Publicidad

Mafia de falsificación defraudó a entidad bancaria en $ 114 millones

Organización asesoró por más de un año a personas de escasos recursos sin antecedentes comerciales, para que con documentación falsa solicitaran millonarios créditos al Banco Santander, por los que cobraban una comisión de 50%. Se estima que la suma total del fraude llegaría a más de $ 500 millones.


Una oficina de falsificación funcionó durante más de un año en pleno centro de Santiago. Sus dueños, Marcela Benavides Vergara y Luis Hormazábal Millán, fueron formalizados el jueves en el Séptimo Tribunal de Garantía de Santiago por los delitos de receptación, uso malicioso de instrumento privado, infracción a la ley de bancos y usurpación de identidad.



La pareja instaló un verdadero «templo de papel falsificado», logrando incluso burlar el sistema interno del Banco Santander, entidad financiera que otorgó millonarios créditos y cuentas corrientes a personas que presentaron documentos falsos para la obtención de los servicios.



Antecedentes recabados en la investigación del Ministerio Público, señalan que el perjuicio contra la entidad bancaria (sólo por 18 de los 70 casos que están siendo pesquisados) asciende a $ 114 millones.



Sin embargo, fuentes vinculadas a la indagatoria señalaron a El Mostrador.cl que ésta es sólo un cifra preliminar, ya que se calcula que los fraudes cometidos contra la entidad financiera, que se querelló contra la pareja, llegaría a los $ 500 millones.



La organización criminal quedó al descubierto hace cuatro meses, luego de que la Brigada Investigadora Criminal (Bicrim) de Rancagua encontrara cheques falsos en manos de dos sujetos detenidos en esa ciudad de la Sexta Región.



La colaboración de uno de ellos permitió dar con el paradero de Benavides y Hormazábal, quienes fueron vigilados durante tres meses, período en el que la policía y el Ministerio Público lograron establecer el modus operandi y la individualización del resto de los involucrados.



La indagatoria sigue en curso, ya que personal de la Bicrim de Rancagua realiza pesquisas contra un ejecutivo del banco, quien se encuentra prófugo. El sujeto, según la investigación, era el encargado de revisar los antecedentes y para validarlos habría recibido jugosas compensaciones económicas.



Carnadas



El móvil utilizado en los millonarios fraudes se realizaba mediante la utilización de "carnadas". Los imputados reclutaban a personas que tuvieran problemas financieros, que fueran de estrato socioeconómico bajo y que cumplieran con el requisito fundamental: no tener anotaciones en los registros de comportamiento financiero (Boletín Comercial o Dicom).



Luego de pasar esta etapa, Benavides y Hormazábal los invitaban a facilitar sus cédulas de identidad y realizar un par de trámites, con los que obtendrían "dinero fácil". En ocasiones, las sumas ofrecidas eran entre dos y cuatro millones de pesos, descontando la "comisión" del servicio, que llegaba al 50%.



Una vez convenido el trato, la empresa de falsificación comenzaba a realizar sus actividades, a través de cinco sociedades fantasmas: Pesquería Vega y Negra, Troyanos Computación, Agrícola Las Nieves, Arsal Ltda. y Pesquera Chañarcillo. A través de ellas, asesoraban a estas personas, inventándoles liquidaciones de sueldos, contratos, planillas de previsión, entre otras.



La idea era lograr que la institución financiera se convenciera de que éstos "clientes" eran lo suficientemente solventes como para optar a créditos de consumo y abrir cuentas corrientes. Terminada la operación, cobraban los cheques y se cancelaba lo acordado.



Para resguardar posibles fiscalizaciones, contrataron al contador Víctor Aburto Ortiz, quien también fue formalizado el jueves. Éste último se encargaba de controlar que las empresas no levantaran sospechas en el Servicio de Impuestos Internos (SII) y de cuadrar las operaciones.



El dato de estas "movidas" (como se le llama en el mundo del hampa) se traspasaba entre vecinos. Según lo establecido, las "carnadas" son principalmente de la comuna de Cerro Navia y, por el momento, se estudia su grado de responsabilidad en el ilícito.



A quienes participaron en estas operaciones, a los pocos meses del fraude les llegaron citaciones y notificaciones de embargo por el no pago del dinero. Cuando reclamaban a la pareja, estos los inquirían a presentar denuncias, aunque les advertían que si lo hacían seguramente serían tachados de cómplices, lo que habría atemorizado a las personas.



El comisario de Investigaciones Francisco Valenzuela señaló que los hechos investigados están fechados desde mayo del 2006, pero que de acuerdo a su experiencia, es posible que las operaciones hayan comenzado mucho antes.



Vida de ricos



Benavides y Hormazábal, producto de las millonarias ganancias de su "trabajo", tenían vida de ricos. Lujosos autos, almuerzos en restaurantes, pocas horas de trabajo, eran parte de la cotidianeidad de la pareja que disfrutaba de sus rentas en la Ciudad Satélite de Maipú, donde residían.



En el sector eran conocidos como Rose Mary y Carlos, ya que para los efectos públicos usurpaban las identidades de dos personas naturales existentes. De esta forma, cualquier paso en falso sería ocultado bajo estos nombres, debido al amplio prontuario de ambos.



Tras la audiencia de formalización, la fiscal Centro Norte Alejandra Godoy solicitó la prisión preventiva de los dos imputados, la que fue acogida luego de que su verdadera identidad revelara la vasta lista de antecedentes penales.

Publicidad

Tendencias