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Nuevos temblores son réplicas tardías de terremoto de febrero

El centro sur de Chile, según los expertos, es una zona que ha estado sujeta «a importantes cambios de tensiones» en las placas tectónicas y resulta lógico que la corteza terrestre o las mismas placas tengan que reacomodarse.


La media docena de fuertes temblores que han sacudido este miércoles algunas regiones del sur del país son «réplicas tardías» del terremoto del pasado 27 de febrero, según un experto.

Sergio Barrientos, sismólogo de la Universidad de Chile, dijo a los periodistas que los sismos de hoy se han producido «en el extremo sur de la ruptura» que ocasionó el terremoto de 8,8 grados que devastó varias regiones de Chile el pasado febrero.

Esa zona «se está activando en este momento y seguirá activa por un tiempo», sostuvo Barrientos, que añadió que los sismos pueden continuar «por tres o cuatro meses más» y que «no debería llamar la atención» si se prolongan «hasta un año más».

A las 10.46 hora local y a las 11.05, dos temblores, de 4,7 y 5,8 grados de magnitud respectivamente, sacudieron las regiones de La Araucanía y del Biobío, con los cuales sumaron seis los sismos ocurridos en la misma zona desde minutos después de las 04.00 de la madrugada de hoy.

El mayor de la seguidilla de temblores ocurrió a las 04.32 horas y alcanzó una magnitud de 6,5 grados Richter según el Servicio de Geología de Estados Unidos y de 6,6 grados según la Universidad de Chile.

Los epicentros de todos los temblores se localizaron bajo el mar, frente a la pequeña localidad de Tirúa, en el límite de las regiones del Biobío y La Araucanía, a unos 600 kilómetros al suroeste de Santiago, a profundidades de entre 28 y 32 kilómetros.

La intensidad del sismo principal, cuyas ondas se extendieron también a las regiones del Maule, al norte de la zona afectada y de Los Ríos, más al sur, llegó a seis grados en varias localidades de La Araucanía, aunque según las autoridades, no se han reportado víctimas o daños de consideración.

El sismo de las 11.05 horas, de 5,8 grados de magnitud, alcanzó intensidades de hasta cuatro grados en las ciudades y pueblos de la zona afectada.

Los pobladores de diversas localidades costeras de la zona corrieron hacia el interior por temor a un eventual tsunami, posibilidad que hasta ahora ha sido descartada por el Servicio de Hidrología y Oceanografía de la Armada (Shoa).

También hubo, a causa del sismo principal, breves interrupciones en el suministro de electricidad y agua potable en diversas localidades de la zona.

Sergio Barrientos puntualizó que a pesar de este seguidilla de temblores y la posibilidad de que continúen los sismos por algunos meses, es «poco probable» que ocurra un cataclismo similar al del 27 de febrero.

El centro sur de Chile, según el experto, es una zona que ha estado sujeta «a importantes cambios de tensiones» en las placas tectónicas y resulta lógico que la corteza terrestre o las mismas placas tengan que reacomodarse.

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