Marcelo Trivelli:’Me quedé con las ganas de ser alcalde de Santiago el 2004′

Trabajando en la base de la comuna de Santiago, en el cuadrante de las calles Alameda, Isabel Riquelme, la línea del tren y la Norte Sur, se encuentra el ex intendente metropolitano, Marcelo Trivelli, quien no hace una muy buena evaluación de su partido, la Democracia Cristiana, ya que afirma que "está quebrada" y admite que se "quedó con las ganas" de ser alcalde de Santiago hace tres años.



Hoy está trabajando en la Fundación Semilla en el Barrio Bellavista y alejado de la política contingente, lo que, a su juicio, hace bien puesto que es un severo crítico del »clientelismo» existente en los cargos públicos y en los partidos políticos. Incluso comenta que en cuanto al fenómeno de la corrupción, éste "está bastante más generalizado de lo que nuestros dirigentes quieren reconocer".



-¿Cómo ve a la DC en estos momentos en que se observan bastantes diferencias entre la disidencia y la mesa por las elecciones internas y el reciente cambio de intendentes?
-Creo que si lss DC queremos volver a ganar la confianza ciudadana tenemos que servir en nuestras comunidades, servir a la gente y no servirnos de la posición de poder en que podemos estar. Como la DC está en el gobierno me parece increíble la forma en que se arrogan propiedad de los votos de los presidentes comunales en la discusión entre unos y otros dentro del partido. Eso es para consolidar cuotas de poder, para influir en ciertos nombramientos y eso habla muy mal de la política hoy día. Creo que deja patente la forma clientelistica de hacer política y creo además que hay una línea súper tenue entre clientelismo y corrupción. Ahí hay un problema de fondo.



-La senadora Soledad Alvear cuando asumió dijo que quería un partido para todos. ¿La DC ha logrado ese desafío?
-Ponerlo en boca de Soledad Alvear no es justo porque la responsabilidad de un partido para todos, es -valga la redundancia- de todos. Creo que hoy la DC está de hecho quebrada.



-¿La DC está quebrada como partido o también la mesa?
-No lo sé porque no estoy metido en la política interna, pero no es lo que se ve desde afuera. El quiebre es patente entre los dos grupos que se han disputado el poder interno.



-¿Ha faltado liderazgo en la DC?
-Ha faltado generosidad y ha sobrado clientelismo. Lo viví en carne propia cuando al ser nombrado intendente por el ex Presidente Ricardo Lagos llamé a concurso público y terminé con el clientelismo por tres años. La reticencia de los dirigentes frente a esto y sus criticas fue porque perdían la posibilidad de ejercer ese clientelismo.



La delgada línea roja



-¿La corrupción y el clientelismo ha afectado la imagen de los políticos?
-Entre clientelismo y corrupción hay una línea muy tenue, estoy siendo súper claro. El clientelismo se deja como práctica o se abren espacios para corrupción pues los partidos políticos no ejercen un rol de fiscalización, ni ético sobre sus militantes en los cargos para los que recomienda. Por estos días todo el mundo político, desde los partidos y el gobierno anterior se reparten responsabilidades sobre quién nombró a Juan Michel (ex director metropolitano de Chiledeportes). Pareciera que es un personaje caído del cielo que llegó a Chiledeportes, digo esto porque nadie se hace responsable políticamente de su nombramiento.



Por otro lado, es una buena señal en el sentido de ir terminando con nombramientos de esa naturaleza, pero el reciente cambio de intendentes y las destempladas criticas de algunos parlamentarios hablan nuevamente de que están defendiendo a su cliente en el cargo público más que al buen ejecutivo público.



-¿Entonces, cree que hay una presión fuerte de los partidos y de los parlamentarios por poner en cargos públicos a sus operadores políticos?
-Por poner a su clientela política.



-Es decir, no están los mejores en el servicio público….
-(….)



Ejemplo desde la intendencia



-El que calla otorga…
-No, no, yo creo que es posible compatibilizar militancia política y calidad. Lo logré en una medida satisfactoria en la Región Metropolitana, me hubiera gustado más, pero no pude. Parte del éxito de mi gestión en la intendencia fue haber tenido un equipo que respondía al intendente y no a los padrinos políticos que los recomendaban. Si bien eso fue un buen ejemplo de éxito, lamentablemente no ha sido seguido.



-Algunos parlamentarios proponen hacer una reforma en cuanto a la forma de elección en intendentes y gobernadores para que sean electos en forma directa. ¿Está de acuerdo con eso?
-Hay que descentralizar el país, el centralismo nos está haciendo un gran daño. Pero habiendo dicho eso, yo soy partidario de separar las labores de gobierno interior de un intendente gobernador, respecto de las labores del jefe de gobierno regional.



Las labores de gobierno interior no pueden ser sometidas a elección porque Chile es un país unitario -me refiero básicamente al orden público, extranjería, seguridad-, pero todo lo que tiene que ver con gestión, desarrollo regional o provincial debiera ser electo. Creo que hay que repensar el país. Ya se abrió la puerta para nuevas regiones y creo que de aquí al 2020 vamos a tener 25 a 27 regiones, en vez de las 13 que conocimos. Hay que repensar el país en terminos administrativos.



Trabajar por la descentralización



-¿Qué le parece que Adriana Delpiano sea la nueva intendenta?
-El gran desafío de Adriana Delpiano es que estará al otro lado de la mesa. Ella como subsecretaria de Desarrollo Regional era la encargada del gobierno central de las regiones, ahora va a enfrentarse con lo que significa ser intendente de la Región Metropolitana que es la que más sufre de centralismo porque las decisiones se toman en La Moneda y el Ministerio, más que en la intendencia.



-¿Qué le recomienda ahora?
-Que trabaje por la descentralización de la Región Metropolitana. Si logra hacerlo, va a ser un gran aporte a la regionalización del país.



-¿Le gustaría volver al servicio público?
-Yo estoy en el servicio público desde el mundo privado. En la Fundación Semilla estamos haciendo servicio público, dedico muchas horas a la capacitación, estuve con 70 dirigentes el viernes, este fin de semana voy a estar con más jóvenes, en la fundación hay un trabajo permanente. Ahora, si voy a volver a la primera línea de la política en el servicio público, creo que sí, ese es un bichito que llevo adentro desde joven y, por lo tanto, creo que sí.



Es bueno estar afuera un tiempo, tomar perspectiva, prepararse, estudiar, tomar contacto con la gente. Hace muy mal quienes están continuamente en la política y son parte del juego de las sillas musicales; eso hace muy mal a la persona porque pierde contacto con las bases, con la ciudadanía y hace muy mal al sistema que va perdiendo credibilidad.



-¿Se quedó con las ganas de ser alcalde el 2004?
-Me entusiasmé el 2004 con la posibilidad de ser alcalde de Santiago, me quedé con las ganas y creo que es algo que debe evaluarse a fines del 2007 y a principios del 2008. Me cortaron la cabeza, el cogote y en una negociación espuria. No sé que será lo que viene y creo que adelantarse mucho no es bueno.



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