor válido. Existe un proyecto ganador y un obstáculo insalvable para ese proyecto", sentenció Longueira.



La jugada de la comisión política de la UDI descolocó a su similar de RN, que se encontraba reunida cuando el gremialismo anunciaba que Piñera ya no era interlocutor válido. Pese a su advertencia, Longueira puso especial énfasis en que su colectividad no pretende romper relaciones con sus aliados, sino muy por el contrario, aseguró que continuarán trabajando con los dirigentes de Renovación Nacional que estén dispuestos a apoyar el proyecto de Lavín.



La determinación de la UDI constituye una injerencia indirecta en los asuntos internos de RN, ya que la tienda de Sebastián Piñera se encuentra en período de elecciones de directiva nacional y la disidencia podría encontrar, en la resolución gremialista, el argumento perfecto para desbancar a Piñera. Es decir, incentivar a los disidentes para que se tomen el poder de Renovación Nacional y con ello, la UDI, se convertiría en la artífice de un verdadero golpe de estado en la tienda de Antonio Varas.



No es menor el hecho que en la comisión política de RN no se hicieron presente los representantes de la disidencia. Incluso el jefe de bancada, Pablo Galilea, no llegó a la cita. Esta notoria inasistencia permite inferir que los duros están a la expectativa de los resultados que pueda generar la presión de la UDI sobre Piñera.



El fantasma de la ruptura



Mientras tanto, entre los parlamentarios de la UDI existe la convicción que cuentan con el respaldo de las bases que incondicionalmente apoyan a la Alianza por Chile y el proyecto de Lavín. Además, miran con buenos ojos la posibilidad de enfrentar las próximas elecciones municipales y parlamentarias en competencia total, algo a lo que el gremialismo nunca le ha temido.



Por otra parte, aunque tanto en la UDI como en RN insisten en que el pacto opositor no está quebrado, lo cierto es que las relaciones de la Alianza están en punto muerto y las presiones gremialistas para sacar a Piñera pueden generar no sólo la división del conglomerado, sino también la escisión de Renovación Nacional que viene amenazando a la colectividad desde que la UDI comenzó a crecer… a costa suya.



Pese a este fantasma algunos participantes de la comisión política de RN, que decidió, finalmente, no presentar las anunciadas querellas -limitándose a entregar los antecedentes que poseen, para avalar el supuesto falso testimonio, a la justicia- se mostraron tranquilos y dispuestos a enfrentar las consecuencias internas de apoyar a Sebastián Piñera concientes de que la posición de la UDI puede darle piso a los disidentes para atreverse a enfrentar al timonel del partido en las elecciones internas del mes de abril.



Sin ir más lejos, un integrante de la comisión política señaló que en la reunión se analizaron los eventuales escenarios que podría generar la determinación de la UDI y precisó que una de las conclusiones a las que se llegó es que Lavín necesita los votos de RN para ganar las próximas elecciones, aun cuando la disidencia decidiera abandonar, de una vez por todas, la colectividad.



Pese a esto, el organismo optó por no responder al veto de Longueira, como una forma de calmar los ánimos al interior de la Alianza y evitar así un bochorno público si la disidencia apoya la decisión gremialista en desmedro de su timonel.



En este sentido, el secretario general de RN, Renato Sepúlveda, sentenció que su partido quiere terminar con la "farra de declaraciones" que sólo perjudican al sector, señalando que "no vale la pena responder".



Felicidad en la UDI, desconcierto en RN



Ayer los ojos estaban puestos en lo que pudiera decir la UDI, luego que se descubriera públicamente que la testigo secreta había sido contactada por un asesor directo de Lavín e interrogada por el diputado de la colectividad, Darío Paya.



En Renovación Nacional, en cambio, el ambiente era de indignación, lo que fue decantando con el paso de las horas.



Pero los ojos seguían en la UDI. Por la tarde, cuando comenzaba la comisión política del partido, una vez más, se hacía sentir la cohesión de los militantes en torno a su timonel.



Tanto así, que el ambiente lejos de ser tenso estaba distendido e incluso, después de la comisión política, Pablo Longueira sonreía y contestó calmadamente todas las preguntas periodísticas, cosa que hace meses no hacía. De hecho, el timonel gremialista dijo a quien lo quisiera escuchar que "hace muchos meses que no veía a la UDI tan feliz".



En RN, la cosa era distinta. El desconcierto por el veto de la UDI a Piñera contrastaba con la manifestación de un grupo de mujeres que coincidentemente celebraban su día, y quienes aclamaban a voz en cuello a Sebastián Piñera y a Andrés Allamand y pedían castigo para quienes involucraron a sus dirigentes en "prácticas miserables". En todo caso, estaban menos contentos que sus ex socios de la UDI.



En la Concertación, en tanto, lejos de mirar con alegría las rencillas al interior de la derecha, tanto el ministro del Interior, José Miguel Insulza, como el presidente del Senado, Andrés Zaldívar, se mostraron preocupados por la crisis que atraviesa la Alianza y aseveraron que estos hechos no favorecen las aspiraciones del oficialismo y sólo contribuyen a desprestigiar la política.



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